sábado, 26 de abril de 2025

Salir de la ciénaga tirándote de los pelos

 




El Chorrillo, 26 de abril de 2025

Esta mañana mientras conducía memoricé un título, algo así como Lunáticos y chusma. Estaba enfadado con un mundo que no me gusta, esos alienígenas que hacen imposible el camino a la convivencia en el planeta, los impulsores de imperios, los que tratan al mundo con la soberbia de su engreimiento. Envuelto en estos pensamientos recordaba lo que me encontré anoche en una entrada relacionada con México, comentarios, miles, en donde la chusma llenaba páginas y páginas con afirmaciones despectivas a algo que había dicho Claudia Sheinbaum, ese tipo de cosas que analfabetos funcionales hacen en sus momentos de ocio cuando tienen un teléfono a su disposición, una linda exposición de los que con faltas de ortografía incluidas arreglan el mundo en un par de líneas. Lo memoricé, pero después desistí. No me sentía con ánimo para volver a ese renegrido panorama al cual es prácticamente imposible encontrar salida. Por una parte esa enorme chusma de todólogos que inundan las redes, las calles, los cenobios de cierta izquierda, la derecha de ultratumba, y por otra los lunáticos que dirigen una parte sustancial del mundo. Desistí, y sin embargo…

Asunto tópico el de los lunáticos y la chusma del que es imposible zafarse a no ser que te encierres en casa a cal y canto y desconectes totalmente tus dispositivos de comunicación, pc y teléfono, para que no vengan a aporrearte con los desbarajustes del mundo. Anoche, dando un repaso a la historia del imperialismo británico y norteamericano, a las guerras del último siglo, a los intereses económicos que hay detrás de tanto dolor y muerte, a la sinrazón de tanto deseo de poder, mi cabeza terminó aplatanada por el volumen de los despropósitos. Un país como EE.UU. con más de ochocientas bases militares en todo el mundo metiendo las narices en todos los rincones del planeta, y con una deuda de más de 36 billones de dólares, con la gran parte de sus manufacturas en China u otros países de Oriente; un país asesino que ha dejado el planeta cubierto de sangre, que vende armas al exterior por más de 300.000 millones de dólares al año, que tiene que pagar intereses por la deuda de 659.000 millones anualmente, que… Pensaba en Estados Unidos y en cierta conversación que tuvo Jimmy Carter con Trump en 2019 en la que señalaba que China había logrado avances significativos en infraestructura y economía debido a su política de no intervención en conflictos bélicos. Refería que desde 1979, China no había estado en guerra con nadie, mientras que Estados Unidos había estado involucrado en múltiples conflictos. Carter afirmaba que Estados Unidos había gastado trillones de dólares en guerras, mientras que China había invertido esos recursos en el desarrollo interno. Carter describió en aquella ocasión a Estados Unidos como "la nación más belicosa en la historia del mundo", debido a su tendencia a imponer sus principios en otros países y su historial de intervenciones militares. En contraste, elogió a China por utilizar sus recursos para el beneficio de su población, evitando conflictos armados y enfocándose en el crecimiento económico y la infraestructura. 

Entrar en este tipo de consideraciones y tropezarte adicionalmente con el panorama actual de un lunático que, motu propio pone la economía mundial al borde del precipicio, te lleva a la consideración de la gran fragilidad del mundo en que vivimos, una fragilidad que se asienta en la carencia de personalidades capaces, preparadas y honestas, de cuya presencia en la cúspide del poder no cabe responsabilizar a otros que no sea la chusma. 

Desolador panorama al que se suman las desavenencias de la izquierda, los medios corrompidos, la ceguera de los responsables de la UE y una guerra armamentística que en algún momento terminará haciendo saltar por los aires el entero planeta. Aunar fuerzas para fortalecer la convivencia con los vecinos, para vivir y dejar vivir no está en la agenda de los responsables de todo este desbarajuste que estamos viviendo. Un equilibrio que en cualquier momento, un dron que mata a Putin, una chispa en Irán, un hasta aquí hemos llegado de los países de Medio Oriente con Israel, una persistencia de la UE hostigando a Rusia, puede terminar sin más en el Gran Drama. Uno de los elementos determinantes del origen de la Primera Guerra Mundial fue precisamente la carrera armamentística que iniciaron las naciones europeas que incrementaron significativamente sus gastos militares y desarrollaron nuevas tecnologías bélicas, creando un ambiente propenso al conflicto. El chispazo entonces lo constituyó el asesinato en 1914 en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria. No parece que ahora, y más con los gobernantes que tenemos, algo parecido y de mucha más gravedad, pueda llevarnos a otro camino que a un desastre universal dadas las interconexiones y la presión geoestratégica a nivel mundial. Con lunáticos como Netanyahu e Israel y su capacidad nuclear, con Rusia como primera potencia mundial atónica, con los belicistas de la UE, con Corea de Norte, con China, con el Napoleón francés, el tal Macron, y especialmente con el bufón universal de Norteamérica, ¿quién puede dormir tranquilo en la actualidad?

Al día de hoy, y muerto el Papa… sólo nos queda, parece, encomendarse cada cual al santo de su devoción. Santos los hay a montones, los madrileños podemos encomendarnos a san Isidro, los de la derecha a monseñor Escrivá de Balaguer, los ateos podremos ofrecer nuestras devociones al Barón de Münchhausen, que para salir de una ciénaga en que se había metido lo hacía tirándose de los pelos para arriba.


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