Tratemos de escribir la vida en verso
Tratemos de escribir la vida en
verso,
me dice un enanito,
cometas bailando en el azul
de la tarde
en que colgar con pinzas de
la ropa nuestro anhelo,
que donde la prosa no alcance
trepe la poesía por las
enredaderas del viento,
salte a la comisura de
nuestros labios
y enciendan en el albur del
deseo
una suerte de esperanza,
infinito anhelo, sí,
donde recostar la cabeza de
un sueño.
Los versos, tiempo ha amigables
compañeros
en que reclinar el dolor de
un naufragio,
el alma rota de un cuento,
pujan hoy por compartir el
espacio
con los lirios en flor.
Los lirios, que anoche
entreví en la oscuridad
cuando caminaba bajo las
estrellas
camino del lecho,
hoy me dieron los buenos días.
Buenos días, saludé a mi vez,
como a si a vecino
respondiera
desde la ventana de mi
encierro.
Todo está en paz en El
Chorrillo,
mi hijo mayor, Guillermo,
guasapea una puesta en orden
en su casa,
trastos viejos, libros,
media vida en el cuenco de la
mano
diciendo qué hago con esto.
A la vida que va soltando
lastre
me remito.
Desnudo como la mar,
que cantaba el poeta, me
siento.
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