viernes, 9 de mayo de 2025

Hacerse adulto

 


El Chorrillo, 9 de mayo de 2025

Sería interesante seguir el rastro de nuestra evolución en el pensamiento desde que éramos niños hasta la actualidad en relación a muchos asuntos, cómo, de qué manera nos hemos ido quitando de encima la existencia de Dios, la tutela de los curas, una parte de la herencia cultural que hemos recibido y cómo poco a poco hemos ido construyendo un mundo, un pensamiento nuevo y diferente. Y en el plano histórico, referido a cómo los hombres han ido cambiando de forma de pensar respecto a tantos temas. Seguir el rastro y comprobar de qué manera el apretado nudo de lo dado en generaciones anteriores paso a paso se va deshaciendo y va arrojando luz sobre una realidad que percibida mítica, misteriosa, obra de una mentalidad superior, lentamente se va abriendo paso en la superstición y va rompiendo moldes que creíamos a pies juntillas, y que al cabo del tiempo nos parecen, como ahora, paparruchas más o menos bien intencionadas, o en ocasiones inventadas, para favorecer a ciertas clases, en la India a los brahmanes, en Egipto a la clase sacerdotal y en Occidente a la aristocracia y al clero como clases dominantes sobre el resto de la población.  

Esa lenta evolución personal y del mundo desde el oscurantismo hasta la relativa claridad de nuestros días, una Historia del tránsito del oscurantismo a ese absoluto de que hablaba el otro día el amigo Enrique; evolución desde la oscuridad y la superstición, a la luz. Cuando uno al fin, después de hurgar una y otra vez en la doctrina de la Iglesia, termina definitivamente por encontrar la verdad a un asunto, sea éste esa inocente fantasía del Juicio Final o la inmaculada concepción de la Virgen, es como si definitivamente atraparas el dichoso moco hecho costrita que se te ha resistido en la cueva de la nartiz durante un rato. Cuando esto sucede contemplas con satisfacción el moco y su costrita, le das vueltas, le moldeas con el índice y el pulgar y le dices, al fin, cabroncete ya te tengo :-) . Quitarte la religión de encima como quien se quita un moco recalcitrante es un signo de libertad :-) . Puro parecido cuando definitivamente te quitas de encima la alargada sombra de Dios y la tutela de los curas, sus valles de lágrimas y su oscurantista y triste mundo.

Parecido a ese proceso de asimilación religiosa fue el que de niños transformaba a hombres corrientes en gente de rango superior, reyes, ministros, “gente importante” que cuando te haces mayorcito, pues eso, que no pasan de seres como tú o tu vecino. Y sin embargo visto así tan sencillo, cuántos años, cuánto trabajo para quitarte de encima ese algo que solamente estaba en tu cabeza, y solamente en tu cabeza; comprendiendo al fin que eso tan aparentemente sencillo que te podrías haber quitado del coco de un plumazo, la religión, las paparruchas de todo tipo, la autoridad omnímoda, sea de una ideología, una religión o del concepto de autoridad, miras a tu alrededor y es lo corriente, lo que pasa como moneda de cambio en la actualidad. El Papa y sus obispos, toda esa caterva de mentirosos, todos esos personajes de altísimo rango a los que la voz popular parece asignar un nosequé de aureola de significación y autoridad.

¿Cómo se produce ese tránsito desde el oscurantismo de la religión hacia la luz del conocimiento? Esta mañana, sin más, que veía esos oropeles del Vaticano con el nombramiento del nuevo papa. ¿Qué coño tiene que ver ese Papa y toda esa parafernalia vaticana con el espíritu del Evangelio, con la doctrina de Jesús? Todo ese desfile de disfraces ¿cómo cuadra con la humildad del nacimiento y vida de Cristo? Pues eso, que el mono aunque se vista de seda mono se queda. Nos engañan constantemente; para dar “respetabilidad” a una institución, a unas personas, disfrázalas de pavo real, monta toda esa parafernalia vaticana para que le dé lustre. Esta es la clase de hilo conductor que me ocupa hoy. Primero cómo la sencilla doctrina de Jesús en un proceso, diría casi de transustanciación, la humildad primera, se convierte en fastuosidad y oropeles a lo largo de los siglos. Y cómo esos oropeles pasan a las mentes infantiles como signo de poder y autoridad.

Y en consecuencia cómo toda esa parafernalia y empanada mental que nos metieron desde la infancia, nos obliga cuando nos hacemos adultos, a irnos desprendiendo de su mentira esencial. Y en consecuencia nos obliga a hacernos libres cuando ya con uso de razón vamos desprendiéndonos atadura a atadura de las mentiras que desde nuestra tierna infancia la religión y la sociedad han ido inoculando en nuestra persona. Quizás en eso consista parte del proceso mediante el cual nos hacemos adultos.

 

 

 


2 comentarios:

  1. Y si explicitas tus desacuerdos, habrá que emplear buena parte del tiempo en justificarlos/te...

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    1. En este caso doy mis desacuerdos por implícitos, al menos para aquellas personas que en el camino de hacerse adultos han ido desahaciéndose poco a poco del lastre de todo aquello que con el tiempo ha caído sobre sí como una especie de dogma de fe.
      Para quien los desee explícitos sería mejor indicarles que acudan a la hemeroteca o a los libros de Ciencia o Historia. Un folio no da para tanto.

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