El Chorrillo, 9 de mayo de 2025
Sería interesante seguir el rastro de
nuestra evolución en el pensamiento desde que éramos niños hasta la actualidad en
relación a muchos
asuntos, cómo, de qué manera nos hemos ido quitando de encima la existencia de Dios, la tutela de
los curas, una parte de la herencia cultural que hemos recibido y cómo poco a
poco hemos ido construyendo un mundo, un pensamiento nuevo y diferente. Y en el
plano histórico, referido a cómo los hombres han ido cambiando de forma de
pensar respecto a tantos temas. Seguir el rastro y comprobar de qué manera el
apretado nudo de lo dado en generaciones anteriores paso a paso se va
deshaciendo y va arrojando luz sobre una realidad que percibida mítica, misteriosa,
obra de una mentalidad superior, lentamente se va abriendo paso en la
superstición y va rompiendo moldes que creíamos a pies juntillas, y que al cabo
del tiempo nos parecen, como ahora, paparruchas más o menos bien intencionadas,
o en ocasiones inventadas, para favorecer a ciertas clases, en
Esa lenta evolución personal y del mundo desde el
oscurantismo hasta la relativa claridad de nuestros días, una Historia del
tránsito del oscurantismo a ese absoluto de que hablaba el otro día el amigo
Enrique; evolución desde la oscuridad y la superstición, a la luz. Cuando uno al fin, después de hurgar una y otra
vez en la doctrina de
Parecido a ese proceso de asimilación religiosa
fue el que de niños transformaba a hombres corrientes en gente de rango
superior, reyes, ministros, “gente importante” que cuando te haces mayorcito,
pues eso, que no pasan de seres como tú o tu vecino. Y sin embargo visto así
tan sencillo, cuántos años, cuánto trabajo para quitarte de encima ese algo que
solamente estaba en tu cabeza, y solamente en tu cabeza; comprendiendo al fin que
eso tan aparentemente sencillo que te podrías haber quitado del coco de un
plumazo, la religión, las paparruchas de todo tipo, la autoridad omnímoda, sea
de una ideología, una religión o del concepto de autoridad, miras a tu
alrededor y es lo corriente, lo que pasa como moneda de cambio en la actualidad.
El Papa y sus obispos, toda esa caterva de mentirosos, todos esos personajes de
altísimo rango a los que la voz popular parece asignar un nosequé de aureola de significación y autoridad.
¿Cómo
se produce ese tránsito desde el oscurantismo de la religión hacia la luz del
conocimiento? Esta mañana, sin más, que veía esos oropeles del Vaticano con el
nombramiento del nuevo papa. ¿Qué coño tiene que ver ese Papa y toda esa
parafernalia vaticana con el espíritu del Evangelio, con la doctrina
de Jesús? Todo
ese desfile de disfraces ¿cómo cuadra con la humildad del nacimiento y vida de
Cristo? Pues eso, que el mono aunque se vista de seda mono se queda. Nos
engañan constantemente; para dar “respetabilidad” a una institución, a unas
personas, disfrázalas de pavo real, monta toda esa parafernalia vaticana para
que le dé lustre. Esta es la clase de hilo conductor que me ocupa hoy. Primero
cómo la sencilla doctrina de Jesús en un proceso, diría casi de transustanciación,
la humildad primera, se convierte en fastuosidad y oropeles a lo largo de los
siglos. Y cómo esos oropeles pasan a las mentes infantiles como signo de poder
y autoridad.
Y en consecuencia cómo toda esa parafernalia y
empanada mental que nos metieron desde la infancia, nos obliga cuando nos
hacemos adultos, a irnos desprendiendo de su mentira esencial. Y en
consecuencia nos obliga a hacernos libres cuando ya con uso de razón vamos
desprendiéndonos atadura a atadura de las mentiras que desde nuestra tierna
infancia la religión y la sociedad han ido inoculando en nuestra persona. Quizás
en eso consista parte del proceso mediante el cual nos hacemos adultos.
Y si explicitas tus desacuerdos, habrá que emplear buena parte del tiempo en justificarlos/te...
ResponderEliminarEn este caso doy mis desacuerdos por implícitos, al menos para aquellas personas que en el camino de hacerse adultos han ido desahaciéndose poco a poco del lastre de todo aquello que con el tiempo ha caído sobre sí como una especie de dogma de fe.
EliminarPara quien los desee explícitos sería mejor indicarles que acudan a la hemeroteca o a los libros de Ciencia o Historia. Un folio no da para tanto.