Feliz cumpleaños

 

Original tomado de FB, creo que del muro de Sonsoles

El Chorrillo, 5 de febrero de 2024

Querido Carlos:

Nada más oírte esta mañana en el vídeo enseguida me acordé de una idea que había tomado días atrás en el libro de Tesson, Blanco, “Cuando la experiencia empieza a intentar disuadirte de partir de nuevo, es que has envejecido”. Dicho en positivo, cuando no hay nada que te pueda disuadir de partir de nuevo, es que estas en plena juventud del alma. Escalo para mi alma, que decía un escalador neozelandés.

¿Sabes, Carlos? Nos dejas sin una puñetera disculpa. Con tu renovada energía, como quien sale al ruedo para comerse el mundo de nuevo, nos dejas con el culo al aire; nos pones en evidencia cuando pretendemos escaquearnos de ese obligado deber de seguir haciendo de los días por delante una fiesta. Te veo y te oigo en el vídeo como quien en el mejor momento de su edad arenga a sus semejantes invitándoles a armarse de valor: ejercicio, salud, mucha montaña y que la fiesta continúe y, como dice El Evangelio, “… todo lo demás se os dará por añadidura”.

Te cuento. Bajaba yo el otro día por los bosques de Valsaín tras hacer noche con Victoria en el cerro de La Camorca, cuando me dio por pensar en qué puede hacer uno en la vida para gustarse, que es lo mismo que intentar hacer lo que sea para estar a gusto dentro de uno mismo; a gusto y contento, que de eso se trata en definitiva lo de transitar por los años. Mercé Redoreda decía en alguna parte que ella escribía para gustarse. A mí, que soy un tanto perezoso, pero que me gusta llegar al final del día satisfecho de lo que he hecho y soy, esta idea me atrapaba un tanto mientras sorteaba helechos y trataba de no perder el sendero entre los pinos. Eso de entrenar a diario, de salir al monte haga sol o truene, de cansarte en exceso a veces se me atraviesa y necesito unas ciertas dosis de ánimo para salir adelante, superarlo y, llegado el caso, sentirme más contento que unas castañuelas cuando concluyo la jornada satisfactoriamente dejando atrás todas las disculpas que me había impuesto anteriormente. No es que hagamos las cosas precisamente con la intención de gustarnos, pero es de cajón que si te vas a la cama satisfecho un día sí y otro también imagino que sus razones tendrá ese contento. No recuerdo a nadie que en el ámbito de la montaña haya expresado su afición en estos términos, pero después de oírte y leerte hoy, puedo decir que cualquiera que te oiga, de seguir tus consejos, montaña, salud, entrenamiento, esas cosas, seguro que después de practicarlo se va a gustar mucho más que si se queda dormitando en el sillón frente al televisor.

Las chicas se ponen guapas para gustar a los otros, y a sí mismas, claro; nosotros para gustarnos, que no sólo a las mozas corresponden esos placeres, nos lo merendamos trepando por las montañas, o por lo menos a eso nos lleva lo que hacemos. Si estar contento con la propia vida y gustarse son sinónimos, que lo son, no se me ocurre mejor manera que observarte a través del ojo de la cerradura y tomar nota. De lo que puedas hacer, digo, que no se esos madrugones que te pegas, que no sólo de pan vive el hombre sino también de los placeres de la noche y la madrugada. Si tuviera que renunciar a los placeres de la madrugada, fuego, libros, música, escritura, para estar en un rocódromo como tú a las siete de la mañana no se yo si tendría que buscarme otro ejemplo a seguir :-) :-) . Al menos en invierno. Por lo demás encantado de tener en ti un ejemplo que me aprieta las clavijas cuando la pereza o los males de los años empiezan a comerme hasta los higadillos.

Últimamente estoy aprendiendo a ser breve, así que resumo, que feliz cumpleaños, feliz vida, que esa molestia de la planta del pie remita y, sobre todo, que nos puedas seguir dando ese magnífico ejemplo a todos a los que vamos a rebufo del entusiasmo que pones en esta nueva etapa que comienzas.

Un abrazo

PD.  No he encontrado mejor fotografía para encabezar estas líneas que esa tan encantadora estampa familiar de cuando llegasteis tú y Sito a Barajas. Me encanta.