Mi trasgresora tienda de campaña, a la izquierda a la sombra del Cervino, se parece a Eva en su pasión por ejercer su libertad :-) |
El
Chorrillo, 3 de enero de 2021
Quizás
es llevar el asunto muy lejos, este de mi post de ayer cuando defendía la no
necesidad de hacer caso a normas tales como las que impiden acampar en
Guadarrama, si me remito al Génesis. El tema me parece lo suficientemente
interesante como para dedicarle una líneas. En los comentarios entre los
partidarios de saltarse la norma y de aquellos que defienden que hay que
cumplir la ley por encima de todo, y en caso de desacuerdo trabajar para cambiarla,
se manifiestan dos posturas encontradas que podrían abrir un debate sobre qué
es lo que debe primar, la justicia o la ley. En el primer caso se defiende la
vía de la trasgresión como eficaz manera de cambiar algo que consideramos
injusto a fin de llegar a través de ella a una situación, una normativa más
justa, algo que probablemente hacemos todos los que acampamos en lugares y
circunstancias que consideramos no deben ser objeto de prohibición. En el
segundo caso, inmensamente más largo y menos operativo se propone cumplir la
norma y “esperar” a que ésta, en función de los mecanismos legales al alcance
del ciudadano, algo arduo y complicado que podemos considerar utópico y
escasamente viable.
El
comentarista que inicia la discusión, lo llamaré X, razona diciendo que si una ley está mal, se cambia, no se incumple.
Es decir, por encima de todo debo asumir la obediencia a la ley aunque ésta sea
injusta. Y si es injusta la única salida que propone es cambiar la ley. No dice
quién debe cambiarla ni cómo los afectados pueden acceder a promover ese
cambio, lo cual ya de entrada nos pone ante el altar de
Para
abundar más en esta idea el amigo Loren me va permitir que cite aquí el
comentario que hizo a X: “Ojalá todo el mundo tuviese las pelotas de saltarse
las leyes egoístas hechas a la medida del puñetero capitalismo... no hablo de
películas”. Pero para X, estas razones, estando atado a la rueda de molino de
la obediencia indiscriminada a las normas y, aunque apunta como deber cívico el
trabajar para cambiar aquellas leyes o normas que consideremos injustas, se
manifiestan como pura retórica. Ya se sabe que los caminos del infierno están empedrados
de buenas intenciones.
Y tan
empeñado está X en esa ciega obediencia que no duda en recurrir al libro de las
citas trayendo a Cicerón para justificar esa obediencia: "Y convendréis conmigo
que en una ciudad que está regida por leyes es mucho mas indigno saltarse las
leyes. Porque ellas son el vínculo de esta dignidad de que gozamos en la república,
el fundamento de la libertad, la fuente de la justicia" (mi chica, con
quien estoy revisando este texto, exclama: ¡Menudo era Cicerón!), Algo que
ciertamente es correcto, pero correcto en la medida en que sea justo, porque
legal era el apartheid, porque legal la negación del voto a las mujeres, porque
legal es que el rey emérito robe o que se incumplan impunemente artículos
sustanciales de la constitución, legal fue que Franco fuera un repugnante
asesino… Hay miles y miles de hechos legales que claman y claman al cielo por
su absoluta repugnancia.
Pero a
X todas estas minucias se la traen floja, porque sigue insistiendo en la misma,
sólo que ahora lo dice a voces, porque hablar a voces es hacerlo con mayúsculas
en Internet: “Mientras la ley sea la que hay el deber de "TODA PERSONA DE
BIEN" es cumplirla...”. Amén. Le añadí un par de comentarios, uno
preguntándole si sabía quién era Rosa Parks (no contestó) o le cité a Henry
Thoreau con aquello de: “La desobediencia no es un acto de rebeldía gratuita,
sino un gesto cívico que puede cambiar el rumbo de la historia”. (Tampoco hubo
respuesta).
Doy por
terminado este tira y afloja y vuelvo al Génesis que dejé abandonado en las
primeras líneas y en donde se da el testimonio de la primera trasgresión de la
historia de
En fin,
que bendita transgresión primera que dio lugar a que hombres y mujeres
pudiéramos hacer una fiesta durante toda la vida con aquella clase de juego que
no habría tenido lugar si a Eva no se le hubiera ocurrido aquello de jalarse
una hermosa manzana starking y pegarse un culazo en la nieve.
No
quiero ser más prolijo con estas líneas, pero con toda seguridad el progreso
del hombre no habría tenido lugar si no se hubiera decido a trasgredir desde el
mismo comienzo de su aparición en este mundo. De hecho la historia de la humanidad
es una continuada trasgresión, una ruptura con el pasado para alumbrar la
realidad con una nueva luz. Si hubiéramos sido tan obedientes como predica el
comentarista X ahora estaríamos en nuestra fase arborícola.
eso, cambiemos la ley. Genial teniendo en cuenta que muchas leyes precisan para cambiarse de una mayoría imposible en un parlamento donde la inconstitucional disciplina de voto es "legal" y la mayoría de los partidos consideran que votar contra los "contrarios" es lo correcto, y votar a favor una "traición, algo ilegítimo, casi casi una rebelión, sedición o golpe de estado"
ResponderEliminarEl río está tan revuelto que la ley en principio necesaria para la organización de una sociedad está tan totalmente desprestigiada por el uso espurio que hacen de ella que es imposible a veces saber a ciencia cierta si debes cumplirla u ponerte a ella.
ResponderEliminarEs totalmente injusto no poder acampar en la montaña, siempre los amantes de la montaña hemos respetado el medio, nada que ver con las hordas de turistas que invaden ciertos lugares de nuestra sierra los fines de semana y festivos. Por encima de determinada altura no deberia estar prohibido acampar, a personas con experiencia en montaña, siempre que se resepete el medio natural. Saludos.
ResponderEliminarNecesitamos redefinir el concepto acampar que es excesivamente amplio. Una nueva acepción del diccionario debería contemplar el hecho de acampar como modo de protegerse del frío, de los temporales y de la noche. No es lo mismo esto que poner la tienda junto a tu coche y montarte una fiesta. La RAE, que espabile. Quizás así los responsables se enteren de qué va la vaina.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con tus dos comentarios. Escribes de maravilla.
ResponderEliminarEs tan cierta la dicotomia justicia-ley que lo vivimos dia a dia: como es posible que sea ilegal preguntar, a quienes con su trabajo e impuestos sostienen al pais, si quieren mantener o no a una monarquia privilegiada? , preguntar solo, ya es ilegal.
O el sufrimiento de prisión y exilio ( llevan ya 3 años) que padecen algunos lideres en Catalunya por dejar que los ciudadanos votaran libremente y expresaran su opinión. Otra vez ilegal el solo hecho de preguntar.
Yo soy profesor de geologia en batxillerato y cuando he llevado a un grupito de alumnos a acampar durante 3 dias a mas de 2000m para estudiar la geomorfologia glacial, tenemos que andar cada dia montando y desmontando las tiendas y escondiendolas, con el peligro que conlleva que nos pille una tormenta de tarde mientras regresamos de la excursion sin poder guarecerse en ellas.
Gracias Pep. Esta espuria legalidad que se maneja en el país, la que mencionas de los líderes catalanes, la de Alsasua aplicando la ley antiterrorista a una reyerta de jóvenes porque alguno de ellos etcétera ha sido siempre aquí el modo más rápido con que desprestigiar la misma ley, hecha como decía no hace mucho un alto jurisconsulto, para cazagallinas y para provecho de unos cuantos. Una desgracia que nos persigue y que probablemente los políticos en ciernes están poco dispuestos en solucionar porque han estructurado una democracia a la medida de las necesidades de los partidos en vez de a la medida de a quienes debería servir, a los ciudadanos. Desprestigiar la ley hasta el punto de que tengamos que hacer uso del sentido común para hacernos oír. Yo fui profe de EGB y alguna vez llevé a mis alumnos de acampada previa a nuestro paso por Peñalara y claveles, un acto casi heroico por cuestiones de responsabilidad civil y otros. Me parece que hay cosas que no solo habría que prohibir sino incentivar y ayudar en alguna medida. Hay una falta de imaginación en esta gente lamentable, falta de imaginación porque siendo lógicas determinadas prohibiciones, precisamente por esa fragrante masificación que se produce en nuestros días, que debería ser asumida con decisión con el ánimo tanto de preservar el medio ambiente como con el de servir a los ciudadanos en la medida de lo posible. Algo complicado, pero no imposible. Cuando se establecen normas así, prohibido a todo el mundo sin más, parece como si nos estuvieran llamando también guarros a aquellos que hemos respetado y cuidado nuestras montañas durante toda la vida.
EliminarGracias por tu comentario que viene a enriquecer el diálogo de cuestiones que nos afectan a todos.
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