El Chorrillo,
4 de junio de 2023
Acabábamos
de ver un documental de RTVE que hablaba de
Estoy
contento esta noche. He pasado una bonita jornada con unos amigos alrededor de
una paella, una de esas jornadas que te dejan el buen sabor de boca de una
larga y distendida conversación, la comida, el vino, los postres, la vuelta al día en ochenta mundos diferentes… hemos estado en
Hoy,
Eduardo, con un maravilloso énfasis daba testimonio en un video de esa pasión
que nos mueve a tantos por las montañas, por los entornos que fueron alimento
de nuestra pasión desde la adolescencia, y en defensa de ellas advertía a los posibles
mercaderes dispuestos a arruinar nuestro Pirineo: “Mi fantasma cuando me muera
se os aparecerá por la noche y os tirará de las piernas”. Solté una carcajada
cuando le oi. Genial, Eduardo, le contesté a Toti, que era quien me había
mandado el link del video. Se lo decía a Mar en otro guasap, estoy enamorado de
este hombre. Lo Advierto, mis amores son muchos, lo es Eduardo que con sus
muchos años sigue guerreando por unas montañas libres de la especulación y los
mercaderes, lo es Carlos, que esta tarde me decía que su situación tras el
accidente está siendo más dura de lo que creía, pero que tiene ganas de volver
a encontrarse con nosotros, con los amigos. Coño, me digo, cómo no estar
enamorado de un hombre así al que esta misma noche he visto en el collado
Cabrón con Sito charlando para RTVE con esa pasión en los ojos, en la mirada,
en sus palabras. Podría hacer una larga lista de mis amores, mujeres aparte,
que también me volvieron en algún momento loquito, pero ahora, a estas alturas
de la vida mis amores son otros y entre ellos tantos amigos de la montaña que
me enseñan, a los que admiro, a los que me insuflan con su ejemplo fuerzas para
no perder de vista la posibilidad de llevar una vida apasionante, amigos con
los que puedo compartir ese gran trozo de existencia que me vincula a los
bosques, a las montañas, a la posibilidad de perderme durante semanas por los
dominios de un mundo salvaje.
Y
juro que estoy sobrio, que lo que sucede es que, como decía mi hijo Guille,
estoy de pm , sí, cuando me encuentro con este apasionado personal que se mueve entre
los riscos como si la vida le fuera en ello. Días atrás Pedro Mateo terminaba
así un post dedicado a Sito: “Dichoso aquel que entre en el reino de sus
AMIGOS”. Algo así me sucede a mí cada vez que termino una jornada entre amigos;
también entre amigos que al principio del día eran una posibilidad y que en
transcurso de la jornada siento tan cercanos; hoy sin más Fafi, Loli y Tamara,
y no cuento a Santiago o a Keemiyo que ya de sobra nos conocemos; ni a Santiago
Fernandez que lo retuvo su enfermedad y al que admiro por otras razones.
En
otro momento de su post Pedro pregunta a Carlos: ¿y tú que has hecho para tener
tantos amigos y ser tan querido? A lo que Carlos, tras una pausa, le mira y
contesta: “¡Yo no he hecho nada, si
acaso ... subir cuestas!”. Y pienso en Keemiyo contándonos esta tarde una
escalofriante ascensión en
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