El Chorrillo, 3 de noviembre de 2021
Meteos la crisis climática por el culo, meteos la reforma
laboral por el culo, meteos la renovación del CGPJ por el culo, meteos la
derogación de la ley Mordaza por el culo… Y así at infinitud, cosas que suceden en una sociedad infantilizada como
la nuestra y que no cabría imaginar entre gente seria y adulta porque si eso
sucediera los líderes políticos habrían dejado sus puestos mucho tiempo atrás.
Si pasa lo que pasa es porque queremos o porque su poder descansa en una
sociedad que tolera la desfachatez y la hipocresía con que sus gobernantes los
tratan. Hegel: “Para que uno sea poderoso, otro tiene que ser impotente. Los
amos obtienen sus sensación de valía a partir de la opresión del prójimo”. Más:
El filósofo y teólogo judío Martin Buber divide las relaciones en dos tipos:
Yo-Tú y Yo-Ello. La primera representa un toma y daca mutuo entre iguales,
mientras que la segunda se fundamenta en la propiedad y la manipulación, igual
que entre una persona y un objeto”. Aquí de iguales nada, pura cosificación de
los ciudadanos de los que parecen reírse a cada rato. Nos tratan como
imbéciles. Esta gente que dirige el planeta necesita un público idiotizado que
no sepa de la urgencia de preservar el planeta de la codicia de un
neoliberalismo dedicado a expoliar sus recursos naturales; necesita de una basura
de leyes laborales que suman en la precariedad a un elevado número de la
población (estamos a la cabeza en Europa en la tasa de temporalidad, el 22 por
ciento de la población activa); necesita de una ley Mordaza que impida las
protestas; necesita de un público que no tenga ni idea de lo que están haciendo
con su voto (los votos del PP se nutren en gran parte de personas sin estudios
y con ingresos más bajos).
No caben paños calientes para estas cosas. Esa sociedad
quejumbrosa e infantil que compone una considerable parte del conjunto del país
en el que vivimos (¿o no es así?) necesitaría de un cubo de agua fría encima
para despertar de la inmensa idiotez que se fragua da per tutto y oponerse a la insensatez en que estamos metidos. Nos
dejamos tomar el pelo.
¿A qué se debe tanto marear la perdiz con la derogación de
la reforma laboral, la de la ley Mordaza, los tres años de demora de la
elección del CGPJ, la tibieza con la que se afrontan los problemas del cambio
climático? ¿Qué hay detrás de todo este desmadre? Todo el mundo lo sabe, pero
no hay día en que desde los medios o las instancias de gobierno o de la
oposición vengan a tocarnos las pelotas con casuísticas dilatorias, todo un
comercio de humo con que alimentar al personal, incluido el acto de los jefes
de estado del G20 echando días atrás una monedita en
No nos tratan de tú a tú, nos tratan como a esos
gilipollas de mierda que hay contentar con gestos y sonrisas profidén.
Esta mañana tardé menos de tres minutos en ver la prensa,
pero fueron suficientes para ponerme de mal humor. La hipocresía es la reina del
panorama político general. Lo cantaban Greta Thunberg y una multitud de jóvenes
días atrás en Milán criticando a los líderes mundiales reunidos: “Decimos no
más 'bla, bla, bla', no más explotación de las personas, la naturaleza y el
planeta; no más lo que sea que hagan ahí dentro. Podéis meteros la crisis
climática por el culo”.
Terminado este post me llega un guasap del amigo Toti que ilustra muy bien de qué va esta gente. Su guasap dice:
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