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| Paseo invernal junto al arroyo Tochuelo, en Serranillos del Valle |
El Chorrillo, 23 de septiembre de 2020
Está mañana me desperté pensando en la vida que llevan algunos vecinos.
A los pocos minutos me incorporé en la cama y tuve necesidad de escribir sobre
ello. Sentado en el borde escribí lo que sigue:
El berenjenal en que me he metido estos días intentando abrirme paso en
la lógica de una modernidad que empieza a construir un mundo regido cada vez
más por un deseo de blindarse ante hipotéticos malhechores que alteren esa vida
pequeño burguesa que han construido a su alrededor como si eso fuera la
finalidad esencial de sus vidas, hace que, viendo cómo está el patio, cada vez
me afirme más en la convicción de lo absurdo de ese mundo que curritos, sí,
curritos aunque tengan mucha pasta, dedicados a hacer dinero, construyen a
espensas de energías que mejor debieran emplear en disponer de tiempo libre para
sus hijos, sus parejas o sus amigos. Y es que me los imagino, tengo experiencia
en ello, he pasado décadas de maestro de escuela (durante muchos años mis alumnos
fueron de Serranillos) con padres de alumnos que apenas tenían tiempo para dar
un achuchón a sus hijos, que tenían casas de muchos caudales, tuve un padre que
disponía de piscina dentro de casa, pero que solo veía a su hijo un par de
horas a la semana, un hijo que vagaba totalmente en manos de una señora que se
hacía cargo de la casa, hijo abandonado pero padres “nuevos ricos”. Me los
imagino sí, lo comentaba ayer un padre de Serranillos en mi última entrada,
decía que tenemos una preocupación mayor por las propiedades, por la pasta que
entra en casa, que por la educación y el calor que debemos a nuestros hijos. Me
los imagino, no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita, dado
que sus vidas consisten en la pobre cosa que es trabajar y trabajar, estas
personas pierden toda referencia lógica de lo que es importante en la vida y se
envuelven en el manto de un mundo tan absurdo que visto desde fuera, visto por
mí con treinta y cinco años dedicados a la escuela, da una visión muy
precisa del abandono que sufren muchos niños de esta clase de padres tan
trabajadores pero sin tiempo para sus hijos; visto por mí, que ama sobre todas
las cosas el tiempo libre y que dedica gran parte de la existencia a estar en
estrecho contacto con
Estimo que si fuéramos capaces de leer con detenimiento algún breve
manual de filosofía práctica sobre la vida y nos asomáramos a ella como quien
la ve desde los aires, la vida, unos poco años de intentar ser un poquito
felices, la vida, un espacio en que tener tiempo para jugar con nuestros hijos,
tiempo para nuestra pareja y nuestros amigos, la vida, tiempo para disfrutar de
esa maravilla que es
Pero no, nos han engañado por todos los lados haciéndonos creer que la
vida es otra cosa, que la vida es casi exclusivamente trabajar y tener una
semana de playa al año, que la vida es consumir y defenderse de los posibles
malhechores, de los gitanos, por ejemplo, como seguía defendiendo ayer el
vecino Marcos Díaz, y claro, así nos va. Y por cierto, así es como funcionan
muchos, inoculados por un lado por los mercaderes de todo tipo y por los
partidarios de la xenofobia y de las aspiraciones burguesas, terminan votando y
pensando como votan y piensan sin ni siquiera plantearse la sencilla pregunta
de qué sería mejor para la convivencia, para nuestros hijos, para todos, y ello
porque los razonamientos tienen muchas dificultades en abrirse pasó a través de
toda la morralla que se nos viene encima con la propaganda política o mercantil
y los deseos desordenados de acumular y acumular.
No está bien hablar de uno mismo, pero me voy a permitir hacerlo aquí
para que se entienda mejor lo que quiero decir. Creo que haciéndolo se podrán
comprender más claramente los párrafos anteriores y el hecho de que me parezca
tan absurda una vida dedicada con tanto ahínco a aumentar las cifras de la
propia cuenta bancaria. Me voy a referir exclusivamente a una parte de mis
hábitos de verano e invierno. Desde muy jovencito descubrí en la montaña y en

No podría estar más de acuerdo con tus palabras. A lo que tan solo, si me permites, añadiría el aplazamiento de las cosas, dejarlo "para mañana".
ResponderEliminarEn cuanto a los hijos, tenerlos es uno de los más grandes regalos de la vida, en mi humilde opinión, disfrutar con ellas y sufrir a veces, claro, es una de las respuestas clave para tratar de responder a la pregunta ¿qué es saborear la vida?.
No conocía tu blog, pero guardado queda entre mis favoritos.
Gracias por compartir tus reflexiones.
Vicent
Gracias Vicent, acompaña saber que hay otros que respiran de manera parecida.
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