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Las calles de Serranillos del Valle esta misma mañana al amanecer
(Calcuta 1984, en
mi primer viaje a
El
Chorrillo, 26 de septiembre de 2020
El
título entrecomillado corresponde a las palabras de una vecina que en un
comentario de esta mañana manifiesta, no lo dice con las palabras que siguen, lo leo en su subconsciente, que las prioridades en los presupuestos
del Ayuntamiento quiere que se centren en que los servicios municipales le
quiten las malas hierbas de la acera de su casa.
Esta
mañana nada más abrir el Facebook ya tuve tema para mi diario. Me partía de
risa leyendo en torno a la entrada de esta vecina que ha confundido su casa y
sus alrededores con el palacio de
¿En
qué debe emplear el Ayuntamiento el presupuesto municipal y a cuyos gastos
todos contribuimos con nuestros impuestos? Obviamente en servicios que redunden
en beneficio de todos y no en beneficio de los que sean capaces de ejercer
mayor presión directa o indirectamente sobre los responsables del Ayuntamiento.
Un ejemplo, si el Ayuntamiento dedica una considerable cantidad de dinero a
seguridad en una localidad en que está ausente la delincuencia, o gasta dinero en
un campo para que un grupo dé patadas a un cacho de cuero lleno de aire, o,
etcétera y no emplea apenas nada, repito, tan solo un ejemplo, en arreglar los
caminos habrá que preguntarse por cuál es la razón de las preferencias. Tras
las partidas presupuestarias de un ayuntamiento se esconde toda una filosofía
de la vida que me parece no está de más poner en cuestión. Soy un vecino de
tantos y como cualquier otro tengo derecho a decir esta boca es mía cuando observo
el descaro con que la mentalidad de algunos vecinos pueden inducir a los
regidores del municipio a inversiones que según mi parecer están fuera de
lugar. Elegir entre policías y armas o cultura, entre cámaras de espionaje o
infraestructura, sigo con ejemplos, son unas de tantas tareas en las que la
filosofía de un equipo de gobierno trabaja continuamente. De ahí esa necesidad de que los vecinos expresemos nuestra opinión en
orden a conseguir un actividad municipal que favorezca a la mayoría, no
desprecie las necesidades de las minorías y tenga en cuenta los objetivos que
deben guiar a una comunidad, como es su bienestar, su educación y su clima de
convivencia, un difícil equilibrio, ya lo sé. Y antes de que se me olvide,
porque lo cortés no quita lo valiente, un aplauso para todo el equipo municipal
por la encomiable gestión que están haciendo del Covid.
Como
con ejemplos se entienden mejor las cosas voy a referirme a dos casos que
conozco de cerca para que quien me lee se haga una idea de la diferencia que
hay en atender a las pijerías de nuevos “ricos” (dicho ello con el mayor cariño
del mundo y sin ánimo de animadversión), cuyas prioridades son que les quiten las
hierbas a las juntas de sus aceras, y las de otros lugares cuyas prioridades
están centradas en aspectos realmente importantes. La primera vez que viajé al
norte de Escandinavia, en el año 1969, en lugares como Rovaniemi, en
Segundo
ejemplo. Creo que ya he hablado por aquí de mis aficiones a caminar. He caminado
por España una cantidad de kilómetros no inferior a veinte mil, repito, más de
veinte mil kilómetros (los curiosos pueden encontrar en mi blog de los caminos mis reflexiones).
Pues bien, digamos que conozco bastante de cerca cómo son en general los
caminos rurales de nuestro país. Bueno, pues puedo asegurar que en Serranillos
del Valle tenemos prácticamente los caminos en peor estado del país, de todo el
país, caminos sin zanjas de drenaje que se echan a perder aunque les den un
leve barniz por encima de vez en cuando porque nadie se ocupa de compactarlos y
mantenerlos adecuadamente. El pasado invierno quedaron impracticables
prácticamente el ochenta o el noventa por ciento de ellos. Avisé al Ayuntamiento
hace tres años de estas anomalías a través del Twitter, hace tres años; me
contestaron, nunca había presupuesto… posiblemente porque el presupuesto había
de emplearse en quitar las malas hierbas a los vecinos nuevos “ricos” J o en algo sumamente más importante. Últimamente, a
Dios gracias, algo hicieron en una de las partes habitadas… aunque con material
que les había sobrado de alguna obra (gracias, de todos modos). Caminos como el
que parte sin más entre el restaurante El Labrat y la rotonda de la 407,
llamado Camino Moraleja, actualmente, y desde hace tres años, tres años, tres
años, es imposible atravesarlo con un coche. Les sucede a muchos caminos cuando
llueve.
¿Vuelvo
a repetir que es que sigue sin haber presupuesto porque hay que limpiar las
malas hierbas de las puertas de ciertos vecinos, o porque hay que estar a la
última en la tecnología de las pistolas de la policía o que hay que tener el
pueblo lleno de cámaras de espionaje para que los nuevos ricos estén contentos?
Joder, esta mañana una vecina me decía en un comentario que prefería que fuera
positivo en mis escritos. No encuentro otra manera de ser positivo que alertar
a los responsables del Ayuntamiento sobre estos deslizamientos que se producen
del presupuesto municipal hacia partidas que parece que tienden únicamente a
dar satisfacción, eso, ya lo saben, a los nuevos ricos y a los pijos, dicho con
todo el cariño del mundo, que prefieren tener sus aceras limpias de malas
hierbas a intentar diseñar algo que invite a un crecimiento personal,
bibliotecas, cultura, o un tránsito adecuado por los caminos del pueblo
(Recuerdo que Serranillos del Valle es un municipio no exclusivamente, no exclusivamente,
un centro urbano).
Tengo
que volver a indicar, para no llamar a engaño a nadie, que la labor del
Ayuntamiento me parece loable, pero que pienso que deberían ajustar un poco más
sus puntos de mira a otras realidades que no sean atender a las modas y a ese
miedo que subyace en quienes creen que hay maleantes tras todas las esquinas. ¿Recuerdan
aquello de Aute de “más música, por favor”?, pues parecido más cultura, por
favor. Necesitamos una buena borrachera de cultura y los señores del
ayuntamiento pueden contribuir a ello muy mucho. Que hacen bastante, ya lo sé,
pero incluso así, que ya ven cómo está el patio. Ánimo.
Esta
mañana un vecino ha enriquecido el diálogo en el grupo vecinal con un
comentario en latín del Arcipreste de Hita; lo reproduzco aquí: «A muchos habría
que ofertarles lo dicho por el Arcipreste de Hita: Intellectum tibi dabo». Y que mi chica, que fue estudiante de
letras, me lo traduce así: “Te daré intelecto” y capacidad de comprender. Quizás
me equivoque en algunas cosas, pero al menos a esto me atengo, a mi esfuerzo
por querer entender la realidad que tengo a mi alrededor.

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