domingo, 13 de abril de 2025

La derecha del rebuzno

 



El Chorrillo, 14 de abril de 2025

Aterrizar sobre cierta política que nutre las portadas de los periódicos nacionales, lo que induce a pensar es que nos movemos en un infantilismo exasperante, las declaraciones del tal Feijóo, el ático del tal donde vive la tal, presidenta de la Comunidad (otro ático hace tiempo llenó también páginas y páginas de los periódicos, aquel de expresidente de la Comunidad Ignacio González, siempre chorizos queriendo vivir por encima de sus posibilidades), el asunto de Begoña, el de Ábalos, la tragedia de tener a un inepto en Valencia choteando al público desde hace meses con doscientos muertos a su cargo, el trajín de los jueces corruptos, la paradoja del juicio al Fiscal del Estado… Esas historias. Que las portadas de los periódicos las ocupen todos estos asuntos da la medida pueril en que se desenvuelve “la política” cara afuera de España. Chorizos de poca monta, idiotas de solemnidad copando las instituciones del Estado, asuntos inocuos que acaparando las portadas sirven de distracción al personal interesadísimo en seguir tras la zanahoria del primero que se la ponga delante las narices.

Si a esto le sumamos además el clima del parlamento, convertido desde hace tiempo en un lodazal, el retrato político a nivel nacional no ya es que resulte infantil solamente, es totalmente indigno. La derecha está convirtiendo la política en un vertedero, un lodazal en el que como los cerdos Vox y el PP hacen lo único que parece que saben hacer, hozar, rebuznar, rebuznar y cocear. La dignidad parlamentaria hecha añicos desde años atrás por la derecha del rebuzno, convertida en estúpido teatro, no deja lugar a dudas de que en el parlamento se nos ha colado lo más miserable que pueden dar estas sufridas tierras de España.

Ya no cabe hablar de la lógica más simple, esa de que el Congreso de los Diputados sea el símbolo del debate democrático y la representación ciudadana; ahora tan sólo se trata de un escenario de confrontación y descalificación, donde sectores de la derecha política española han adoptado un lenguaje que es todo lo opuesto al decoro institucional. ¿Qué cabe esperar de quienes profieren insultos como “puteros”, “gentuza” y “payasos” hacia los miembros del Gobierno durante las sesiones de control? ¿De qué hediondas alcantarillas ha salido esta gente? En el Parlamento balear, el diputado de Vox, Sergio Rodríguez, dedicado a  hacer reiteradas peinetas a un parlamentario socialista durante una intervención. ¿De dónde salió esta bestia de vertedero?

El comportamiento agresivo y despectivo del tal Feijóo, el amigo íntimo de Marcial Dorado, narcotraficante y contrabandista acusado de blanqueo de capitales. Las sonrisas de cinismo de Cuca Gamarra y su amigo de la izquierda en el Parlamento, tan dado a las prácticas de nepotismo con adjudicaciones a dedo en Galicia a familiares y allegados, son otro exponente constante cuando vemos a estos caretos ser contestados desde la oposición. Ejemplos aislados no más, y ello sin echar un vistazo a Madrid donde el desprestigio de las instituciones de la Comunidad que hace constantemente su presidenta y su amado MAR será tan difícil de restañar dada la proclividad de una mayoría de madrileños a votar entre lo más mediocre que pueda dar esta comunidad. Una Comunidad gobernada por una rebuznadora nata. ¿Es esa cosa llamada Ayuso lo que realmente merecen los ciudadanos de Madrid?

Política degradada, comportamientos infantiles, y junto a ello los jueces bendiciendo con el crucifijo papal todos los desmanes de sus allegados, todo un revoltijo maloliente que salta a los periódicos como el sumun de la alta política de Estado.

Gran país el nuestro en donde zopencos y mediocres se colaron por las rendijas de la democracia para convertir ésta en el escenario de un charco de mierda, insultos, peinetas, descalificaciones, mentiras.

Si a este panorama se añade la tendencia autodestructiva que mantiene la izquierda, el panorama es realmente desalentador. El porvenir que nos espera ya no será tanto la España de charanga y pandereta sino algo todavía peor, será una España totalmente infantilizada. Infantilizada por los medios copados por la estrategia de la distracción, infantilizada por la ausencia de un discurso civilizado de la derecha empeñada exclusivamente en la rebuznez de su discurso y la destrucción del adversario, e infantilizada por la izquierda infantilmente empeñada en pedorrear a la otra izquierda serrando con su comportamiento la rama sobre la que tiene asentada sus posaderas. Aún así, desde el punto de vista logístico, de todas las infantiladas la peor será la última, esa cainita disposición de la izquierda a descuartizar a otro hijo del mismo padre y madre.

Sí, cómo es posible  construir y llevar adelante un país a base de rebuznos. ¡Alguien lo entiende? 

 

 


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