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| Nuestra Bartola lo está pensando |
El Chorrillo, 26 de abril de 2021
"Los humanos votan con los pies".
(Yuval Noah Harari. 21 lecciones
Para el siglo 21)
Contestaba
esta tarde a un guasap de un amigo con la cita de un libro que acababa de
empezar hoy mismo. El libro es de Harari; se trata de 21 lecciones para el
siglo XXI. Comienza así esta obra: “En un mundo inundado de información
irrelevante, la claridad es poder”. Mi guasap respondía a uno suyo en el que él
echaba de menos una sólida unión de los partidos progresistas y ponía en
entredicho esa tendencia de la izquierda de mostrarse sus ombligos unos a
otros. Contestaba yo, aludiendo a esa claridad que a veces nos falta para
analizar los problemas globales, que cada vez veo más claro que aunque
sacáramos adelante una república y la izquierda fuera más coherente y uniera
fuerzas, todavía tendríamos un hueso duro de roer, el más difícil. En términos
generales, le decía, somos un pueblo culturalmente atrasado y falto de voluntad
y de ganas de arrimar el hombro; en general, insisto. Unos esperan que los
políticos sean los que les saquen las castañas del fuego, otros siguen como
borregos al flautista de turno; con otros muchos, gente más preparada, de buena
voluntad, se podría hacer un mundo mejor, pero ni de coña sumarían para
contrarrestar el peso de los que ejercen de rebaño o no les dan las fuerzas para
pensar medianamente. A mí me parece, le decía, que esa es la materia prima con
la que se hornea la política del país.
Deberíamos
considerar si aquello que decía Churchill de que cada país tiene los políticos
que se merecen, no está en la razón de ser de nuestra evolución como pueblo. Somos
un pueblo traicionado (Paul Preston), pero no es lógico exonerar de
responsabilidades al pueblo, que en definitiva es el que con su voto sostiene a
los corruptos, a los nazis del moco verde, a los aprovechados de toda condición.
Un adulto que ha sufrido las consecuencias de una educación frustrante no puede
echar continuamente la culpa de sus males a aquellos que le educaron o al
ambiente en que crecieron. Un adulto se hace adulto y debe asumir sus
responsabilidades. Si en este país hay un enorme porcentaje de adultos con una
edad mental que no supera los once años, algo en ello irá en su educación, pero
el resto es de responsabilidad propia. Cuando echamos la culpa a los políticos
o cualséase otros, o instituciones de todo tipo, de nuestros males,
probablemente olvidamos la responsabilidad que compete a todo ciudadano en la
tarea común de construir una sociedad justa.
¿A qué
nos serviría tener una República en un país donde los nazis de moco verde sacan
más de tres millones de votos y donde la democracia aúpa a la presidencia de
Ni
izquierdas, ni derechas, ni República, ni monarquía. Con los votantes que
sustentan esta democracia deberíamos temer que al final todo pueda resultar una
mierda pinchada en un palo. Si los resultados de las últimas elecciones de mi
pueblo pudieran extrapolarse a nivel general en unas supuestas elecciones para
presidente de una República, en España tendríamos como máximo mandatario del
país a una basura de sapiens en la persona del tal Abascal.
Creo
que constantemente confundimos los términos y olvidamos que no deberíamos
perdernos en el ruido de este mundo inundado de información irrelevante, como
escribe Harari, y que tan poco aporta a un entendimiento claro de la realidad.
Llevamos siglos atados a la tutela de instituciones nefandas como
Si al
menos los franceses se hubieran hecho con el poder en 1808, acaso el sentido
común habría tenido mejor acomodo en la historia de nuestro país continuamente
secuestrado por curas, mangantes y meaplilas de toda condición. Pero ¿quién se
atreve a decir públicamente en los medios que los problemas de este país vienen
casi todos de la ignorancia? La herramienta que podría ser la democracia se
hace inútil si el que va a votar es un ignorante, un bruto o una mala persona. En
un mundo civilizado puede haber conservadores, lo que llamamos la derecha, y
gente progresista que busca una justicia social. Todos podemos comprender las
razones de ambas posiciones y que cada uno haga lo posible por hacerlas prevalecer.
Es un marco razonable y justo. Lo que no es razonable ni justo es que gente
depravada, sinvergüenzas de tres al cuarto, sean capaces de llevarse tras de sí
con su flauta a millones de entontecidos
votantes.
¿Llegaremos
alguna vez como pueblo a ser lo suficientemente cultos y sagaces como para
merecernos a unos gobernantes realmente competentes? Dicen que las casas hay
que empezarlas por los cimientos, una lógica tan de cajón y que sin embargo
apenas se tiene en pie porque seguimos pensando en términos erróneos. Empezar
la casa p0r los cimientos: la educación, la escuela, la salud mental, una
filosofía de la vida sana, asumir la idea de que todos nos tenemos que morir y
que lo que hay que hacer es tratar de vivir en las mejores condiciones posibles
al margen de esos gilipollas de siempre, neoliberales los llaman ahora, que no
sabiéndolo dedican su vida acumular y acumular como el rey Midas convirtiendo la política y la economía en un
acto de continua depredación.

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