El miedo a que un golpe de viento se lleve este precioso
sueño que consiste en que la cosas puedan cambiar en este desdichado país
nuestro, deja unas gotas de inquietud en mi organismo esta mañana. Me aterra la
idea de volver a un tiempo en que el 15M no hubiera existido, a un tiempo en
que Podemos no hubiera irrumpido en nuestro país impulsado por aquella sangre
nueva que brotó de las venas de las acampadas de Sol. Me aterra, no exagero,
pensar que tuviera que pasar la última parte de mi vida viviendo en este
infecto ambiente en donde unos pocos han tomado el país como si fuera un
cortijo de su propiedad, pensar en que España pueda seguir siendo esa terrible
realidad que se refleja en Los santos
inocentes, es algo que hunde a cualquiera en la miseria.
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| La plaza de Serranillos en los años 70 |
Trabajé durante tres décadas en la escuela con alumnos de
Serranillos del Valle y pueblos de los alrededores y conozco por tanto algo, creo, el
tegumento interno sobre el que se asienta la realidad de la zona, una
realidad no muy diferente a la que en un plano más amplio se vive en el país. Los
intereses de unos y otros trabajando como topos a la búsqueda de alguna mordida
es un mal endémico en toda España. Por cierto, que faltaría más que no se
hubiera hecho nada bueno, sería injusto negarlo.
Al hilo de esto me preocupa, entre otras cosas porque es el municipio en el que vivo aunque mi casa esté situada en el limbo de un inmenso cerro cubierto de cebada, la repercusión que pueda estar teniendo en el
pueblo la realidad global de este nuevo empuje de regeneración que vive este país actualmente a través de Podemos, pero no estaría de más en un primer
momento que todos aquellos vecinos que han sentido el impulso y la emoción del cambio,
que han entrevisto que los cargos políticos que nos representan deben ser
intachablemente decentes, honestos y al servicio de la comunidad; no estaría
mal, digo, que nos conociéramos y pudiéramos poner en común y discutir a nivel
local las ideas innovadoras que a nivel del país están empezando a transformar
nuestro escepticismo en un real deseo de transformación de esta agobiadora realidad
social y política que vivimos.
Abogaría desde aquí para llamar la atención sobre aquellos
vecinos del pueblo que albergan en sí una esperanza de cambio, para que hagan
manifiesto su apoyo a ese cambio mediante algún tipo de encuentro que puede ser
auspiciado a través de ese recién nacido perfil de Facebook llamado Círculo de Podemos
de Serranillos del Valle.

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