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El perfumen de jazmín rodeando mi ventana me transporta en volandas a algún templo hindú |
El Chorrillo, 2 de mayo de 2025
Ciertos días, ya pasada la medianoche, se
me despierta una necesidad de saber que me lleva a dejar a un lado lo que estoy
leyendo, hoy era Galdós, para investigar entre YouTube y el ChatGPT los orígenes del conflicto de Ucrania, de
Sudán, de Siria, la política de Estados Unidos, el creciente poder chino o la
implicación de Rusia en la política y economía mundial. Me he encontrado con
asuntos tan apasionantes que se me van las horas de la noche escuchando vídeos de Glenn
Diesen, de Mcgregor, Jeffrey Sachs o algún que otro analista
de cualquier parte del mundo que pueda aportarme datos y comprensión para lo
que está sucediendo en el planeta. La simplicidad con la que veía hasta hace no
mucho la interpretación de los conflictos a nivel europeo o mundial me hacía dudar de la prensa diaria y de mi propio
criterio. El haber leído no hace mucho
La desinformación que proporcionan hoy los
medios es tan abrumadora que para enterarte medianamente de lo que está
sucediendo, necesitas echarle horas para abrirte paso en esa desinformación. La evidencia de que no hay manera de
entender el presente sin mirar atrás, se hace tan patente que debería coger
todo lo que he leído desde mi juventud de Historia, ¡ay!, la memoria, y
volverlo a repasar, una labor tan imposible como volver al aprendizaje del
inglés para poder seguir toda la información que quisiera.
Materia para un diario (no precisamente
para compartir en las redes, pero dado que no hay otra cosa…): Situarte frente
al esbozo de una idea, una situación, el relato de
Es algo doloroso vivir la sensación de que
uno debería empezar de nuevo por el principio, volver a los textos del
instituto, a las lecturas esenciales, para hacerlo con toda la atención que
acaso no le dedicaste en aquellos tiempos. Volver en un momento en que ya no te
queda apenas tiempo, en que tu memoria naufraga tan a menudo y la capacidad de
retención es tan débil. Quisieras entrar en la médula de los asuntos, de la
política, de la historia, de la literatura, pero es una ilusión, el mundo se te
escapa, lo que lees pronto lo olvidas, días después de ver una película
difícilmente recuerdas su argumento. Y sin embargo, ¿de dónde viene esa fuerza,
esa necesidad de conocer de un mundo del que en ocasiones no quieres saber nada
durante meses, ni siquiera a través de los titulares de la prensa.
No se trata de que uno quisiera tener
veinte años, sino de añorar de algún modo no haber estudiado, leído, escuchado
con mayor atención y profundidad. O que ahora lo piensas así porque la memoria
no te proporciona los datos que le pides. Esa inquietud que hoy pide conocer
A la pasión de saber se une esa otra
paralela de comprender. O quizás se trata de la misma cosa, y suceda que siendo
mayor y habiendo vivido muchos años uno sienta con apremio comprender lo que
tiene entre las manos, su propia vida, la de los otros, la del mundo en que
vive.
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