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Santiago Fernández, Santiago Pino, José Luis Ibarzábal, Margarita, Nieves, Yolanda, Miguel Ángel |
El
Chorrillo, 6 de junio de 2025
(A merced de una corriente salvaje, Henry
Roth). Tengo un gran afecto por este hombre de palabras atropelladas cuyo verbo
se asemeja a un tanque arrasando todo lo que pilla por delante, mi amigo
Corriente Salvaje. Uno imagina al tanquista en su interior, todo fuego, que un
tanto ajeno a sus interlocutores bajo el acero de su mundo, habla como quien
dispara a bocajarro en voz bien alta que compensa su sordera, contra una
concurrencia que trasiega cerveza mientras escucha con placer su verdad, verdad con la pasión
desaforada de quien ha vivido lo suficiente como para que a estas alturas le
importen un comino las otras verdades o el que le esté oyendo la vecina del
tercero.
Ardor
que si se trata de meterse en política todavía da unas cuantas vueltas de
tuerca más. Aurora roja desde que dejó la teta de su madre, inteligencia
despierta, exinspector de Hacienda, apasionado por la montaña y la bicicleta,
se abre paso en la tertulia con su voz de tenor con el ardor y la intención de
no dejar títere con cabeza. Poeta, lidiador de las causas justas, látigo de los
memos de la derecha, siempre tertuliano ardoroso con el que hay que hablar alto
y deletreando para que no cese su siempre ganas de sacarle la punta al lápiz, allá
le veo todavía en
Toro
salvaje que en el ruedo de la vida con un puñado de banderillas sobre el lomo –cáncer
y metástasis galopante–, arremete, rojo
él hasta los tuétanos, contra todo aquel que pretenda llevarle la contraria, o
que mínimamente se mueva el coco de su interlocutor allende la socialdemocracia
rancia y sus correligionarios más a la derecha. No, no existe torero ni Demóstenes
capaz de igualarle. Corriente Salvaje habla apasionadamente de poesía y sin
saberse cómo, un minuto después sin que nadie le interrumpa, te le encuentras
defendiendo vigorosamente la anarquía; claro que para eso sería necesario… y
acto seguido ya está especulando sobre esos abducidos que se oponen a la
eutanasia y habla de procedimientos rápidos, llegado el caso, para buscar una
solución rapidita. Excelente cóctel para una tarde de tertulia.
Me
acabo de levantar y mi primer pensamiento fue para la fuerza arrolladora de
este titán que se toma sus cánceres y sus metástasis como capitán Trueno
defendiéndose contra los leones de la selva. Voy a hacer una pausa, voy a
bailar un poco y después del desayuno, si los hados me siguen inspirando, sigo
con este faústico retrato del amigo con el que ayer tarde departíamos casi a
gritos en una terraza. Existen sordos que se achantan y en las tertulias quedan
en un rincón silenciosos sumidos en su mundo interior; mi amigo no, que como la
cosa le interese coge su silla y allá va a colocarla junto al interlocutor al
que quiere meter en cintura con sus argumentos, con sus puntos sobre las
haches. Bueno, lo dicho, a bailar voy. Hoy va de rumbas.
Continúo.
Hay días en que hay que cuidar el texto, limar, armonizar; hoy toca otra cosa,
hoy, como de quien hablo es de Corriente Salvaje, me puedo permitir el lujo de
seguir ese fluir de lo que venga y como venga. Así que no muevo ni una coma de
lo anterior, manifestación espontánea de lo que me dictaba el ánimo tras la
tertulia de ayer. Por cierto que por allí andaban también otro par de notables
poetas que sin arredrarse ante la fuerza del poeta mayor, Corriente Salvaje,
también se despacharon a su gusto con sus bien traídos versos. Miguel Ángel, de
suelta y espontánea rima brotada con la naturalidad con la que discurre un
arroyo por las laderas del Guadarrama, había escrito sus versos de camino a la
tertulia; así que versos tuvimos, y no sólo de él, que no os lo perdáis, que
allí estaba también el otro poeta de la izquierda montañesa, don José Luís
Ibarzábal, antiguo presi de
Margarita,
Nieves, Yolanda, Miguel Ángel, Santiago Pino, José Luis: gracias, por esta
amable y agradable tarde. Y para ti, Corriente Salvaje, y muy en especial, mi
admirado amigo, un referente ante la premura del tiempo que se nos va acabando,
un fuerte abrazo.
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