El Chorrillo, 8 de febrero de 2025
Me lo encontré en la portada del elDiario.es; el acierto de dar con una expresión adecuada para una situación política y económica, es digno de elogio. Este es el titular completo: “Richard Gere: “Los payasos millonarios alrededor de Trump son inmaduros y narcisistas, y eso es mortal”. Vivimos en un mundo tan especial, tan anómalo, un mundo donde los arrogantes, los ignorantes, la mala gente, ocupa cargos de relevancia, tan esperpéntico, que si no fuera porque es real, no habría otra cosa que hacer que echarse a reír a carcajada limpia cuando contemplamos lo que hacen y dicen. Contemplar estos personajes día a día eufóricos levantando los brazos en señal de triunfo o con el gesto de una arrogante soberbia en el rostro, o con la cara de imbécil que pone la señora Ayuso cuando dice alguna de sus sandeces, se ha convertido en pan de cada día cuando cada mañana abrimos las páginas del periódico. Días atrás Carlos Enrique Bayo hacía este retrato de la tal Ayuso: “Ayuso encarna la arrogancia de la ignorancia, el desprecio a todo lo que desconoce y la chulería de alguien que no tiene sentido del ridículo por su propia limitación intelectual. Aunque lo más alarmante es que tantos madrileños adoren todo ello y la voten”. Un buen retrato para un presidente de una comunidad. En los retratos que pudieran hacerse de Milei, Trump, Elon Musk y de los millonarios que forman la guardia pretoriana del actual presidente de EEUU, seguro que no saldrían mejor favorecidos. Gente ególatra, impulsiva, sedientos de poder o dinero con ningún sentido de la justicia, de la empatía, esas cualidades humanas que hacen de nosotros la cima de una evolución de millones de años.
Ni siquiera hemos evolucionado para mejorar el entorno en que vivimos, que es lo menos que puede hacer cualquier especie animal para preservar su pervivencia futura. Cabe preguntarse si la irrupción de la razón en el género humano no llegará a ser en el futuro, comprobando la cantidad de palmeros que aplauden la sinrazón de estos gobernantes, un factor que determine nuestro ocaso como especie. La especie eligió siempre el camino de la excelencia a fin de mejorar sus posibilidades de pervivencia. Sin embargo la razón, y con ella la posibilidad de alterar esa línea de desarrollo, para bien o para mal, va introduciendo poco a poco en el mundo un tipo de locura, un modo de pensar y hacer en el que la excelencia poco menos que se desprecia para entregar en su lugar el timón a necios y psicópatas. ¿Qué es si no eso de que subnormales, pirados, asesinos, ególatras se vayan haciendo con el gobierno del planeta? ¿Qué es eso de que la gente de a pie, la gente sin medios económicos vote a los millonarios? ¿Es que están mal de la chola? ¿Es que en el planeta se está produciendo a nivel global una mutación genética que impele a esta gente a empujar al mundo hacia su autodestrucción por la vía del voto?
¿Serán, según apuntan las tendencias de voto en tantas partes del planeta, la arrogancia, la ignorancia, el desprecio, la limitación intelectual, la chulería, la codicia, la sed de poder, las cualidades idóneas para asumir el gobierno de las naciones? ¿O acaso es que el mundo está poblado de imbéciles que no saben lo que se hacen cuando les toca abrir la boca, ese único momento en que podían cambiar el rumbo de un país y que lo emplean en elegir a las bestias de turno?
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