jueves, 6 de febrero de 2025

Ganar voluntades, no aplastarlas

 



El Chorrillo, 6 de febrero de 2025

Este hombre, Pepe Mujica, con aspecto de aldeano o cabrero, que te lo podías encontrar bajando a las vacas del monte camino del establo, que habla quedo y sin prisas, que obliga a Évole a guardar silencio y a darle tiempo, uno, dos, tres, cuatro segundos, para que Pepe, que anda por ahí buscando en sus pensamientos sin prisa la respuesta que debe dar al reportero español; este hombre, que en ocasiones parece ausente, lejos de lo que se corre en el mundo, pero que se sonríe  recordando su entrevista de hace unos días con Slim, uno de los grandes millonarios de este planeta, se sonríe de lo equivocado que pueden estar tantos cazadores de fortunas. Este hombre, le veo, le escucho y entiendo tan perfectamente lo que siente, que me congratulo por la edad que tengo y por lo que la experiencia de la vida ha ido metiendo entre el tuétano de mis huesos, porque entreveo que sus pensamientos son mis pensamientos. Yo un poco más áspero llamando chusma a esa plebe que me cae mal y por cuya causa y voto el mundo va tan mal, o imbéciles a aquellos que… pero no, Pepe Mujica es más elegante, más comprensivo, usa el gesto comedido de la edad y dice que es pesimista técnicamente, pero optimista orgánicamente. El género humano, el alma del sapiens al final siempre desarrolló herramientas para seguir adelante, por eso Mujica confía, habla de optimismo orgánico. No le queda otro remedio que encender una vela póstuma por la esperanza, saber que Elpis, el de la Caja de Pandora, sigue allí en algún rincón del alma global pensando que algún día quizás sentemos cabeza como especie. Mientras tanto “el problema es ganar voluntades, no aplastar”, lo dice Mujica que sabe mucho, el largo camino de ganar voluntades.

Y entro en materia. El contexto, esta misma mañana que un amigo con el que discrepo cariñosamente –discrepar, ese grato entretenimiento, de política y economía–, se acuerda esta mañana de mí y dispuesto está en este momento con el otro amigo Papila a abrir una vía a la que pondrán, dice, que acordándose de mí, “El hombre que no veía la tele”, en alusión irónica a un servidor, que efectivamente no tuvo en casa nunca tele más que en un corto periodo de tiempo en que consideramos que nuestros hijos merecían ver un par de programas como Barrio Sésamo y El libro de Petete. Sucede que junto a su guasap, por encima de él, me encontré una de esas chinchetas que fijan en lo alto algo que él me quiere hacer recordar. ¿El asunto? Una conocida cita de Quevedo que reza: “Para hacer lo que quisieras, decid lo que debieras”. Creo recordar que aquello tenía algo que ver con la intervención de Garzón, entonces ministro de Consumo. En aquella ocasión, finales de 2021 y principios de 2022, en expectativa de las elecciones autonómicas de Castilla y León, Garzón dio una entrevista al diario británico The Guardian en la que criticó el modelo de las macrogranjas de España. Señaló que estas explotaciones intensivas producían carne de peor calidad y que tenían un impacto ambiental negativo, además de generar un trato inadecuado a los animales. Sus declaraciones fueron aprovechadas políticamente en plena campaña electoral. La oposición, el PP y Vox, le acusaron de atacar al campo español y pidieron su dimisión. Obviamente mi amigo, agarrado a la máxima de Quevedo, “para hacer lo que quisieras decid lo que debieras”, hacía la crítica correspondiente a Garzón, es decir que mejor aquello de a boca cerrada no entran moscas.

De la entrevista que vi anoche de Pepe Mujica extraje una reflexión: “El problema es ganar voluntades, no aplastar”. Mujica hablaba de la lentitud de los procesos humanos y se refería a la cantidad de tiempo que le ha llevado siempre a la humanidad encontrar el cauce adecuado del bienestar común. Si para hacer lo que quisieras, la consigna es decir lo que debieras, puro marxismo decía mi amigo, ejemplos notorios tenemos en la Historia producto de ese eximio pensamiento. Aquí unos pocos ejemplos: Hitler lo hizo, Hitler sabía lo que quería e hizo lo que en correspondencia debía, entontecer al personal con diatribas racistas. ¿El resultado de hacer lo que debía? 85 millones de muertos y un mundo asolado. Stalin también sabía lo que quería e hizo lo que debía. Como consecuencia de su acción: 20 millones de víctimas. Netanyahu también hace lo que debe en función de lo que quiere, en consecuencia: exterminar a los palestinos, más de 47.000 asesinatos. ¿Quieres invadir Irak y no tienes argumentos que muevan a la población a darte la razón? Haces lo que debieres: Enlatas a unos cormoranes en medio de un charco de petróleo, haces unos montajes de vídeos, acuñas un montón de mentiras, pones en primer término armas de destrucción masiva, que nunca existieron, y ya tienes la anuencia de tus ciudadanos para exterminar, asesinar y ocupar un país impunemente. ¿Más sobre eso de hacer lo que debieres en función de lo que quisieres? Aquí mismo, en Madrid. Sugiero a la izquierda que tome nota del argumentario de Abascal, de Miguel Ángel Rodríguez, del tal Aznar o del tal Feijóo y con él tiren palante, que esa es la manera de ganar las elecciones en Madrid. Que se conchaben con la facción mas deprimente de los jueces, la Iglesia, el ejército, que seguro que con sus procedimientos sacarán más votos. ¿Seguiremos pensando como Quevedo, como cree mi amigo? ¿Habrá de hacerse siempre lo conveniente con tal de…?

Anoche me quedé con otra reflexión de Pepe Mujica: “La cultura es hija del tiempo perdido”. La cultura, aquello que habrá de salvar a la ignorancia, causa de la mayoría de nuestros males. Pero no la “cultura” de la mentira, sino la cultura de la veracidad. Si la ley Mordaza es una puta mierda que nos han puesto encima a modo de dogal, es necesario derogarla y gritarlo a los cuatro vientos, si tantas granjas tal como están ahora nos hablan del maltrato animal y de la baja calidad de sus productos, es necesario terminar con ellas tarde o temprano. Que el PP y VOX van a aprovechar aquello para conseguir votos… triste. Pero es necesario saber que …que habrá un día en que todos al levantar la vista veremos algo más que mentira y desprecio por la inteligencia.

Y todo ello teniendo en cuenta las palabras de mi amigo, que ahora andará abriendo una vía mientras yo abro también otra vía, ésta una vía de comunicación para intentar encontrar una síntesis en esa verdad que él defiende. Sus líneas: “Pura retórica querido Alberto, la realidad es que en esta democracia liberal que tenemos en todo Occidente, solo hay una forma de mejorar las condiciones de vida de la mayoría, y es desde el poder. Desde la oposición se pueden decir verdades como puños y grandes discursos, pero…”. Difícil síntesis, si es que ello es posible. Si es posible porque la ignorancia se interpone en el camino y en consecuencia se da una gran mayoría que se presta a ser carne de cañón en función de su pereza y su falta de voluntad para ejercer el sentido crítico, es decir eso que tenemos encima de los hombros, el coco, para discernir lo que es cierto de lo que no. ¿Habremos de mentir como lo hace el PP y la extrema derecha para así etcétera…? Ni de coña. Mejor esperar a que esa mayoría, esa inmensidad de gente que vota Trump, Netanyahu, Milei, enjabone su cerebro con un poco de cultura. A fin de cuentas con sus altos y bajos, indicios hay, a Bolsonaro le sucedió Lula da Silva. Altibajos en la Historia a la espera de que el sentido común y el conocimiento de la realidad terminen de imponerse sin necesidad de hacer uso de la mentiras dichas o implícitas. Pura retórica, dice mi amigo cuando defiendo este modo de pensar. Bueno...

¿El camino?: Pues parece que no hay otro que ganar voluntades poco a poco, eso sí, con la verdad por delante.


2 comentarios:

  1. Vencereis pero no convencereis.
    Que frase tan grande. Que sabia. La conocemos desde hace más de 80 años, se dijo en unos momentos históricos para España. Hoy sin embargo hay que decirlo a los que invoquan el "muera la inteligencia". Otra gran frase que nos viene a la cabeza después de ver lo que están haciendo los genocidas, que quieren hacer desaparecer Gaza.
    ¡Cuanta sabiduría la de Pepe Mujica! Ejemplo para los actuales gobernantes. No tiene pelos en la lengua y tiene la suficiente autoridad moral para denunciar el giro tan peligroso que está haciendo la humanidad, con unos descerebrados al frente.

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