lunes, 6 de abril de 2020

“¡Qué ganas de darte un abrazo!”




El Chorrillo, 6 de abril de 2020

Me encuentro un twit de Dani Mateo que me hace sonreír con cierto gusto. Dice asi: “Vivimos tiempos extraños. Hoy he visto a mi vecino y me ha dicho: ¡Qué ganas de darte un abrazo! Era la primera vez que hablábamos”.
Lo comparto por whatsapp y momentos después recibo, entre otros, uno que dice “Éste es cómico de profesión...”, y uno más que contesta con un emoticón de alguien que está llorando de risa. Total, que me fui al tuit a intentar averiguar dónde estaba la comicidad, seguro de que encontraría interpretaciones varias entre las que elegir que me ayudaran a descifrar si ello era un chiste realmente. Y efectivamente habíanlas para todos los gustos; personajes como Dani Mateo parecen tener siempre un amplio público dispuesto a aplaudir sus ocurrencias y a intentar remachar con sus “gracias” a este cómico de profesión. La tónica general de los que respondían a su tuit era la de los que de sus apariciones en el Intermedio sólo hacen de eco trasnochado; hagamos de todo una gracia, parecían decir sus comentarios, o veamos quién es capaz de decir la gracia más aguda, escribían los más. El mundo es una fiesta y, puestos a querer divertir a los demás, hay tantos que se rascan la cabeza hasta hacerse sangre con tal de conseguir un megusta o un retuiteo, que dispuestos estarían a tirarse por el viaducto con tal de lograr que alguien les aplaudiera sus “agudezas”.



Yo debo de ser un tipo extremadamente raro porque en absoluto me hizo gracia el tuit, al que yo calificaría en este batiburrillo de las redes como un regalo de esos que uno siempre anda buscando en medio de tanta basura filofascistoide a la que en su tiempo respetables periódicos como el ABC parecen estar sumándose sin que les salgan la colores por las mejillas; y si no basura, al menos una infinita variedad de obviedades sobre las que hay que saltar para salvar el pellejo (hoy, mi chica, condescendiente conmigo, se ha puesto a revisar mi Twitter, que apenas usaba antes, y me lo está actualizando para ponerme en orden “a quien debo seguir” :-), a ver si así la visión que tengo de las entradas de Twitter cambia un poco. Gracias, Pichona); hablaba antes del paréntesis del regalo de un tuit en medio de algo que no me interesaba, así que lo que tengo que decir ahora es que el tuit de Dani Mateo sí me produjo un sentimiento casi de ternura: No te conozco, pero “qué ganas tengo de darte un abrazo”. Al cuerno con las medias tintas, cosas como ésta estamos descubriendo a montones desde que comenzamos el confinamiento, algo que se parece mucho al paisaje humano en el que nos gustaría vivir y que cada vez que lo veo asomar en las redes es como un rayo de esperanza que alegra el corazón. A lo mejor Dani Mateo iba de coña y quienes me mandaron los guasaps tenían razón, pero a mí, que, además de sumamente ignorante y despistao soy un ingenuo, esas cosas me emocionan. Qué le vamos a hacer.
Venga, que no soy el único. “Yo también te daría un abrazo, saltaba una tuitera… y no soy tu vecina 🤭”. ¡Ea!, a abrazarnos todos se ha dicho; la gente de buena voluntad, quiero decir. Otra participante que seguía el hilo, apuntaba: “¡Cierto! Una vecina que nunca saludaba, me saludó esta mañana con una amplia sonrisa cuando nos vimos tirando la basura… curiossssiisssiiisiimo”. Y así tanta gente más; de donde deduzco de paso que hay mucho público que ve al Gran Wyoming y a Dani Mateo en sus charadas finamente combinadas con un análisis cáustico de la realidad. Algunas veces que los vi, digo.
He leído alguna recomendación a los adolescentes del Ministerio de Sanidad que en estos días, junto a no dejar de lado los estudios, les piden que no se reenvíen todo lo que les llega. Quizás sea mucha distracción para quien tiene que cumplir un trabajo de estudio a diario que necesita de disciplina, pero contando con esta salvedad u otras de parecida índole, a mí me parece que está siendo muy sano todo este intercambio que nos traemos estos días en las redes o en el WhatsApp. Hay muchos contenidos en ellas que ayudan a pensar y a consolidar esas creencias que tenemos en la posibilidad de un mundo mejor. Bueno, y no únicamente pensar, que no sólo de pan vive el hombre; también es bienvenido todo aquello que nos hace reír. Además, qué coño, todo el día aislado en casa y ¿no vas a desquitarte compartiendo con familiares y amigos lo que te llega o sientes?
Hay cosas que también tienen su gracia, un video que circula, por ejemplo, de un montón de jabalíes que aparecen de repente en una carretera de El Maestrazgo estos días como liberados de la presencia humana, ahora que la gente anda confinada en sus casas; todo el monte para nosotros solos, parecen decir saltando de alegría, y que resulta que una amiga mía que ha reenviado a un amigo de un amigo del tío sobrino de un hermano el vídeo, le responde diciendo que ese video circulaba ya hacía un año en las redes y que pertenecía a una zona de Gerona en donde la comunidad cazadora se aplicaba a alimentar a los jabalíes con la única finalidad de que la caza no mermara. Una anécdota de que por la red de WhatsApp puede circular de todo, pero que a la vez demuestra la gran capacidad de difusión que tiene este medio, y que quizás subestimamos. Tantas son así las veces que nos llega un video o viñeta por guasap en varias ocasiones pero de procedencia distinta. Compartir salud por guasap puede llegar a ser estimulante como medio de difusión de ideas.
Estos tiempos extraños a los que se refería Dani Mateo, pueden traernos y sacar de nosotros inesperadas joyas que nos ayuden a crear un mundo mucho mejor y habitable del que teníamos en “la otra vida” antes del mes de marzo.




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