sábado, 18 de abril de 2020

Mamporreros y lameculos




El Chorrillo, 18 de abril de 2020

Mamporrero: “Persona que guía el miembro del caballo en el acto de cubrir a la yegua”. Vamos, en otras palabras, persona que guía el miembro de ese uno por ciento de la población en el acto de dar por allí al otro noventa y nueve por ciento de la población.
Lameculos: “Persona que alaba de forma exagerada e hipócrita o trata de agradar a alguien con el único fin de conseguir un favor o un beneficio”.
Vamos, que son sinónimos en su sentido más corriente, pero se complementan y describen al completo la acción del individuo que ayuda a darnos por allí al resto de la población con el único fin de conseguir un favor o beneficio. Como todos algo leemos la prensa o nos hemos asomado alguna vez a la tele, no es necesario poner nombres porque todos los conocemos de sobra, esa gente miserable que va apestando la tierra, evidentemente.
La historia de la humanidad es un continuo dislate en donde unos pocos siempre se han aprovechado para medrar a costa de la mayoría, usando unas veces la fuerza, otras la religión, otras tantas la ignorancia y docilidad de las gentes, y ahora, en la actualidad, por supuesto, haciendo uso de los medios de comunicación como ariete para derribar cualquier baluarte que pudiera poner en cuestión el poder hegemónico. Pero, ah, los medios no se manejan solos, necesitan personal, rotativos, periodistas, sinvergüenzas a sueldo, gente miserable de todo tipo para que gestione y ponga vergonzosamente en funcionamiento la máquina, la engrase y se disponga, como en una guerra, a derribar barricadas y baluartes que el sentido común y de justicia puedan levantar en cualquier momento contra la codicia generalizada de los que siempre han detentado el poder en este planeta.
No se le ocurra a usted propagar la conveniencia de una Renta Básica, porque de inmediato llegarán las órdenes de arriba para que los publicistas de la caverna pongan en funcionamiento sofisticadas herramientas que tanto pueden ir contra la improcedencia de esa RB como especialmente contra aquellos que la defienden, en cuyo caso habrá que tirar a matar a los que la promulgan. En vez de Renta Básica póngase cualquier otro asunto que pretende defender criterios de justicia social, avances en una fiscalidad progresiva, protección a las clases más desfavorecidas. Todos sabemos qué sucederá en los meses, años siguientes, se hablará de Venezuela interminablemente (una consigna que se convirtió en el devocionario de la derecha y su caverna, porque dado el nivel cultural de nuestra querida España, aquello parece que daba buenos réditos) y nuestra clase política, de una pobreza moral incalificable, aunando fuerzas con la caverna, como un disco rallado repetirá y repetirá ese vocablo, Venezuela, hasta que nos caigamos de aburrimiento; se buscará en la biografía de los que lo defienden, si es necesario descendiendo hasta la tierna infancia, todo lo que pueda emporcar las ideas que lo sustentan, aunque en definitiva les será más fácil, porque la miseria no tiene límites, inventar cuanto haya que inventar para difamar y empañar las ideas que defienden.
¿Quiénes son los dueños de la caverna mediática?, ¿de quiénes son las cabeceras de los principales periódicos y cadenas de televisión del planeta? Algo que ya se cantaba a principios del siglo XIX, los que posean los medios de comunicación serán los dueños del mundo. Hombre, con el tiempo fuimos progresando y mientras tanto se inventó la democracia, o mejor, se fue poniendo al día. Eso podría haber hecho frenar la codicia, pero la codicia no tiene freno, la codicia es insaciable, es uno de los peores males que aqueja a la humanidad. Y por tanto la codicia se puso las pilas y se dispuso a poner al día sus herramientas de acaparamiento de poder. Si ahora ya no se podía intervenir en las decisiones de poder directamente, era necesario usar otra táctica. Si ya no se podían comprar los votos, o amañarlos, no había más remedio que recurrir a los medios de comunicación, a intoxicar a sus receptores, a engañarlos, a diseñar tácticas para señalar a aquellos que destacaban en el liderarzgo por la justicia como ogros inhumanos, peste de la que librarse. ¡Los rojos al fuego eterno, al paredón! Y cuando eso no colase, pues a buscar un Maduro, hacer ceñirse la pestilente sombra del comunismo sobre la población: los comunistas quieren quitarte la casa, tu coche, te van a dejar en pelotas, son todos muy malos.
Y mientras tanto ahí viene el negro zumbón con la pelota en los pies, lo chuta Zárraga y lo para Ramallés; hoy naturalmente Messi o Ronaldo. Y que la fiesta continúe. Continúe, continúe, hasta que en el horizonte en vez de aquel “Galopa, caballo cuatralbo/ ¡A galopar, a galopar,/ hasta enterrarlos en el mar!”, en vez de aquella proposición de Alberti, haga su aparición el rostro macabro del fascismo, tras los cuales tres millones de españoles desfilan como obediente grey con la cruz gamada bordada en sus corazones tal misioneros de una cruzada en donde la democracia, los rojos, los inmigrantes, si por ellos fueran serían cocinados a fuego lento en las barbacoas del franquismo más repugnante.
Buen panorama tenemos en España, buen panorama en medio de la crisis sanitaria más importante de su historia. Las ondas llenas de apestosos lameculos y mamporreros, los fascistas inundando las redes, la oposición cagándola con sus diarreas y su acoso al gobierno, la mentira como moneda común, los bulos como arma de disgregación y confusión. Y ahí, la prensa canalla, como califica Chomsky a estos mamporreros, bailándole el agua a los de siempre, agarrándoles el miembro para que nos sigan dando por ahí.
“Hay una realidad incómoda que muchos se niegan a aceptar. Ante los peligros de la ciber-manipulación y la desinformación virtual, la democracia está desprotegida”. Lo recogí ayer de un artículo de CTXT. La democracia peligra por muchas razones y entre ellas la peor de todas es la diferente correlación de fuerzas que hay entre la poderosa maquinaria de que dispone el uno por ciento de la población, mamporreros, lameculos, periódicos, televisión, también la Iglesia Católica, más el plus de la derecha y la extrema derecha; entre la poderosa maquinaria de la derecha y la débil cohesión de la izquierda, siempre no demasiado bien avenida y poco capaz de aunar fuerzas por un quíteme allá esas pajas cuando graves asuntos la reclaman. Una correlación de fuerzas en que el fascismo se hace fuerte estos días a través de una ciber-manipulación que cada vez adquiere un aspecto más nauseabundo.
Esta mañana cacé esta cita en el periódico: "El día que sean mayoría los ignorantes y reaccionarios entre los que portan, orgullosos, la bandera de nuestro país, ese día, será el momento de hacer las maletas y largarse muy lejos" (Tom Sharpe). A veces me pregunto que qué coño hago yo perdiendo casi todos los días un par de horas con estas historias. No sabría responder bien la razón, pero me temo que en el fondo lo que me mueve a escribir es el miedo, miedo a que me cupiera esa idea de hacer las maletas y largarme muy lejos, cuando sé que ello me sería imposible. No queda otra que hacer frente. Me daría con un canto en los dientes si algunas de estas reflexiones sirvieran para alertar de alguna manera a los pocos que puedan leer estas líneas sobre la influencia que la caverna mediática puede tener en la vida política del país. 
¿Acaso alguien puede imaginar qué podría ser de España si los fascistas y la derecha tuvieran acceso al gobierno de la nación?









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