tag:blogger.com,1999:blog-54363084078540951172024-03-28T16:22:34.691-07:00Diario de un jubiladoAlberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.comBlogger1246125tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-19938296233695212432024-03-28T15:57:00.000-07:002024-03-28T16:22:02.498-07:00Ser buena gente <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitNBiu8RPb5tO5wW8KvsdsOUAlzkpe2D439QsvoJeJ1Hvmd0fqYyJZbLy7qF3-CjKFnBrQVHBkbyE_M9hPwhx7n4tRz11cQ0GK5qKCAE-ROPQQQlmN7hZERdjnjdgdl_JGe8gzjBWwSwxDsVC2S-g76TZT5_MPM9OzcyihYwRkGHpl3DWlhVM8n1rJOD1y/s800/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="559" data-original-width="800" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitNBiu8RPb5tO5wW8KvsdsOUAlzkpe2D439QsvoJeJ1Hvmd0fqYyJZbLy7qF3-CjKFnBrQVHBkbyE_M9hPwhx7n4tRz11cQ0GK5qKCAE-ROPQQQlmN7hZERdjnjdgdl_JGe8gzjBWwSwxDsVC2S-g76TZT5_MPM9OzcyihYwRkGHpl3DWlhVM8n1rJOD1y/w640-h448/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 28 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Hablaba ayer de ejercicios de
mantenimiento, un modo de, al decirlo en alto, convencerme de su necesidad. Si
me lo digo yo mismo a secas, la propuesta tiene sentido, pero si además lo
escribo seguro que refuerzo la idea primera, un modo entre otros de tener a
raya a la pereza y hacer lo que el alma desea, a sabiendas de que no solamente
el cuerpo te va a funcionar mejor sino que también a ella le van a llegar de
carambola los beneficios de la salud. Sin embargo hablar sólo de ejercicios de
mantenimiento referidos a la forma física, dejaría en estado de desamparo la
otra parte de nuestro yo, con mucho la más significativa, esa en donde reside
el sentido de nuestra identidad, el yo. Decir que a este también hay que
dejarle contento, es decir satisfecho con lo que hace con su vida, es decir bien
poco. En este caso, además, con ser los ejercicios menos comunes, menos
evidentes, nada que consista obviamente en ejercitar músculos o similares,
quizás se nos pueda escapar la necesidad también de atender a la buena salud
del alma, o como se le quiera llamar. Quien aspira a estar satisfecho
verazmente de su vida y no desea ser objeto de la dependencia de los otros, no
puede tener otro juez más oportuno que él mismo, de donde se desprende que cada
uno debe caminar rectamente hacia adelante con la luz que cada cual posee. ¿Y
esa luz de dónde sale?, me pregunto. Me pregunto porque no deseo mostrar nada
sino intentar indagar. ¿Poseen todos los hombres una luz suficiente con la que
alumbrar el camino que tienen por delante? ¿O no sucederá acaso que yendo medio
a ciegas en la vida sin saber cual es la verdad de sí mismo, uno se vaya dando
trompazos aquí y allá, equivocando el norte y cayendo en las redes, no de
aquello que ha de procurarnos paz e íntimo bienestar, esa verdad que nace del
hecho de actuar justamente, sino de parte de la ceguera y la confusión? A la
hora de echar mano a los ejemplos, sufro frecuentemente la tentación de
referirme a personajes que pasan cada mañana por las portadas de los
periódicos, algunos todos los días en un puñado de titulares diferentes,
infames siempre, pero cualquiera que esté un poco al día de cómo se mueve el
mundo de la política y la economía podrá poner nombre y apellido a multitud de
vidas fallidas cuyo renombre precisamente se basa en su estupidez, su
arrogancia, su codicia, su maldad, sus desfachatez, su corrupción sin límites.
Todos, todos los días el periódico viene lleno con los caretos de gente así, un
clima perfecto para confundir de continuo al ciudadano medio que tiene ante sí
un puñado de indeseables que les representan y que en lugar de destilar
justicia, honorabilidad, sentido del bien común, convierten el marco de
referencia de la convivencia nacional en un charco de mierda que "los
obedientes escuadrones vacunos"<i> </i>refuerzan constantemente con sus votos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Ser bueno, ser buena gente, que
debiera constituir la meta de todo persona de bien, el único modo de estar en
paz con uno mismo y con los demás y la única manera de construir una rica y
saludable convivencia, aparece en nuestro panorama moral de país como si fuera
algo relegado a los niños pequeños. Ser bueno, que suena a consejos de primera
infancia y que sin embargo debiera constituir el fin de toda persona adulta, de
todo vecino, de todo ciudadano, es un concepto a rescatar; la bonhomía, la
persona dispuesta a vivir en paz consigo misma y con los demás, quienes tratan
de alumbrar el camino por el que transitan sus vidas, siempre tendremos la
grave obligación de reflexionar constantemente sobre lo que es justo y lo que
no, lo que es verdadero y lo que es significativamente falso. “¿De que le sirve
al hombre ganar el mundo si se pierde a sí mismo?”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Y vuelvo a eso de los ejercicios de
mantenimiento. Los del alma, en este caso. Miro atrás, a los años de la
preadolescencia, incluso de la infancia, cuando apenas habías salido del
cascarón y ya buscabas aquí y allá lecturas, biografías con las que orientarte
en el camino de la vida. Casi siempre consideré que haber pasado ocho o nueve años
de la infancia en un colegio de los Salesianos con su educación castrante en
tantos aspectos, fue un hecho negativo de mi educación, sin embargo tengo que
reconocer que allí también hubo aspectos positivos e interesantes, entre ellos
fue la posibilidad que tuve de tantos libros a mí disposición que me guiaron
y me ayudaron a conformar un primer carácter, quizás las líneas básicas de lo
que sería posteriormente mi concepto sobre la moralidad, la justicia, la
autoformación; el espesor de ciertas ideas sobre lo que era justo y lo que no,
se concretaron por entonces en las largas horas de lectura que los libros de la
biblioteca del colegio me proporcionaron. Allí aprendí que ser consciente de
nuestra formación permanente a lo largo de toda la vida, formación moral e
intelectual, era uno de los cometidos que nunca debería abandonar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Ejercicios de mantenimiento el de la
lectura, por ejemplo, de esta noche con el libro de Stevenson, <i>Moral laica. </i>Un
inesperado encuentro con una faceta diferente de este escritor al que empecé a
leer en la adolescencia y que seguí leyendo siempre intermitentemente. Mis dos
últimas lecturas de Stevenson, <i>Viajar </i>y <i>El espejo del mar, </i>fueron
un magnífico reencuentro con el mar y la aventura, una prosa a veces
deslumbrante que me retrotrae a lo mejor que he leído siempre. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-81484487110183480452024-03-27T13:22:00.000-07:002024-03-27T14:40:54.457-07:00Ejercicios de mantenimiento <p> </p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMsUgiaD2_Ri5AvXG5OhYdW9KpeoZKEMO77SIIb3qCSOI5Nm9Nf8tED0xbF23OlyN7Fw9m6f5l1O7YGqa8xs40-14oXwzRRYclmgsvE23MHEFTcyMIm8HYZcVP1PSSP5k2O2B74XWd_oT1zJDSk_XoWlxbG3bkI1EfmnLdTVGAexSlhEcth74UzAHwicbx/s3264/20240327_175824.jpg"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMsUgiaD2_Ri5AvXG5OhYdW9KpeoZKEMO77SIIb3qCSOI5Nm9Nf8tED0xbF23OlyN7Fw9m6f5l1O7YGqa8xs40-14oXwzRRYclmgsvE23MHEFTcyMIm8HYZcVP1PSSP5k2O2B74XWd_oT1zJDSk_XoWlxbG3bkI1EfmnLdTVGAexSlhEcth74UzAHwicbx/w640-h360/20240327_175824.jpg" width="640"></a></div><br><div><br></div><p><span>El Chorrillo, 27 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p><span>Desde que me he tomado muy en serio
tener el cuerpo en condiciones de salud y preparado físicamente, mi largo rato
de meditación consiste en gimnasias diversas, levantamiento de peso muerto, sacos
de arena en los pies que levantar, dominadas y algún ejercicio de equilibrio. Hoy,
mientras el viento zarandea los árboles o subo y bajo las piernas con dos
sacos de arena en los tobillos o practico con gomas, siento profundamente junto
al vaivén de las ramas de los árboles el aire benefactor entrando en mis
pulmones. Mientras hago unos ejercicios de equilibrio sobre un medio huevo
lleno de aire, entra Victoria en la cabaña para decirme que ha visto un erizo.
Entra embozada porque es su rato de caminar a paso firme por la parcela y abrazarse
a sus árboles preferidos. Le tenemos simpatía a los erizos desde los tiempos de
<i>Barrio Sésamo, </i>un programa que hizo
que entrara la televisión, exiliada siempre de nuestra casa, en el hogar. La
compramos expresamente para que nuestros hijos vieran ese programa. La
televisión yacía bajo la mesa camilla como visita sospechosa que pudiera
invadir el cuidado ambiente de nuestra casa. Cuando era la hora del programa,
se levantaban las faldas de la mesa y allí los tres miraban absortos el único
programa que unos padres dictadores les permitían ver. El mismo erizo que una
vez rescaté de las estanterías de nuestra biblioteca y que compartió por unos
días su existencia en mi aula con mis alumnos de EGB.</span></p>
<p><span>Cuando se va Victoria, contemplo desde
el suelo moverse solemnemente los árboles que se agitan como grandes muñecos
tentempié que fueran empujados por el movimiento de grandes olas. Entra un
breve rato de sol en la cabaña, la música del viento es continua; tendido en el
suelo tengo la sensación de ir sobre una chalupa que es balanceada por el mar.
Como se ve no es necesario ir al Mediterráneo para sentir esa sensación de
plenitud sobre las olas a merced del viento. Continúo mis ejercicios, cierro
los ojos, intento sumirme en el balanceo de olas mientras hago una serie de
crunch abdominal. Vuelvo a la posición de tendido supino. Basta cambiar el punto
de vista en que ves ordinariamente el mundo para que las cosas adquieran una
dimensión diferente. Ahora recuerdo una película deliciosa de Ozu que vi hace
unos días, <i>El sabor del té verde sobre el
arroz; </i>la cámara tantas veces a dos palmos del suelo proporciona la curiosa
percepción de un mundo visto por un bebé que todavía no ha aprendido a caminar
y marcha a gatas por el suelo de la casa observando ese mundo tan nuevo para él
de los mayores. Y mientras tanto entra un guasap de Jose, el amante de los
madriles, que responde a uno mío, un <i>de Madrid al cielo </i>que le mandaba
anoche desde Atocha después de salir del teatro, en el que la lluvia y el suelo
encharcado habían dejado un bello motivo de reflejos. <i>Quién lo duda</i>…, contesta él. Y le mando un video desde el suelo de
la cabaña con mis piernas subiendo y bajando sacos de arena con los pies
mientras yo imagino estar en una chalupa sobre un Mediterráneo agitado por las
olas y el viento. </span></p>
<p><span>¡Eureka!, he conseguido transformar
mis ratos de ejercicios de mantenimiento en momentos de meditación, meditación
zen, esa que puedes hacer en el autobús mientras te diriges al cine o a visitar
alguna exposición, todo ello mientras con las mancuernas fortaleces los
músculos de los brazos o fuerzas unas gomas hasta que te tocan el pecho. Y
mientras tanto, todo es mientras tanto, o mejor, haciendo una pausa, logro
barrenar un moco, bueno, no exactamente un moco, una de esas protuberancia
corales que se forman capa sobre capa en lo profundo de las cavernas nasales;
logro extraerlo con un poco esfuerzo, y entonces, el gusto supremo e
inenarrable de ese instante en que con la punta de la uña al fin el condenado “moco”
se desprende de su masa coral. Lo extraigo, lo redondeo, le doy vueltas, hago
una pelotilla con él y, cuando ya está a punto, como quien va a dar una tobita,
lo pongo sobre la yema del dedo pulgar y con la punta del dedo medio lo
catapulto a la papelera y… ¡encesto…! Aplausos. Hecho lo cual vuelvo a mis
ejercicios y al viento y al vaivén de olas. </span></p>
<p><span>Después de todo ello salgo al patio
de recreo en donde una barra, una cinta de equilibrio y un rocódromo dan
diversidad a mis ejercicios. De las dominadas, no más de cinco, imposible
llegar a más, y ello alcanzando como mucho la barra con la nariz; pero bueno,
igual que con la cinta de equilibrio, sobre la que soy incapaz de dar más de un
paso. Todo se andará, me digo, cuando llegue a los ochenta, a los ochenta años,
digo, lo mismo llego a tres o cuatro pasos. Lo del rocódromo sería mucha tela
para la mañana, así que lo dejo para la tarde. Y esto además ya no es
meditación, que es ejercicio puro y duro eso de subir hasta el tejado, subir y
bajar, mas también trepar a una catalpa cercana en donde he instalado las
presas que me sobraban hasta una altura de cinco metros, un rocódromo arbóreo.</span></p>
<p><span>Ahora espero que este arranque de
“meditación trascendental matinal” que me traigo despabilando mi cuerpo cada
mañana, llegue a buen puerto por una larga temporada. El descubrimiento que he
hecho de que me encuentro mucho mejor haciendo todas estas excentricidades
seguro que va a ser el motor para persistir en ello. Suprimir alcohol, azúcar,
café, gluten e implementar la dieta sana con este tipo de locuras parece que de
momento está dando resultado. Lo mismo así puedo seguir pateando las montañas
más allá de los noventa. <i>Chi lo sa…?</i> </span></p>
<p><span></span></p>
<p><span></span></p><br><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-51924283569356913702024-03-26T16:52:00.000-07:002024-03-26T16:52:44.319-07:00El abismo del olvido<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP4-qsrkN2OoY_CpJ3y3j1gVp9XG5Cua6DqjroHQKAbOfdhSRok3yEPaIVtR_3BuNIEPChiMkLr4-YBJUTUt6zb40VbMJmpvpR7wAorI_S2rgzJcyLfvN7Ohf-DwzH4w3FxpwP3Pv5rh5H4EZpkaPmhxLGZJPK9s-20YDIjWDX0-7gkOGyiWTttntFgO5c/s932/Captura%20de%20pantalla%202024-03-27%20002641.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="932" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP4-qsrkN2OoY_CpJ3y3j1gVp9XG5Cua6DqjroHQKAbOfdhSRok3yEPaIVtR_3BuNIEPChiMkLr4-YBJUTUt6zb40VbMJmpvpR7wAorI_S2rgzJcyLfvN7Ohf-DwzH4w3FxpwP3Pv5rh5H4EZpkaPmhxLGZJPK9s-20YDIjWDX0-7gkOGyiWTttntFgO5c/w640-h360/Captura%20de%20pantalla%202024-03-27%20002641.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 26 de marzo de 2024</span></div>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Leo-miro-contemplo los dibujos de <i>El
abismo del olvido, </i>de Paco Roca. La historia de la exhumación de los
cuerpos de los fusilados por la iniquidad del franquismo tras la guerra civil. De
tanto en tanto levanto la vista de la novela gráfica, se me escapa un suspiro.
Pienso en los infames que provocaron nuestra guerra, pienso en los infames de
hoy, hijos de aquellos. Fuera el viento agita las ramas de los árboles. Dentro
de un rato nos vamos a Madrid, hoy es día de ver la exposición de las pinturas
de Chagall y de asistir al teatro. Un día más en la vida cotidiana. Los hechos,
la historia, la infamia, las exposiciones, el teatro, la vida cotidiana pasan
sobre mí, sobre mi interior entrelazados como varas de avellano componiendo la
estructura de un cesto, la vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Ahora en el Cercanías, pero con
similar disposición; la lectura del libro de Paco Roca ha actuado de
catalizador sobre mi ánimo y eso que vemos a diario en los medios, en la acción
política del país, tantas miserias del PP y correligionarios, revienta en mis
oídos como una prolongación de las miserias que se inauguraron en julio del
treinta y seis. Una derecha infame que se repite décadas tras décadas bajo la
bandera criminal del franquismo, que década tras década deja la impronta de sus
desmanes y sus mentiras sobre una sociedad incapaz de sobreponerse al influjo
de sus engaños y espurios intereses. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">La escritura se ha inventado para
dialogar con los ausentes, cuando leemos un libro resucitamos a la gente que
vivió hace muchos años, dice una de las viñetas de Paco Roca. Y resucitar el
pasado es lo que hace el autor con una fuerza tal de obligarte a cerrar los
ojos para aspirar con profundidad esa ignominia, no ya de la guerra civil con
todo lo que fue, sino el tiempo de los asesinatos de la posguerra, que algunas
estimaciones sugieren podrían cifrarse en cientos de miles. Y más, el trato que
se dio a los muertos, fosas comunes e impedimentos sin cuento posteriormente, incluso
en tiempo de la democracia, para dar un entierro digno a los mismos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Leer a Paco Roca y a Rodrigo Terrasa,
contemplar las viñetas página tras página, trae al que lo lee la sensación de
vivir en un país sin solución donde la ignorancia, pasto de una derecha
incivilizada que, incapaz de reconciliarse con un pasado de errores, echa leña
al fuego, miente y niega la realidad de sus crímenes escondiendo sus vergüenzas
con obstáculos a la investigación. Si el conocimiento de la historia es una
linterna con la que hemos de alumbrar el futuro, y este conocimiento es tan
pobre como para que a la gente joven nuestra guerra les parezca cosa del
Medioevo, si apenas se lee, o peor, si se rehuye pensar sobre el desarrollo de
nuestra historia inmediata, ¿cómo será posible no volver a caer en los mismos
errores? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Ante esta polarización que vivimos
en España, Julio Anguita en una entrevista mantenía que no había otra solución,
“o ellos o nosotros”. No era una visión esperanzadora de futuro. Ayer mi amiga
Marga, que nació en Uruguay, orgullosa del derrotero político de su país de
origen, me mandaba un artículo que mostraba la ejemplaridad de los políticos de
Uruguay. En él se trataba sobre un encuentro de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>los tres expresidentes de Uruguay “Pepe” Mujica, Luis Alberto Lacalle
Herrera y Julio María Sanguinetti y el actual presidente Luis Lacalle Pou. Los
cuatro se abrazaban ante las cámaras de televisión proclamando su repudio
conjunto a los insultos, las mentiras y la difamación en la política. Encuentro
amigable, constructivo, respetuoso con los otros, con objetivos algo diferentes
cada cual dentro del abanico de su concepciones de la política, pero eso,
respetuosos y constructivos. Nada que ver con esa peste de políticos que
recorre el mundo, y en especial nuestro país, políticos de derechas muy especialmente.
Uruguay pasó en 1985, tras una larga y tenebrosa dictadura militar, a ser una
democracia ejemplar que ha reconstruido el país facilitando la convivencia y alimentando
el convencimiento de que la política debe servir para mejorar las condiciones de
los ciudadanos. En Uruguay han logrado sobreponerse a este estado de terrible
ramplonería y miseria que en España es ya una enfermedad enquistada en tantas
instituciones del Estado. Hablar de los políticos como uno de los peores males
que sufre el país, y me refiero esencialmente a la derecha, está en la mente de
la generalidad de ciudadanos. El aspecto lamentable que ofrece la derecha del
Parlamento, las comidillas, las mentiras, el obvio uso que se hace del poder
para lucrarse unos cuantos, la utilización del poder judicial para hacer de la
justicia un instrumento a la medida de intereses particulares, esa terrible
corrupción que mana por las rendijas en cuanto el aparato inmunológico se
debilita, hace de nuestra nación un país enfermo cuyas instituciones día a día
pierden credibilidad forzando una visión general de los políticos indigna de un
país moderno. <o:p></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKQ4eeTox7pQJFpLzjik-L9qZoA_G2SYmS3ZvwNE0uk8xxKTyvPugB0vpWV9Fkd3tK4at80jpmfErUKpAM4DOeL0ORnCYdrvIKv0M1XfEoaaE1LD6tO6ch4RrUidGNGH9Nai6V9bFmtiEBWOR7roOyBowoytbZ-QeYBh0WtNHBuUulYVbQ8AslSR8RcrQy/s1256/huX2cV_wT_1256x620__1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="620" data-original-width="1256" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKQ4eeTox7pQJFpLzjik-L9qZoA_G2SYmS3ZvwNE0uk8xxKTyvPugB0vpWV9Fkd3tK4at80jpmfErUKpAM4DOeL0ORnCYdrvIKv0M1XfEoaaE1LD6tO6ch4RrUidGNGH9Nai6V9bFmtiEBWOR7roOyBowoytbZ-QeYBh0WtNHBuUulYVbQ8AslSR8RcrQy/w640-h316/huX2cV_wT_1256x620__1.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">Los expresidentes uruguayos José Mujica, Luis Lacalle Herrera, Julio María Sanguinetti y el actual mandatario, Luis Lacalle Pou</span></td></tr></tbody></table>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">El tedio y esa sensación de que no
hay solución posible y de que además los promotores de este estado de cosas
reciben en las encuestas los favores de los votantes, tiene una repercusión,
amén de la indignación consiguiente y falta de esperanza, que podría resumirse
en aburrimiento letal. Leía hace un rato un relato de Chesterton en que el
padre Brown sale escapado de una entrevista con una dama ante la amenaza de
ésta de endilgarle un sermón sobre la decadencia de la moral y las costumbres.
Cuando días atrás en una comida de amigos oía en un apartado hablar a dos de
ellos echando pestes sobre estas cosas y prometiéndose no volver a votar en sus
vidas (espero que cambien de opinión para las próximas elecciones), algo que
cala con frecuencia en las mentes preparadas ante las circunstancias que
vivimos, me entra tal sensación de aburrimiento de impedirme intervenir en eso
que yo considero un error táctico imperdonable. Hablar de la decadencia de la
moral, de los males del mundo, de sus miseria, de los malvados y los locos de
atar, siempre el mismo asunto en la punta de la lengua, termina por limitar
nuestro pensamiento, nuestra capacidad de análisis queda bloqueada por las
majadería y la instrumentalización, y cuando salgo de una conversación así, con
todo lo necesario que sea a veces, la sensación que me deja es de un insufrible
hastío. Nos aburrimos con razón, aburridos, cuando un día tras otro, una conversación
tras otra, volvemos reiteradamente al mismo asunto. Ganas dan como al padre
Brown de poner los pies en polvorosa cada vez que salen a colación los males
del mundo y de la política. Uno desearía en ese caso marcharse a <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname> con algunos personajes de
Brad Bradbury.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Allá por Recoletos logré evadirme de
ese tedio, de la indignación que me producía nuestra historia pasada y
presente. Dejamos el autobús en la parada de <st1:personname productid="la Biblioteca Nacional" w:st="on"><st1:personname productid="la Biblioteca" w:st="on">la Biblioteca</st1:personname> Nacional</st1:personname>
y cruzamos hasta <st1:personname productid="la Fundación Mapfre" w:st="on"><st1:personname productid="la Fundación" w:st="on">la Fundación</st1:personname> Mapfre</st1:personname>,
donde se exponían los cuadros de Chagall. Foro agotado, decía un cartel en la
puerta. Nos fuimos directamente al teatro, <i>El Padre, </i>con José María Pou,
la encrucijada de la edad, la pérdida de la memoria, escenas que podrían hacer
reír por absurdas al teatro entero pero que en el callejón oscuro del Alzheimer
dejaban el ánimo lleno de pesar y de tristeza. El siempre tan brillante señor
Pou mereció aplausos hasta dejar doloridas las manos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">La jornada terminó con un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>chocolate con churros frente al Ministerio de
Agricultura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">En mi ánimo quedan vibrando algunas
ideas del trabajo de Paco Roca: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">“Si me recuerdas seguiré
existiendo”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">“El olvido es el abismo que separa
la vida de la muerte”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Nuestra democracia se cimentó sobre el
olvido”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8R4Yudirz4Q6wlTSnj3eE3u2N0HGz8bBlo7EpI0mBscD8q61EKezP4NW15jLN8L0eQiJ6njOhlNMgyni6cQmH1qtURTVb9_1geQq0SsWQRDPWpR5gnq-3N7exj_dSUZrY9o4WugB9ZbIVleqtykzJE9YbN8_zdDpKHrQfwcNor7Ql-anlUG4XtB06Osi_/s2560/CARTEL-scaled.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2560" data-original-width="1782" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8R4Yudirz4Q6wlTSnj3eE3u2N0HGz8bBlo7EpI0mBscD8q61EKezP4NW15jLN8L0eQiJ6njOhlNMgyni6cQmH1qtURTVb9_1geQq0SsWQRDPWpR5gnq-3N7exj_dSUZrY9o4WugB9ZbIVleqtykzJE9YbN8_zdDpKHrQfwcNor7Ql-anlUG4XtB06Osi_/w446-h640/CARTEL-scaled.webp" width="446" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-43377149574698469732024-03-24T11:46:00.000-07:002024-03-24T11:46:34.396-07:00Brújula para no convertirte en un miserable<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgArOsGN-a4CyezHO-J43QFNZ3QFanuFMIRXAsYtNNIHG9Sv6GP5_BBt5ASTgzJP2cp2TUeDEhMK9MTrcPwlropyqfMvgFtMJCGNKMmzS3CEqMOOUItDeuy5huF0Onj3iM99W9oi90WR7BiY5T98RxD4ueAJN-VQIGcU7_LsJ7Mqw1kWfGlE-HVLza8z-2x/s3264/20240324_193637.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1836" data-original-width="3264" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgArOsGN-a4CyezHO-J43QFNZ3QFanuFMIRXAsYtNNIHG9Sv6GP5_BBt5ASTgzJP2cp2TUeDEhMK9MTrcPwlropyqfMvgFtMJCGNKMmzS3CEqMOOUItDeuy5huF0Onj3iM99W9oi90WR7BiY5T98RxD4ueAJN-VQIGcU7_LsJ7Mqw1kWfGlE-HVLza8z-2x/w640-h360/20240324_193637.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 24 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">Iniciando mi rato de lectura de esta tarde después de arar
un pedazo de tierra, limpiar hierbas y plantar algunas flores, al abrir el
libro se me ha ocurrido que bien podía compatibilizar la escritura con la
lectura, al fin y al cabo comprender es siempre un trabajo de forcejeo entre el
que lee, piensa y escribe. Habla Stevenson, en el punto en donde lo dejé anoche,
de Cristo, y dice que sea lo que sea lo que enseñamos, bueno o malo, no es la
doctrina de Cristo la que como cristianos hemos recibido desde la niñez. Lo que
él enseñó, escribe, no fue un código de normas, sino un espíritu prevalecedor;
no verdades, sino un sentido de la verdad; no puntos de vista u opiniones, sino
una visión. Cada hombre posee una brújula en su espíritu que señala en
determinada dirección. Es la actitud, el punto en la brújula, lo que constituye
la nave central y la médula de lo que ha de enseñarnos. De ahí es de donde
brota nuestro modo de ver la vida y nuestro comportamiento. Si eres Ayuso o su
novio, tu actitud, tu brújula frente a una calamidad que se cierna sobre el
mundo, será sacar tajada y hacerte de oro con las mascarillas para comprarte un
Maseratti o un casoplón; si eres una persona cuerda y medianamente honesta tu
actitud será muy otra, acaso intentes ayudar de algún modo a paliar los
estragos de la pandemia en tus vecinos. Si eres un miserable, el espíritu
prevalecedor obviamente te llevará a aprovechar las circunstancias para
lucrarte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">Debe de haber en nosotros alguna concepción central que
explique y justifique hasta los más someros detalles de nuestra conducta. Hasta
que las personas no encontremos esa concepción central seremos un enigma,
nuestro comportamiento podrá ser errático; sin embargo una vez hallada, comenta
Stevenson, todo encaja en un plan y nuestra conducta se hace coherente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">En este punto Stevenson echa mano del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Evangelio</i> y sugiere comparar las palabras de Cristo con nuestras
doctrinas actuales: “No podéis”, dice Cristo, “servir a Dios y al Dinero”. No
podemos, y sin embargo ¿qué nos enseña todo nuestro sistema que no sea hacer
Dinero? Uno se pregunta cómo ha sido posible que tan abrumadora incongruencia
haya recorrido nuestra cultura cristiana durante dos mil años sin sufrir
cuestionamientos notables. ¿Cómo es posible, un ejemplo, la fastuosidad del
Vaticano y de <st1:personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1:personname>
en general, sus bancos, sus finanzas, siendo que se debían en todo momento a
las palabras y sentido del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Evangelio?</i>
Escribé Thoreau: “Dejad que una sola de estas frases del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Evangelio </i>sea apropiadamente leída desde cualquier púlpito de la
tierra y de ese lugar de reunión no quedará piedra sobre piedra”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">¿Cuál es el sentido de la verdad en nuestra sociedad, en la
política, en las relaciones comerciales? No parece que sea conveniente hacer
girar la totalidad de los actos sociales e individuales alrededor de unas pocas
verdades, lo que supondría un reduccionismo poco congruente con la complejidad
del mundo, sin embargo restituir al comportamiento humano unos principios, una
actitud básica que actúen como brújula y referentes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sí parece que sea congruente a la hora de pensar
en la educación que deberían recibir nuestros hijos. Cuando se acepta alegremente
la paternidad ¿qué harán los nuevos padres cuando la inesperada responsabilidad
llame a la puerta? ¿Qué dirán al hijo sobre la vida y la conducta, temas sobre
los cuales ellos mismos tienen tan pocas y confusas opiniones?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">Comenta Stevenson que por experiencia y en novecientos
noventa y nueve casos entre mil, “imbuirá a su boquiabierto renacuajo de tres
malas cosas: el terror a la opinión pública, y manando de él como de una
fuente, el deseo de riqueza y aplauso. No le enseñará mucho más de valor real
alguno. A mí me da de tanto en tanto por echar un vistazo a la vida de algunos
personajes públicos y su descendencia y encuentro a montones ejemplos que
confirman esta terrible enfermedad que consiste no sólo en la desmesura del
deseo de riqueza, prestigio o poder, opciones que ya de entrada merecen el
calificativo de estúpidas con sólo que reflexionemos un poco sobre la condición
humana y aquello que puede hacernos felices de verdad, sino que llevan a los
individuos a enfangarse en las miserias más inconcebibles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">Quizás sí estemos necesitados de maestros que sepan
infundirnos desde niños actitudes que vayan forjando nuestro carácter y nuestra
relación con la realidad, una brújula que no tiene por qué imitar actos ni
acciones, sino ayudarnos a mantener una claridad de espíritu frente a la
realidad y los hechos de la vida. Stevenson cita a Cristo, pero existe un buen
puñado de textos que debidamente contextualizados pueden ser esenciales para
cultivar esa concepción central y un sentido de la verdad que necesita el
hombre para vivir en paz consigo mismo y con los demás. El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bhagavad-Gita </i>hindú, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tao
Te Ching</i> de Lao-tse, los textos de Zhuang Zi, son algunos de ellos. Por más
que me sienta ateo convencido, a mí me pareció siempre una excelente idea tener
cualquiera de estos libros a mano, incluido el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Evangelio</i>;<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>una ojeada por
aquí o por allá, incluso una corta lectura sistemática durante algún tiempo,
ayuda a mantener con cierta firmeza la brújula en su sitio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;">Es tan difícil en el mundo en que vivimos no perder el norte
frente a tantas borrascas, tanta estupidez, tanta mala gente, tanto miserable,
que no viene mal usar en nuestro caminar diario de los bastones de esa
sabiduría milenaria.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-18239120690308152252024-03-23T18:48:00.000-07:002024-03-23T19:10:21.048-07:00De las imágenes rotas de nuestro pensamiento <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLsh5RAa8KpTOWcA9i_Bp2W93O3SyCzuG22UNNtk0rwXma52y3PFuCU9MD18ZOR6acT_4iPDULqJOTZ-GluUxtl_T0ammZ1g9eOuB2o_kUocNBR-k5twy6EA8m55X9aKo0CgLDJnQE01p43AV-e8oh1hDQ4P1xXuwc8WiQQhdALTfUVyLOvJU9zmM9Ots0/s800/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLsh5RAa8KpTOWcA9i_Bp2W93O3SyCzuG22UNNtk0rwXma52y3PFuCU9MD18ZOR6acT_4iPDULqJOTZ-GluUxtl_T0ammZ1g9eOuB2o_kUocNBR-k5twy6EA8m55X9aKo0CgLDJnQE01p43AV-e8oh1hDQ4P1xXuwc8WiQQhdALTfUVyLOvJU9zmM9Ots0/w640-h360/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 24 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Si te substraes de lo que te rodea,
te sientas cómodamente y cierras los ojos, el universo se expande, la realidad
aparece con perfiles más precisos y, si no te duermes, en unos pocos minutos te
encuentras viajando de acá allá del tiempo, de acá allá de los asuntos y de su
contenido. Y si además tienes el cuerpo cansado, cansado de manera que sientas
los músculos de brazos y piernas, la amplitud de tu percepción puede ser mayor.
Una </span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;">retórica</span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;"> </span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">segunda persona del singular, quiero decir, que conmigo hablo en
general. Llegar con el cuerpo cansado al final del día tiene sus efectos
positivos, al menos esta noche que pedaleé</span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-spacerun: yes;">
</span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">muchos kilómetros cuesta arriba en la bici estática, el Passo dello
Stelvio, el puerto de Navacerrada, fuertes pendientes como si fueran de
cincuenta grados; que terminé sudando como un pollo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Bueno, entre otras cosas acabé
pensando que el próximo día seis de abril, que es la inauguración de la
exposición fotográfica de Luis Miguel Soriano en Pedraza, tendríamos que
reservar una mesa en algún restaurante. Luego mis pensamientos se fueron al
libro de Stevenson, que estuve leyendo mientras pedaleaba, que aunque fuera lo
Stelvio o Navacerrada, el hecho de que sea en la bici estática, permite hacer
ciertas excentricidades mientras pedaleas camino del puerto. Stevenson, <i>Moral
laica, </i>un librito que promete, la prosa de Stevenson siempre promete platos
de suculenta lectura. Hacía tiempo; lo último que leí de él lo hice mientras
viajaba en barco por aguas del mar de China Meridional. Leía… Estoy empezando a
necesitar una bibliotecaria que ponga un poco de orden en mis libros. Llevo
años que cada vez que busco uno me lleva un montón de tiempo encontrarlo. Dicen
que la mejor manera de vivir es haciéndolo como si te fueras a morir esta misma
noche; y la idea me gusta, como otras tantas como dejarme de meter el dedo en
la nariz, pero es que no hay manera, el desorden de los libros me puede, así
que un día de estos me prometo ordenar mi biblioteca de manera que si me muero
un día de esta semana tenga todos los asuntos arreglados, que jodido sería
morirse y dejar todo manga por hombro. El libro no lo encuentro, pero al fin dando una vuelta de tuerca en el interior de mi memoria di con su título, <i>En los mares del Sur. </i>Creo
que he leído casi todo de este autor y entonces cuando hace días me encontré
con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Moral laica</i>, altamente
recomendado por el autor de cierto libro relacionado con la estupidez,
enseguida me entraron ganas de volver a las páginas de uno de esos autores que reelerías
siempre en cualquiera de las reencarnaciones que me toque vivir. Hay
detractores de Amazon a montones por el mundo, pero yo soy uno de sus
incondicionales usuarios. Vivo aislado en el campo y el cordón umbilical que me
une al mundo, aparte de Internet, es Amazon. ¿Se me antoja un libro? Enciendo
el teléfono, le doy con las yemas aquí y allá y al día siguiente ya tengo el
libro en las manos; eso o me pasa por la cabeza hacer un rocódromo, que vete a
saber si tendría que viajar a <st1:personname productid="la Conchinchina" w:st="on">la Conchinchina</st1:personname> para conseguir las presas, pues no,
otros golpecitos de las yemas de los dedos y ya tengo las presas y lo que haga
falta en casa en un par de días.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Así que de mi cansancio y sus
consecuencias, de la bici y la lectura de Stevenson va la cosa, y sin decir
nada en especial ya he cubierto casi las tres cuartas partes de mi post. Si no
fuera que para mí escribo, ya alguno me habría reclamado los duros que se
hubiera gastado por acceder a estas líneas. Y es que todo texto que merezca tal
nombre, pero que no hable de feminismo y que no se dedique ir a contracorriente
del parecer general, en cuyo caso no te lee ni Dios, o lo escribes para ti y te
arriesgas a decir lo que piensas o mejor no decir nada, porque para hablar de
ese parecer general ya están los otros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">A un quinto estoy del final, así que
poco o nada de espacio me va a quedar para lo que quería decir. Apenas
comenzado Stevenson su libro, ya apunta a algo que me concierne: "El mejor
de los maestros sólo puede impartir imágenes rotas de la verdad que
percibe." Stevenson, igual que Conrad, me pareció siempre un hombre dotado
con una capacidad extraordinaria para expresar realidades difíciles de
aprehender. Si ya es difícil abrirse paso en la comprensión de la realidad, el
mérito de poder expresarla resulta todavía más admirable. Cuando tratas de
comprender el mundo en que vives y encuentras textos que te abren ventanas más
allá de la bruma, aunque la realidad de hoy siga siendo tan cruel, en mí se
esboza cierta sensación de agradecimiento. Asuntos de historia, éste de la
estupidez humana, algo sobre lo que escribía ayer en mi blog acerca del
lenguaje inclusivo, ese desbarajuste moral que leemos estos días en la prensa,
o simples cuestiones sobre la propia existencia, ofrecen de continuo
interrogantes de los que es difícil zafarse, y la lectura alivia en cierto modo
de la presión que te fuerza a dar respuesta, y en tantos casos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a resignarte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Abre su texto Stevenson con una
interesante digresión sobre la incomunicabilidad de lo que uno lleva dentro de
sí mismo, ya que su más alta sabiduría llega a él no por una elaboración de la
mente, “sino por una orientación suprema de su yo que en sus dictados permanece
cambiante de hora en hora, en consonancia con la variación de los
acontecimientos y circunstancias”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Por ahí andaban mis pensamientos en
algún momento cuando con los ojos cerrados éstos viajaban de acá allá. Apenas
la breve introducción de la primera página de su libro, por lo que imagino que
en días sucesivos algo se me seguirá pegando a las yemas de los dedos según
avance en la lectura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Te substraes de lo que te rodea, te sientas
cómodamente y cierras los ojos, el universo se expande, la realidad aparece con
perfiles más precisos y, si no te duermes, en unos pocos minutos te encuentras
viajando de acá para allá del tiempo, de acá para allá de los asuntos y de su
contenido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-64888315051549067742024-03-21T18:17:00.000-07:002024-03-23T18:29:06.786-07:00En defensa del lenguaje inclusivo ;-) <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5MV4cFQD4By3mJRYq_yQVKVIa7tn4UEgLtTqWp5ugZMj1gvCV3phowOhpxgA7l6Hdf-mhE7KmFefavlJkkkM8OghYZkXrLyQBZJ0Vylhs_kpKB9_LIhjIz19Ny_ku6WX5wjpICotmmoQ-_8xG1QuD6fSzkQp7m7j_wSsjjDBM2fdG7pSQWis_J5_psK8e/s728/Imagen%20de%20WhatsApp%202024-03-20%20a%20las%2012.51.21_7dd4223a.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="410" data-original-width="728" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5MV4cFQD4By3mJRYq_yQVKVIa7tn4UEgLtTqWp5ugZMj1gvCV3phowOhpxgA7l6Hdf-mhE7KmFefavlJkkkM8OghYZkXrLyQBZJ0Vylhs_kpKB9_LIhjIz19Ny_ku6WX5wjpICotmmoQ-_8xG1QuD6fSzkQp7m7j_wSsjjDBM2fdG7pSQWis_J5_psK8e/w640-h360/Imagen%20de%20WhatsApp%202024-03-20%20a%20las%2012.51.21_7dd4223a.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 21 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Existen tantas sapians y tantos
sapiens en este país interesados e interesadas en inventarse un lenguaje que lo
incluya todo, que llegará un tiempo no muy lejano en que tiempo sea también
tiempa, y lo lejano, pues lejana. Yo creí aprender en la escuela que cuando se
utilizaba la palabra “hombre” en un contexto como “en la historia del hombre”,
la palabra hombre implicaba un género neutro, dado que con ello se nombraba a
los hombres y las mujeres, de parecida manera que cuando hablamos de las hienas
o las cucarachas nos referimos a cierto animal en que están incluidos tanto los
machos como las hembras. No hablamos de cucarachas y cucarachos, ni hienas y
hienos. Lo aprendí en la escuela, pero de eso hace mucho tiempo y ahora cierta
corriente feminista “empoderada” con merecidos éxitos tendentes a conseguir una
igualdad real de hombres y mujeres, se pasan de rosca intentando retorcer el
lenguaje al punto de contaminar una noble causa primera, tendente a rescatar
unos derechos indiscutibles secuestrados por los hombres, con una estúpida
impostación en el campo de la lengua que desmerece del loable trabajo que lleva
haciendo el feminismo desde décadas atrás. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Me dice Victoria, que está en total
desacuerdo conmigo en este asunto, que Javier Gallego, de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Carne Cruda, </i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y otros muchos
utilizan la primera persona del plural en femenino cuando se presta usar el
nosotros; nosotras por nosotros. Pues bien, me parece una estupidez, una de
tantas que todos cometemos en la vida. Que eso que ha dado en llamarse lo
políticamente correcto, en este caso usar reiterativamente compañeros
compañeras, por compañeros, amigos y amigas, por amigos, y más todavía en un
grupo de hombres y mujeres, un hombre hable de nosotras, llegue al extremo de
dar la vuelta al lenguaje para adaptarse a algunas excentricidades nacidas en
el seno de cierto feminismo, y que ello esté cuajando en algunos ambientes,
tiene mucho de, y es mi parecer, de indigencia intelectual provocada por un
exceso de razonables buenas intenciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">La percepción de que una idea es
mayoritaria no está ligada, según la teoría de <st1:personname productid="la Espiral" w:st="on">la Espiral</st1:personname> del Silencio<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>formulada por Elizabeth Noëlle Neumann,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>necesariamente al número de personas que
efectivamente la comparten, sino “a la capacidad de sus portadores de
presentarla como tal a partir de los medios con los que cuentan y su
predisposición a comunicarla”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Según esta perspectiva, la opinión
pública sería el resultado de la interacción de los individuos con su entorno.
En su proceso de construcción, el temor al aislamiento social de las personas
resulta determinante, ya que “para no encontrarse aislado, un individuo puede
renunciar a su propio juicio. Y esta es la condición de la vida en una sociedad
humana; si fuera de otra manera, la integración no sería posible”
(Noëlle-Neumann). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">En otras palabras. El contagio que
se produce entre determinado grupo de feministas, y según ellas, de feministos,
enfatizando, con la idea de hacer resaltar la igualdad hombre–mujer, y deformando
el lenguaje al gusto del consumidor, tiene su éxito, entre determinado publico,
en esa necesidad de no ser señalado, en <i>dónde va Vicente va la gente,</i> o
incluso en el deseo de significarse como parte de un grupo, el espíritu tribal
que subyace en nosotros desde los tiempos de las primeras comunidades humanas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Me dio pie a escribir estas líneas
un titular de prensa con el que tropecé ayer y que parece que va a llevar a los
representantes y representantas de los votantes y votantas, a los diputados y
disputadas, sean estos corruptos o corruptas, a cambiar el nombre de Congreso
de los Diputados por otro más acorde con la estupidez que se cuece en torno al
lenguaje inclusivo. Ignoro si esto que a mí me resulta ridículo, y cada cual
tiene derecho a considerar ridículo lo que así le parezca, será de dominio
general; considerando que el juicio global sobre los asuntos comunes deriva en
la gran mayoría de la presión social, de ideologías concretas (“Si las ideas
sirven para pensar, las ideologías sirven para disimular la ausencia de ideas")
o de lo que digan los periódicos de la mañana, no debería preocuparme en exceso
discrepar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Quizás dentro de unos días tenga que
doblegarme a la opinión general y escribir un párrafo como el que sigue… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Las hienas y los hienos de este
país, los corruptos y las corruptas, tantos políticos y políticas que tienen el
aprecio de votantes y votantas, merecerían por su capacidad para hacer de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ciudadanos y ciudadanas serviles corderos y
corderas, que se creara algún tipo de distinción dedicada a premiar la
capacidad que tienen determinados individuos e individuas para engañar
sistemáticamente a aquellos y aquellas, a ingenuos y a ingenuas, que cada
cuatro años acuden a las urnas a votar a los diputados y diputadas de este
reino o reina que es nuestra matripatria; nuestra patrimatria, si se quiere. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">En fin, se hace tarde. La noche trae
hasta mi cabaña el reclamo de un búho dirigido a la búha de turno. La primavera
comienza y pronto las ranas y los ranos, los ruiseñores y las ruiseñoras, los
mirlos y las mirlas, los carboneros y las carboneras, los verderones y las
verderonas, los gorriones y las gorrionas, las moscas y los moscos, las
mariposas y los mariposos y hasta los mosquitos y mosquitas, incluidas las
cucarachas y los cucarachos, los ratones y las ratonas, las hormigas y los
hormigos, irrumpirán en nuestros campos y hogares dando nueva vida al mundo y
con ello a los sapiens y a las sapians. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">En fin, las dos de la mañana. Hora
de irse a la cama. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 13.9pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-12559517230811933562024-03-18T17:06:00.000-07:002024-03-20T05:16:02.163-07:00En el Camino de Santiago: mi encuentro con Marichu II <p><span> </span></p><div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOgNCDWwjlC2UvoO8FtXXkkY_EFr_rMovA__bHTDhIK6kcsyZLIqX0YXHD3FNrKtTf2DEQberVEKqRognV5qvXe7m2pk973YCIr_ai0Gksy53nlrLr9BAdIvhWt3Uqj3NBAvDYdzOg8HdWk-Bd985HptW7QnzRRLcGCtGG9yxYPkv4g4-EIk571nqgo5aW/s3648/CaminoNorte%20(188)%20bbb%20jjj%202013.jpg"><span><img border="0" height="370" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOgNCDWwjlC2UvoO8FtXXkkY_EFr_rMovA__bHTDhIK6kcsyZLIqX0YXHD3FNrKtTf2DEQberVEKqRognV5qvXe7m2pk973YCIr_ai0Gksy53nlrLr9BAdIvhWt3Uqj3NBAvDYdzOg8HdWk-Bd985HptW7QnzRRLcGCtGG9yxYPkv4g4-EIk571nqgo5aW/w640-h370/CaminoNorte%20(188)%20bbb%20jjj%202013.jpg" width="640"></span></a></div><span><br><span><br></span></span></div><div><span>El Chorrillo, 18 de marzo de 2024</span></div><div><span><br></span></div><div><span><span>Por aquellos días andaba yo leyendo</span><span> </span><i>El beso de la sirena, </i><span>de</span><span><i> </i></span><span>Andrea
Camilleri, una bella fábula en la que se unen mito, historia, ciencia y
verdad; la novela más hermosa y delicada de Camilleri. El caso es que allá
aparecía una moza llamada Marichu, y dado que aquel nombre le venía bien a mi
reciente amiga, con ese nombre la bauticé.</span></span></div><div align="LEFT"><span>
<p><span>Se comprenderá que después de leído su breve email en el
que me decía la fuera a esperar a la estación de autobuses a eso de las once de
la mañana, al peregrino se le agitara de manera desacostumbrada el</span><span><span> órgano muscular ubicado en la cavidad torácica</span></span><span>. Se
comprenderá. Voy con el relato de aquella jornada santiaguil. </span><span> </span></p></span></div><div align="LEFT"><span>La chica de mi cuento, que es poeta como un servidor y que le gusta igualmente el sabor de la fruta madura, hubiera deseado ser Isadora en vez de Marichu; no hay cosa más fácil que cumplir, así que el caminante, subyugado por este repentino embrujo de lo femenino que le asaltó la noche anterior y que logró mágicamente hacerse realidad gracias a alguna meiga que debía sobrevolar los andurriales del bungalow que habitaba, recurre al agua bautismal, la derrama sobre la rubia cabellera de su nueva amiga y la rebautiza como Isadora. Y como no hay cosa mejor que tomarse las cosas de la vida con sentido del humor, consintamos igualmente en hacer verosímil este cuento de final de invierno en donde la invocación que reiterativamente hizo el caminante a los lares y penates del camino para que dejaran llover del cielo el fémino céfiro que todo lo nutre y sustenta sobre la vida del planeta, se vio cumplida con creces por la presencia de esta diosa de los caminos que responde al nombre de Marichu rebautizada como Isadora; Isadora la de los pies ligeros, la bailarina genial de los años veinte del pasado siglo, de la que ella adoptó su nombre de reina indiscutible del baile.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>Ah, amantes de los caminos, amantes de las mujeres, amantes todos del regazo maternal, amantes del origen del mundo de donde todo mana o donde todo anhelo se sumerge; amantes, seamos agradecidos y demos gracias a los dioses por tanta ventura, por tanto encuentro, por el sabor del melocotón, por la extrema y cálida suavidad en que transcurrieron las horas hasta el alba. Ni Odiseo el de la larga ausencia, ni Aquiles el de los pies ligeros pudieron encontrar en sus ajetreados viajes mejor descanso que el que encontró el caminante al cabo de una larga jornada de lluvia y nieve entre los brazos de Isadora.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>Si turulato quedó Genancio, el protagonista de la novela de Camilleri cuando Marichu, la mujer sirena, apareció ante sus ojos, no menos dejó de sucederle al peregrino cuando se vio entre los acogedores brazos de la bella Isadora.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>En fin, que el sol entraba a raudales por los grandes vitrales de la habitación del hostal cuando la aparecida Isadora y el caminante decidieron levantarse y darse a la tarea de buscar algún chiringuito donde desayunarse y reponer fuerzas. El caminante, como se ve, no madrugó, ni siquiera se despertó atosigado por la hora del alba que lo perseguía desde hacía dos meses; el caminante durmió como un bendito, a pata suelta, el caminante soñó con los pajaritos, soñó que una princesa lo había embrujado y que flotaba dulcemente en una algodonosa nube de caramelo donde la vida era sencilla y hombres y mujeres en vez de tirarse los tejos y arrancarse los cabellos folgaban y disfrutaban de los sencillos placeres de la vida.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span><span>Isadora y el caminante, sin disponer </span><span>a mano de la nube correspondiente que los eclipsara, así como tampoco de la verde hierba, del loto fresco, el azafrán ni del jacinto espeso y tierno que los acogiera, no obstante hicieron de la noche un pequeño cuento de ensueño. Transcurrida la cual, y ya cerca del mediodía, se hicieron a la calle, comieron churros con chocolate en una tasca vecina y posteriormente </span><span>pasearon por la ría de Villaviciosa donde colgaban nubes gordotas con la barriga cenicienta; el caminante e Isadora se hicieron las fotos de rigor, testimonio de que no todo había sido un sueño. Más tarde Isadora regalaría unos versos de su cosecha al caminante y, finalmente, éste acompañaría a la rubia Isadora a una prosaica estación de autobuses que nada armonizaba con el contexto de este cuento, pero que no había modo de evitar. Pena, porque el caminante hubiera preferido despedir a su princesa desde la borda de una goleta con un pañuelo de seda ondeando en su mano al viento. Adiós, adiós... hasta que el barco y la princesa quedaran separados por la inmensidad azul del mar.</span></span></div><div align="LEFT"><br></div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLQScjgseA8FTZ4HLoxxnOeZwZl6GiXBAqFgruWsMWVPFJvKjKX8IgHVp5fwMti9U956wpfimQYqPb2HwhMFosoUNuyBlfVFsmepH7vudIbuG8H8KpeFk6S1WpFTm91-GZvzMHNjsg2_0/s1600/P1050008.JPG"><span><img border="0" height="323" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLQScjgseA8FTZ4HLoxxnOeZwZl6GiXBAqFgruWsMWVPFJvKjKX8IgHVp5fwMti9U956wpfimQYqPb2HwhMFosoUNuyBlfVFsmepH7vudIbuG8H8KpeFk6S1WpFTm91-GZvzMHNjsg2_0/s640/P1050008.JPG" width="640"></span></a></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>Tras la partida me metí para el cuerpo un exquisito <i>risotto</i> de gambas que me sirvió la bella molinera, una joven y bella camarera, y me puse en camino en dirección a levante. Poca cosa, sólo seis kilómetros, hasta la pequeña aldea de Sobrayu donde de la escuela, como otras veces, han hecho un albergue de peregrinos.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>Su recuerdo bailó en el aire mientras el peregrino atravesaba playas y bosques con el fondo siempre presente de Picos de Europa y su nieve.</span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span>Y colorí colorado este cuento se ha acabado. </span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div align="LEFT"><span><br></span></div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdVJNsOgT1o7dPL50fls6CpmQkskI69Hpy3qvi78BSykbOfW_m9ohQZ7iH8UNE6JbvFUOOTkA3qG_CZNNaA2CT6vMdv-mGs1XkA-1ax_vI7AbLzL8J4RizqQuyKezQR3l1iJ9A6MMwvd4/s1600/P1050001.JPG"><span><img border="0" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdVJNsOgT1o7dPL50fls6CpmQkskI69Hpy3qvi78BSykbOfW_m9ohQZ7iH8UNE6JbvFUOOTkA3qG_CZNNaA2CT6vMdv-mGs1XkA-1ax_vI7AbLzL8J4RizqQuyKezQR3l1iJ9A6MMwvd4/s640/P1050001.JPG" width="640"></span></a></div><div align="LEFT"><span><br></span></div>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-20921495010237412582024-03-17T15:31:00.000-07:002024-03-17T17:08:16.931-07:00En el Camino de Santiago: mi encuentro con Marichu I<p> </p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy_33umP4mllBo5I-Ez9iMaBg0SvU476qKkIK3bf2m9fAY2nun7cOhVBeWXPujum16vuw7NFvauBvrs98xzUQteEWRUqCdXGiN8EDe_i0EdLsGb4T2kZYnm-0vyigjbxN1x-mc_MKWOWNh36yRiqAMBXIP5LDo9xYXgyAtLmlWT_es4PyRq8BeTabrJi_r/s1196/d.jpg"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy_33umP4mllBo5I-Ez9iMaBg0SvU476qKkIK3bf2m9fAY2nun7cOhVBeWXPujum16vuw7NFvauBvrs98xzUQteEWRUqCdXGiN8EDe_i0EdLsGb4T2kZYnm-0vyigjbxN1x-mc_MKWOWNh36yRiqAMBXIP5LDo9xYXgyAtLmlWT_es4PyRq8BeTabrJi_r/w640-h360/d.jpg" width="640"></a></div><br><div><br></div><div><br><div><span>El Chorrillo, 17 de marzo de 2024</span></div></div>
<p><span>Esto del Feisbuk tiene su gracia cuando nos
recuerda lo mucho que le debemos agradecer a ese tiempo pasado en que siendo lo
que fuimos se asentó parte de lo que somos hoy. En esta ocasión el recuerdo venía
de años atrás en que me empeñé en recorrer invierno tras invierno casi todos
los Caminos de Santiago. Algo de ello les contaban a Fafi y a Loli ayer cuando
en una reunión de amigos les hablaba de las muchas bondades que proporciona hacer
de peregrino por estos senderos de nuestra hermosa tierra. En los inviernos en
que yo los recorrí mi hábito de comenzar mi caminata a las seis de la mañana,
el cielo cuajado de estrellas, a veces la lluvia, siempre la oscuridad
impenetrable que me envolvía. Y luego la soledad de los albergues y las largas
horas de lectura acogido a la hospitalidad de quien me quisiera proporcionar
cama y techo, el encuentro ocasional con otros peregrinos de cualquier parte
del mundo, tantas experiencias agradables…</span></p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAhmvitpgSDyG9gwiy__DvelEak8hAQCVJGp9RdgT1kBjgniO-09YAbpbpfbwsj6tfosgeQ4GC8cvz3PGIALh0L7j7-n3vUyCrz9vfGERNgqpMb-baTKvW0nWhr8dFuMg9XDrNhr-5ZcGxOB7lbkwFASFPa4AKXjk-NGhvFwDc9EEh_ivVx3QgmrUAAdXy/s640/P1040935.JPG"><img border="0" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAhmvitpgSDyG9gwiy__DvelEak8hAQCVJGp9RdgT1kBjgniO-09YAbpbpfbwsj6tfosgeQ4GC8cvz3PGIALh0L7j7-n3vUyCrz9vfGERNgqpMb-baTKvW0nWhr8dFuMg9XDrNhr-5ZcGxOB7lbkwFASFPa4AKXjk-NGhvFwDc9EEh_ivVx3QgmrUAAdXy/w640-h394/P1040935.JPG" width="640"></a></div><p><span></span></p>
<p><span>Entre estas últimas cierto día que me cupo encontrarme con
Marichu haciendo el Camino Norte. De esto trata el post que sigue y que rescato
hoy del olvido, tanto para mi satisfacción como para la de mi amiga Marichu. Fue
el caso que habiendo quedado con un viejo amigo en las cercanías del albergue
donde pernoctaba en las cercanías de Villaviciosa, éste se presentó con una
amiga que tenía ganas de conocer al caminante. Sucedió que en aquella ocasión
el caminante andaba un poco aturdido debido al flujo susurrante de lo femenino
en sus venas y bastó que le presentaran a Marichu para que su cuerpo anhelante
de mujer se le revolucionara. Buscamos entonces un lugar para charlar, la
sidrería más próxima; Marichu se sentó frente a mí y mientras mi viejo amigo Fabián
disparaba su artillería político económica de cariz revolucionaria, yo empezaba
a buscar los ojos de Marichu y trataba de indagar los derroteros por los que
podían ir sus pensamientos. Y ella, como si me estuviera oyendo, fue empujando
la conversación poco a poco hacia ese inevitable de los encuentros y los
éxtasis. El caminante, que siempre se sintió tan poquita cosa; el caminante,
que es bajito, bastante sordo y que tiene un ojo que va a su aire y como sin
saber cuál debe ser la dirección de su mirada; el caminante, digo, se siente un
tanto admirado de que haya otros que le presten atención y se interesen por él
y sus asuntos. Total, el caminante empieza a sentirse un poco mareado por la
presencia de Marichu, de sus ojos azules, de su carita de pan, del perfume que
su mirada va deglutiendo cuando sus ojos se encuentra con el generoso escote de
ella. Ah, Dios, estas mujeres, piensa el caminante mientras al mismo tiempo se
ve obligado a dar la réplica a su amigo que ahora anda liado a palos con la
oligarquía de turno.</span></p><p><span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLZXSybuYC0O-YrXVIV0FabE3_pFxrYbxTRAEt1OaD3iDzf0ks3nfaZajl2Z0t6k6eGiEqH73rTqDTvrHlRWoStJIFM_xLgh3GLvBwlAX2MmwzJX_QIo-_twpClz9TLBtA9mR7kJ-4f5mTn3hrGmDFe8-8q5zGxrwdCEy6H91SdbND_bUr2s8Pqvcw0J3D/s640/P1040936.JPG"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLZXSybuYC0O-YrXVIV0FabE3_pFxrYbxTRAEt1OaD3iDzf0ks3nfaZajl2Z0t6k6eGiEqH73rTqDTvrHlRWoStJIFM_xLgh3GLvBwlAX2MmwzJX_QIo-_twpClz9TLBtA9mR7kJ-4f5mTn3hrGmDFe8-8q5zGxrwdCEy6H91SdbND_bUr2s8Pqvcw0J3D/w640-h480/P1040936.JPG" width="640"></a></span></p>
<p><span>El caminante es estrábico y sordo, pero se ve que el aire de
los caminos ha despabilado su olfato para intentar sacar partido con alguna de
sus otras pequeñas dotes. Y así recurre a la palabra que es el abracalabra de los
tímidos; la escritura y la palabra se convierten, entre una y otra sidrita, en
palanca, en máquina perforadora con que ahondar en el misterio del amor, donde
también Marichu busca encontrar respuestas a algunos interrogantes. Intentos
vanos, se dice el caminante, que habla en estos momentos de alguna experiencia
personal en el campo del amor; que introduce un tanto de melodrama en la cosa
mencionando sus lágrimas cuando quebró aquel amor de hacía una década. El
caminante está un tanto mareado por la presencia de Marichu; toma sidra en
exceso, está contento y en aquel instante el Camino de Santiago está lejísimo;
no le importaría relegar la ruta y los madrugones a un segundo plano si
consiguiera dormir entre los brazos de Marichu. Así estaban las cosas cuando
los camareros de la sidrería nos dijeron amablemente que iban a cerrar. Salimos
a la calle, subimos al coche, el tiempo apremiaba; tuve que reunir fuerza para
no echar todo a perder, para que la última oportunidad no se perdiera
impunemente. El tímido peregrino entonces se armó de valor, tomó el brazo de
Marichu que iba en el asiento delantero y le espetó sin más: ¿duermes conmigo
en el albergue? Ella no se sorprendió; otro día, dijo. Pero cuando el amigo Fabián
paró el coche, ella salió y dejó que el caminante la abrazara y paseara su
lengua por la humedad de su boca, por sus labios; recorrió las anfractuosidades
de aquella cavernita cálida y acogedora con un infinito placer; y ella buscaba
la lengua de él, llenaban de humedad sus labios, suave, como el leve roce de
las alas de una paloma. Aquello apenas duró un par de minutos, los enanitos de
su cuerpo estaban revolucionados, transmitían órdenes contradictorias,
engrosaban las venas, la cavidades todas. Puro embrujo. Pero había en el
ambiente una improrrogable urgencia. Marichu volvió a decir que otra vez. El
caminante, que es un chapucero de mucho cuidado, sabe sin embargo ser discreto
y respetuoso, le asusta por demás ser un pesado y al fin aceptó la decisión de
ella. Se despidió calurosamente por encima de la puerta del coche. Se vio en
medio de la noche alzando la mano y despidiéndose un tanto abochornado,
meditabundo, preguntándose si había cometido alguna tontería, hecho algo
improcedente. Él solito de nuevo, en la oscuridad, lloviendo, desamparado.
¡Pobrecito!</span></p><p><span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilqsADZq9LDO0Rbcav6kb_-L32LzeSujVxkqisRyFCYz2PSLhXL62ipl7ycfbaXYin63Cff2tz5W3aJwlur5276WaNAjxyYHgvveFS7UpSVwvbLIykRlbFjcfr8XTy0bWtLhxcwVdGrAPEXxXJ2pnBTd8dJ2RoDHKR2m_HlZ6CSSTD2PKGQ9s28kUR0KTu/s640/P1040941.JPG"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilqsADZq9LDO0Rbcav6kb_-L32LzeSujVxkqisRyFCYz2PSLhXL62ipl7ycfbaXYin63Cff2tz5W3aJwlur5276WaNAjxyYHgvveFS7UpSVwvbLIykRlbFjcfr8XTy0bWtLhxcwVdGrAPEXxXJ2pnBTd8dJ2RoDHKR2m_HlZ6CSSTD2PKGQ9s28kUR0KTu/w640-h400/P1040941.JPG" width="640"></a></span></p>
<p><span>Era la una de la madrugada y su cuerpo y su mente estaban
tan revolucionados que preveyó que le iba a costar trabajo dormirse. El
caminante antes de meterse en la cama mandó unas líneas a Marichu. Había
recordado que en una ocasión Fabián había utilizado el correo de ella para
mandarle unas fotos; tuvo que buscar la dirección en el batiburrillo de la
correspondencia atrasada. Ella contestaría a la mañana siguiente. </span></p>
<p><span>El caminante durmió mucho mejor de lo esperado. Llovió toda
la noche, el agua hacía un ruido bronco sobre el tejado de madera del bungalow
destinado a los peregrinos. Cuando empezó a amanecer no pudo permanecer más en
la cama y decidió echarse al monte bajo la lluvia sin más demora. Una jornada
más de esa larga peregrinación que había comenzado en Sevilla dos meses atrás.</span></p><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcueHL8x_zv3NCDXLTGul5EGBnTW-fmxoEvOkK2c70shG80iYsAK_5GBHGV944T-W03r_eW4otvVw-9MwBYgvWDmoCVZA02B0GmMH98jkqgjHE2jKDvPOOHe1mIhtpLZDXwhjt8IXA29TE3g0hkQoCvLpL1VeCW5lyrFn1R4tsAhN2UX5KoRA4HbkSfNWk/s640/P1040960.JPG"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcueHL8x_zv3NCDXLTGul5EGBnTW-fmxoEvOkK2c70shG80iYsAK_5GBHGV944T-W03r_eW4otvVw-9MwBYgvWDmoCVZA02B0GmMH98jkqgjHE2jKDvPOOHe1mIhtpLZDXwhjt8IXA29TE3g0hkQoCvLpL1VeCW5lyrFn1R4tsAhN2UX5KoRA4HbkSfNWk/w640-h480/P1040960.JPG" width="640"></a></p>
<p><span>Fabián, cuando la noche anterior el caminante le hablara de
lo mucho que arrastraba todavía el recuerdo de su antigua novia, había contado
una historia que aquel ya conocía. Un gurú de caminaba con sus discípulos
durante días por un sendero y en un momento determinado llegan a las orillas de
un río. Allí había una mujer que deseaba cruzar a la otra orilla sin ser capaz por
sí misma de hacerlo. Entonces el gurú tomó a la mujer en brazos y cruzó el río
con ella; la dejó en la otra orilla. Después reemprendieron el camino, pero uno
de los discípulos no quedó tranquilo, quizás le pareciera indecoroso lo que
había hecho su maestro, así que después de dos o tres días de darle vueltas al
asunto se lo dijo al maestro. La contestación de éste fue simple, yo la crucé
el río y la dejé en la otra orilla, mientras que tú llevas varios días cargando
con ella de continuo... Algo así me sucedía a mí esa mañana con Marichu.</span></p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSXoY34D6HaCPK4u6kBPkAHj9H9u5EEx93YRJZ0wtMvNjmV-saN5C3X67qPD0oc5Y6NGgRjYKUglkuF-0xEV03ICiYJjbU43r3jjjEaLtCpO-nPUzpnJoTnBPisOXcdC6oQF-gaDRQGbhmW5awCjxHYfwh4M3FthFmaEnOpo9uqFPok4unJylhxJXiJlcH/s640/P1040970.JPG"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSXoY34D6HaCPK4u6kBPkAHj9H9u5EEx93YRJZ0wtMvNjmV-saN5C3X67qPD0oc5Y6NGgRjYKUglkuF-0xEV03ICiYJjbU43r3jjjEaLtCpO-nPUzpnJoTnBPisOXcdC6oQF-gaDRQGbhmW5awCjxHYfwh4M3FthFmaEnOpo9uqFPok4unJylhxJXiJlcH/w640-h288/P1040970.JPG" width="640"></a></div><p><span></span></p>
<p><span>Por lo demás, y pese a la lluvia, el trayecto se fue
haciendo cada vez más extraordinario; primero el camino escaló una pendiente y
cuando ésta hubo finalizado se hundió en un trocha que más que camino parecía
un río y que bajaba abruptamente hacia un amplio valle sembrado de prados donde
las casas parecían las chozas de los siete enanitos. Al otro lado del valle se
alzaban montañas llenas de nieve; por allí debía de discurrir el camino hacia
Villaviciosa. En lo alto del collado sale discretamente el sol, los eucaliptos,
inhiestos y como con la cara recién lavada lucen como el primer plano de un
cuadro donde el blanco de la nieve y la textura de sus bellos troncos de
tonalidades ocres y sepia son el tema central del lienzo. El camino vuelve a
bajar atormentado y lleno de agua y poco a poco la nieve desaparece. Se vuelve
a cubrir, llueve intensamente. Llego a Villaviciosa, no hay albergue en este pueblo.
Encuentro habitación en el Hostal Sol, un lugar barato y acogedor. Una vez
dejadas mis cosas en un rincón, lo primero que hago es chequear mi correo en el
portátil. Marichu había decidido venir a buscarme al día siguiente a
Villaviciosa…</span></p>
<p><span>Mañana continúa…</span></p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhODalK0Bz5Ahl49UPQhbDl1GgY3V6bdeMJzjhj2WDHBssabk8bZJVGknLY2c_ok9nFLVpsZjs5J0zYOYEkvr-FOmjRlkOftMaTywjAfGWWz_2QMJS5K1NQY283VVBQTC5tF1YLAgva5yAAhBr6ysVZDRbi0WYtVnZdfJ7JpSTCx77Qj7kGrJ_e6mST0brc/s640/P1040974.JPG"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhODalK0Bz5Ahl49UPQhbDl1GgY3V6bdeMJzjhj2WDHBssabk8bZJVGknLY2c_ok9nFLVpsZjs5J0zYOYEkvr-FOmjRlkOftMaTywjAfGWWz_2QMJS5K1NQY283VVBQTC5tF1YLAgva5yAAhBr6ysVZDRbi0WYtVnZdfJ7JpSTCx77Qj7kGrJ_e6mST0brc/w640-h480/P1040974.JPG" width="640"></a></div><p><span><br></span></p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ8O9C8eePYOd7ckLwmvUxSG1ULLUCxLS6gpMcm5x8ddE0O9hFV550foNKWPiYRdAOfxt4FlnUhB4JO1OvfvgkBu_15f_aw-MGFu1AvqWTWCUI_eDuRAdgtmEaGs8KZD_iXbAaf31_hZt0jH4CVqkHr6L0bvkYOe5aiZ5B7s5SC1dJZbYt7_RkE0yXMUg_/s640/P1040977.JPG"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ8O9C8eePYOd7ckLwmvUxSG1ULLUCxLS6gpMcm5x8ddE0O9hFV550foNKWPiYRdAOfxt4FlnUhB4JO1OvfvgkBu_15f_aw-MGFu1AvqWTWCUI_eDuRAdgtmEaGs8KZD_iXbAaf31_hZt0jH4CVqkHr6L0bvkYOe5aiZ5B7s5SC1dJZbYt7_RkE0yXMUg_/w640-h480/P1040977.JPG" width="640"></a></div><br><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-57666689877224280762024-03-16T18:50:00.000-07:002024-03-18T04:15:51.093-07:00Confieso que nos hemos reído montón <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7KMFps5tYJmAaJLDZqEYno95pOVGT9b4P1fbfyW8a_HjxaTJGIuhDiKdPwQcgn855cYnik5LEu1HAWdYdq0G-26nqxSuuoOSNmikhXnW0xk_2htG1Zcp9OaoCHjwppEbCvgGxHPbun4Rdv6iEGh2KCeL-DnSCdqwh5anUduqBntB5noB3EPkkPoixXDOQ/s5136/sss.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2889" data-original-width="5136" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7KMFps5tYJmAaJLDZqEYno95pOVGT9b4P1fbfyW8a_HjxaTJGIuhDiKdPwQcgn855cYnik5LEu1HAWdYdq0G-26nqxSuuoOSNmikhXnW0xk_2htG1Zcp9OaoCHjwppEbCvgGxHPbun4Rdv6iEGh2KCeL-DnSCdqwh5anUduqBntB5noB3EPkkPoixXDOQ/w640-h360/sss.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 17 de marzo de 2024</span></div>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Humberto Eco en <i>El nombre de la rosa </i>sugería
que “la risa es un sol que ahuyenta el invierno del rostro humano”. Y es que
hoy nos hemos reído un montón, buena señal de que el invierno, el mental,
quedaba bien lejos de nuestra reunión, reunión bañada con buen vino, una paella
para trece, que recordaba la del último otoño de Pedro y Sonsoles, un tiramisú
de chuparse los dedos obra de Beatriz y otras delicatessens obra de Nati y
alguno más. Bueno, y es que a veces la vida es una fiesta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Los recuerdos compartidos, las bromas absurdas, los
chistes de Ramón, aquel de cuando llega al pueblo una campaña para prevenir el
sida y el alcalde explica a los vecinos que deben de usar el preservativo en
sus relaciones sexuales. Un vecino pregunta si es que tienen que llevar siempre
el preservativo puesto, a lo que el alcalde responde que no, que se lo pueden
quitar sólo cuando follen. Ese y otros más, que Ramón en una esquina de la mesa
intervenía discretamente en la conversación general, pero cuando al hilo de un
asunto le venía a la punta de la lengua el chiste al caso, alzaba la voz,
imponía silencio y allá que iba. O cuando Victoria cansada de escuchar elogios
dirigidos al anfitrión de la reunión, hacía lo propio echándose un montón de
flores encima con gesto imperativo que no admitía réplica, lo que levantaba la
hilaridad general y el consabido ¡Viva Victoria!; que vamos, en la vida había
yo visto vitorear a mi señora esposa por tan numeroso público. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqoXgo1T4mBfd_ImI8gtEm9hCR8gSqrZWZwceFpdjbnpswSVzbBBAewz3TeJErilTWopnOqunoN8B_cnsKBrxyRMRfg_wAtjckY_Nw7a8jrEHnQePxnealZe11yDaUVNeqocNVOvGTZJEiyhA6O87LPnXqEzrsNzNsV2pywtJpUtQjqTdeO_eh81ixtcx1/s4050/Amigos%20Paella%20_1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2326" data-original-width="4050" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqoXgo1T4mBfd_ImI8gtEm9hCR8gSqrZWZwceFpdjbnpswSVzbBBAewz3TeJErilTWopnOqunoN8B_cnsKBrxyRMRfg_wAtjckY_Nw7a8jrEHnQePxnealZe11yDaUVNeqocNVOvGTZJEiyhA6O87LPnXqEzrsNzNsV2pywtJpUtQjqTdeO_eh81ixtcx1/w640-h368/Amigos%20Paella%20_1.jpg" width="640" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Y no se vayan ustedes a creer que todo iba de risas,
que hubo temas que eran para levantar ampollas, especialmente cuando allá por
la cabecera de la mesa una contertulia empezó a echar gasolina al fuego de la
conversación poniendo en entredicho que los octogenarios, nonagenarios, y por
extensión entendí yo a los septuagenarios, que tuvieran relaciones sexuales
algo fogosas; punto en que se armó la de Dios, que hasta alguien sacó a
colación que Andrés Segovia ya octogenario engendró un hijo. Que en la cara se
veía que hombres y mujeres no coincidíamos en absoluto sobre este punto, una
divergencia que yo ilustré describiendo una viñeta que me encontré por ahí en
cierta ocasión. En ella un matrimonio madurito aparecía leyendo en la cama<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cada uno un libro; ambos ensimismados. El
libro del hombre se titulaba “Cien formas de hacer el amor”; el de la mujer
“Cien formas de evitar hacer el amor”. En fin, que la conversación se puso muy
a tono, pero como la paella ya estaba a punto pues que aquello quedó más o
menos en tablas. Además las mujeres estaban en minoría, de modo que si aquello
hubiera continuado seguro que las conclusiones se habrían desplazado a favor de
la testosterona.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmoBYSflqeilHFsgqXXWp6CbcUAvmQG1Q6Ihyphenhyphen_xfokLpkmUxJ-r1xh1QscpDlNW8zj4aJ9fON-aQjeXjvWepLYmfDkKwVTfXh7X0YDWqZRXd4Ifm9OpFbz08PKSJF0IxrZl5644-Vgr8oQQ9WxucultknYnhnLBOHTINnwJdaTy31cIjhwekDYHaukAnJy/s5769/Amigos%20Paella%20_3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3000" data-original-width="5769" height="332" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmoBYSflqeilHFsgqXXWp6CbcUAvmQG1Q6Ihyphenhyphen_xfokLpkmUxJ-r1xh1QscpDlNW8zj4aJ9fON-aQjeXjvWepLYmfDkKwVTfXh7X0YDWqZRXd4Ifm9OpFbz08PKSJF0IxrZl5644-Vgr8oQQ9WxucultknYnhnLBOHTINnwJdaTy31cIjhwekDYHaukAnJy/w640-h332/Amigos%20Paella%20_3.jpg" width="640" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Todos éramos viejos amigos de montaña, aunque algunos
—¡ay, la memoria!, la mía quiero decir—, no nos recordábamos unos a otros, por
cierto una bonita experiencia la de irnos conociendo y reconociéndonos poco a
poco, tantos, a través de las redes; y por consiguiente con largos historiales
de experiencias y pasiones comunes. Bastaba para que un nombre propio, una
circunstancia de los años sesenta o setenta, Gredos, Pedriza, Galayos,
apareciera en la conversación para que aquello hiciera salir de la chistera del
momento todo un mundo de aventuras que dormidas en la memoria de todos nosotros
despertaban como al toque de diana de un sueño de décadas atrás. Ese cuento que
nos contaban de niños de <i>La bella durmiente, </i>en donde lo que aquí
despertaba no era una princesa sino el tesoro que todos llevamos dentro desde
que en la temprana juventud nos dio por lo que nos dio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI7r43Ylb07f1jbBw4Tfci8zdil93XEo43xr7QzyhUyt9ZQm55Eswp0kaMtqFnGZNe_xWcFl_m_M5PKhHIOsfzYNFTPybrrr3lTCAyHmdCrcqOhrIfSNsdtWS0SDzxjeVQIfvBUzKUdZFAJGa0YepJRW3HTosPbaYY7F5IW9SPy52eT1kB5G9XqMQIrsqD/s6000/Amigos%20Paella%20_6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="6000" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI7r43Ylb07f1jbBw4Tfci8zdil93XEo43xr7QzyhUyt9ZQm55Eswp0kaMtqFnGZNe_xWcFl_m_M5PKhHIOsfzYNFTPybrrr3lTCAyHmdCrcqOhrIfSNsdtWS0SDzxjeVQIfvBUzKUdZFAJGa0YepJRW3HTosPbaYY7F5IW9SPy52eT1kB5G9XqMQIrsqD/w640-h426/Amigos%20Paella%20_6.jpg" width="640" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">No, pero tampoco ello nos ocupó excesivo tiempo, que
siendo tantos y tantas las ganas de hablar hubo un largo rato en que la
conversación se fragmentó, y aunque hubo alguno que quiso imponer algo de orden,
trece éramos muchos para seguir ninguna disciplina. Yo escuchaba al otro lado
de la mesa, envuelta en otras ruidosas conversaciones, algo que me interesaba y
que estaba a cargo de Nati, Dori y Keemiyo, pero fue inútil. Y es que con
temperamentos fogosos como tantos que había hoy, no había manera de elegir y
seguir un tema entre los tropecientos que se estaba entrecruzando a lo largo de
la mesa. Vale, pero esto último sin exagerar, que de todo se pudo hablar. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWs1bcBcd52ycyGMhofnvNcbJt7Jg4dpq2VHlawsCDsTb0MzT6f0HxR6PD3BfsV2M0je4Ml9L8mphs8jQ_B16qd7wtitALju2IHz2nNlIJvcG7vOJjlHBRYMa9KHw7QhLLGmHqdIDRbg4xMVdLxGS8bzlZIMgkpwkn_xfFkCTdQjmxYS9kykADWKv3aDdL/s6000/Amigos%20Paella%20_13.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="6000" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWs1bcBcd52ycyGMhofnvNcbJt7Jg4dpq2VHlawsCDsTb0MzT6f0HxR6PD3BfsV2M0je4Ml9L8mphs8jQ_B16qd7wtitALju2IHz2nNlIJvcG7vOJjlHBRYMa9KHw7QhLLGmHqdIDRbg4xMVdLxGS8bzlZIMgkpwkn_xfFkCTdQjmxYS9kykADWKv3aDdL/w640-h426/Amigos%20Paella%20_13.jpg" width="640" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Lo que yo me pregunto cada vez que nos reunimos una
pequeña pandilla de amigos alrededor del yantar de una mesa, es si no será un
disparate querer reunir a contertulios tan diferentes, en ocasiones sin
conocerse algunos entre nosotros; me lo pregunto, pero el riesgo es nulo; de
una parte está el nexo de la montaña y de otra y más importante, creo, está la
edad, es decir, la larga experiencia de vida que llevamos a cuestas todos
nosotros, lo que además de añadir la sabiduría que da la edad, alenta esa vieja
pasión que consiste en conversar y dar rienda suelta al buen humor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Aquellas memorias que escribiera Pablo Neruda de <i>Confieso
que he vivido, </i>hoy podríamos haberlo parodiado con un “confieso que me he
reído". <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;">Total, que Loli y Fafi ya están pensando el menú para
el próximo encuentro: cocido montañés al canto. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZepgYrbT2-r7bS0GNVkuWDFp0CYMDekNbzs8wxnnfJpsVDgbz4V2ohXC2vcLfGVGWNgWo7utsI3DjEpdwB58PG2HEA2KXwiOw74siMJczCphSUqXHQqqBFyBjXDuT2NyIAKKOoh3kPPL5uKdsck2wSSTzWGyNBGecLTgwyvOJT11t_93cmQEt8Ju0BkMb/s3264/20240316_154410.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1468" data-original-width="3264" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZepgYrbT2-r7bS0GNVkuWDFp0CYMDekNbzs8wxnnfJpsVDgbz4V2ohXC2vcLfGVGWNgWo7utsI3DjEpdwB58PG2HEA2KXwiOw74siMJczCphSUqXHQqqBFyBjXDuT2NyIAKKOoh3kPPL5uKdsck2wSSTzWGyNBGecLTgwyvOJT11t_93cmQEt8Ju0BkMb/w640-h288/20240316_154410.jpg" width="640" /></a></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-48073537740012227582024-03-15T15:46:00.000-07:002024-03-15T16:29:07.081-07:00¡Hola!, ¿eres Carlos Soria, no? <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqXKnioSgyIOBrIxZU9Ai6ebFJX5KJ7oLZIerXi0_k61C0RCeoAo4UyObaOF0ZoQoC7L9RBlvFyitkhpabk-9tsJTp6IGXcOIE2u71ytgLGl91vVcYl-83MDgQe0FQM1NRFnNzTWVqAfFMKDVUAoisXH06ML8ByhdYBMs3uN_APgW0IXN5S1orC-nN4sI5/s1560/grupo%20familia%20De%20la%20Madrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="1560" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqXKnioSgyIOBrIxZU9Ai6ebFJX5KJ7oLZIerXi0_k61C0RCeoAo4UyObaOF0ZoQoC7L9RBlvFyitkhpabk-9tsJTp6IGXcOIE2u71ytgLGl91vVcYl-83MDgQe0FQM1NRFnNzTWVqAfFMKDVUAoisXH06ML8ByhdYBMs3uN_APgW0IXN5S1orC-nN4sI5/w640-h372/grupo%20familia%20De%20la%20Madrid.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 15 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El caminar ayer y la noche anterior
abriendo a veces huella hasta más arriba de la rodilla me ha dejado el cuerpo
tan cansado que hoy trabajo y ayuda me costó alzarme de la cama. Esta mañana
nada de ejercicios de mantenimiento, me dije; pero conociéndome y sabiendo que
a poco que me descuide ya me busco cualquier disculpa para evitar un esfuerzo,
todavía le metí al cuerpo una hora y media más de ejercicios. Y no sólo eso que
después del desayuno me puse a arar a mano unos parterres. ¿Resultado? Que quedé
el resto del día imposibilitado de hacer otra cosa que yacer despanzurrado en
un sillón mirando las musarañas. Ahora es cuando empiezo a estar mejor, ahora
tras la cena frente al fuego de la chimenea. He encendido, me he sentado, he
puesto a un lado la media docena de libros que estoy leyendo con la intención
de…, pero no, parece que no cuaja. Y como ya he dedicado media tarde a mirar
las musarañas, pues que me parece demasiado seguir <i>in albis, </i>así que no
me queda otra opción que echar mano al teléfono e intentar averiguar qué puede
salir de ese tener un móvil en las manos al final de una jornada más de vida.
Lo que pueda salir en un día más de seguir viviendo puede, según uno se lo
monte, según la pereza te deje o se lo discutas, según haga sol o llueva, puede
ser tantas cosas y tan diversas, tan apetecibles, que resulta admirable a un
jubilado como un servidor estar viviendo tal circunstancia de hacer en cada
momento lo que le salga del pito. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Bueno, para empezar no está nada
mal. Veamos por donde tiran a continuación las yemas de mis dedos, que ya es
curioso de por sí que yo pueda expresar mis pensamientos con las yemas de mis
dedos presionando aquí y allá sobre un trozo de vidrio, que si Homero lo viera,
no lo creyera, y menos los escribidores de <st1:personname productid="la Tabla Rosetta" w:st="on">la Tabla Rosetta</st1:personname> que
escribían a golpe de buril y martillo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Así, lo más cercano que tengo a mano
esta noche es una anécdota de algo que me sucedió ayer mientras bajaba de las
Torres de Pedriza. Descendía pensando en un pajarillo que descubrimos sobre un
tronco más abajo del refugio Giner de los Ríos hace cincuenta años, allí,
acurrucado estrenando sus primeros días de vida en el rincón de su nido y que
nos miraba con tanto recelo… recuerdo que el fin de semana siguiente lo primero
que hicimos antes de subir hasta el Tolmo, donde pasaríamos la noche, fue ir a
saludar a nuestro pajarillo, pero la criatura ya había volado. Bueno, pues con
aquel pajarillo de más de medio siglo atrás venía yo pensando cuando de repente
un señor mayor me para y me dice <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">—¡Hola!, ¿tu eres Carlos Soria, no? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Y como yo soltara una sonrisa que
desmentía su supuesto, intentó disculparse… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">—Es que con ese pelo largo y ese
caminar tan brioso, me hizo pensar en él. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Lejos de mí aspirar a ser Carlos ni
cualquier otro con lo a gusto que me siento siendo yo mismo, pero fue el caso
que me hizo gracia que me confundiera con el mítico Carlos, ese héroe de
nuestro tiempo, mucho más que aquel de Lérmontov, por lo que se refiere a como
hace de sus setenta y ochenta años una obra de arte e inteligencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Hablamos durante un rato. El señor,
un vecino precisamente de Moralzarzal, llevaba jubilado desde hace diez años y
debía de tener grabado en la frente a su vecino Carlos, al que admiraba y del
que sacaba fuerzas para hacer una vida saludable. Todos los días vengo aquí a
caminar; ni pastillas para la tensión, ni colesterol, nada, decía; la mejor
medicina para un jubilado son las largas caminatas por el monte. Y la verdad es
que era un septuagenario con aspecto muy saludable. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Cuando le dejé atrás, me fui
pensando que el mérito que le va a caber a Carlos para siempre, referido a los
otros, no a él mismo, no va a ser el que haya conseguido subir tales o cuales
ochomiles, tales o cuales montañas de poca o mucha dificultad, que el mérito es
esa aportación que hace a tanta gente mayor anónima que percibe para ella misma
en él unas posibilidades de vida que jamás habrían soñado. Me decía este hombre
que me encontré que cuando se jubiló nunca hubiera soñado poder llevar una vida
como la que llevaba. Me decía algo que yo he expresado aquí alguna vez, que la
jubilación estaba siendo el mejor periodo de su vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Lo que puedas hacer cada día cuando
no tienes ninguna obligación por delante… A veces me imagino a un dios más acá
del Big Bang más aburrido que una ostra mirándose el ombligo por toda la
eternidad, y la idea me horroriza. ¿O es que habremos de imaginar a Dios con
algún tipo de diversión divina que nosotros ignoramos o somos incapaces de
imaginar? Y cuando esto imagino y me veo jubilado con todo ese panorama de
posibilidades delante de mí, lo que pienso es que somos superiores a cualquier
dios vivo o por vivir. Decía Oscar Wilde que “La vida no es compleja. Nosotros
somos los complejos. La vida es sencilla y lo sencillo es lo correcto”.
Encontré el otro día en <i>Breve tratado sobre la estupidez humana, </i>un
aserto que contradecía aquel dicho de que “el saber no ocupa lugar”. El autor
aseguraba por contraste, con razón, que la ignorancia sí ocupa lugar, la cabeza
de los tontos y los ignorantes no está vacía, sino repleta de prejuicios,
tonterías, creencias sin fundamento, conceptos sin digerir y eslóganes sin
analizar. Que yo me incline a este tipo de consideraciones en este punto, se
comprenderá, primero debido a la influencia cercana de lo que leo y, segundo,
porque haciendo de la sencillez nuestra enseña de vida, uno puede llegar a
conclusiones tan sabias como las del jubilado con el que me encontré el otro
día en <st1:personname productid="la Pedriza." w:st="on">la Pedriza.</st1:personname>
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-53090027295592054172024-03-11T16:57:00.000-07:002024-03-11T16:57:27.238-07:00Historia de una prostituta<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYf03XnrVOtRyPqAqn9CpL-V4nl-_XTUitDEwi8CgtADvxJKk4FtyGUzb-wrh2VkiJpJa-g104SfSZ9mEBKUDGgdEqV5y6h-W3duXBgMWuaOF29CQnnt5A4SpV7Yb2Uuq5A2TQ-CY49l3EkT3Y5vt29ponfOK55UPf3yhkqFYl9wp4sRT_MwUrlysVWPuh/s800/previews_0006_custom_1697662901.3163.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYf03XnrVOtRyPqAqn9CpL-V4nl-_XTUitDEwi8CgtADvxJKk4FtyGUzb-wrh2VkiJpJa-g104SfSZ9mEBKUDGgdEqV5y6h-W3duXBgMWuaOF29CQnnt5A4SpV7Yb2Uuq5A2TQ-CY49l3EkT3Y5vt29ponfOK55UPf3yhkqFYl9wp4sRT_MwUrlysVWPuh/w640-h360/previews_0006_custom_1697662901.3163.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 11 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Esta mañana mientras bailaba nada
más levantarme al ritmo de un tema que llevaba el título de <i>A fuego lento, </i>alcancé
el teléfono para recordar la idea. Algo tiene que salir de él, me dije. Y después
lo olvidé. Volví a recordarlo esta noche viendo <st1:personname productid="La Maison" w:st="on"><i>La Maison</i></st1:personname><i> </i>(Anissa
Bonnefont, 2022), la historia de una escritora que pretende escribir una novela
sobre el mundo de las prostitutas y busca trabajo en un burdel para conocer ese
mundo sobre el que quiere narrar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">A fuego lento nos van robando la
libertad. Leí el otro día que parece que desde el gobierno pretenden prohibir
la prostitución. A fuego lento nos quitan la libertad de morir cuando y como
queramos, a fuego lento las restricciones, a fuego lento la estupidez se adueña
del país. Estoy tan interesado por este fenómeno, la estupidez, que llevo unos
días que leo dos libros a la vez sobre el asunto; uno <i>Las leyes
fundamentales de la estupidez, </i>de Carlo M. Cipolla, y el otro, <i>Breve
tratado sobre la estupidez humana, </i>de Ricardo Moreno. Confieso que me
fascina el tema. “El motor de la historia es la estupidez y sus derivadas, la
hipocresía, la intolerancia, el fanatismo, la ambición desmedida”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><i><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: #000A; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">De diez cabezas, nueve <br />
embisten y una piensa</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Machado, naturalmente. Si los
cimientos de la felicidad de cualquier ser humano están dentro de él mismo y
para ello se necesita cierto hábito de reflexión, ¿qué decir cuando mirando a
nuestro alrededor comprobamos el grado de estupidez en que andamos metidos?, y
ello sin tener en cuenta asuntos tan serios como el de Israel o Ucrania, o
cuando vemos al tal Biden haciendo declaraciones sobre Palestina mientras se come
un helado.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Leo que al estúpido no le preocupa
la libertad, en primer lugar porque no sabe qué hacer con ella y se convierte
para él en un estorbo, y en segundo lugar porque hace patente su inferioridad
frente a quienes sí saben emplearla beneficiosamente. La pretendida igualdad
que quiere tratarnos a todos por el mismo rasero, o bajo determinadas disculpas
elaborar leyes o normativas de índole general, mete en el mismo saco a gentes
muy distintas, mezcla a los estúpidos y a los malvados con la generalidad de la
población. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Quien me recomendó la película que
hemos visto esta noche, <st1:personname productid="La Maison" w:st="on"><i>La
Maison</i></st1:personname><i>, </i>me advertía de que a algunos amigos no les
había gustado; a él, sí. Como solemos coincidir bastante en nuestros gustos,
aprovechamos que era mi día de la semana dedicado al cine para verla. Un
cinéfilo, entre los que se encuentra mi chica, podría poner muchos peros al
film, una actuación que acaso no es impecable, algún que otro encabalgamiento
de secuencias que produce cierto ruido en los engranajes, cosas así; sin
embargo la película se ve bien, me gustó, y, sobre todo ayuda a comprender, en
este caso el mundo de la prostitución (ya; es que tararí, es que tarará, esos
que siempre sacan a cuento lo que es excepcional para poner puntos a las haches
de lo general). Es otra de mis debilidades, intentar comprender la realidad que
me rodea. Cosa que los estúpidos no suelen hacer porque ya lo saben todo desde
el mismo momento de su nacimiento. El asunto: comprender, tiene, ya que estamos
hablando de cine, una buena película en que expresarse. Su título <i>El lector,
</i>una versión de la excelente novela de Bernhard Schlink. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Cuando uno ve una película o lee un
libro es inevitable que por la mente pasen retazos de otras historias. En el
caso de hoy fue un entrañable relato de Maupassant en el que las prostitutas de
un burdel parisino se toman un día de asueto para asistir todas ellas a una fiesta
en el campo. Un relato risueño, cándido, que me recordaba el ambiente festivo
que mantienen en algún momento las prostitutas en la película de hoy. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Lo que me preguntaba esta noche
viendo el film era si seríamos capaces alguna vez como sociedad de desterrar
medianamente la estupidez de nuestra convivencia. Ricardo Moreno aplica el
principio de Hanlon al mundo de hoy y concluye que hace más daño la estupidez
que la maldad. Al malvado se le puede convencer con argumentos, al estúpido no.
La estupidez se desarrolla alimentándose de su propia sustancia. La tendencia
tan poco imaginativa de querer meter a todo el mundo en el mismo cajón, ese
igualitarismo tan en boga, que satisface a una mayoría, esa que pone en verso
Machado, que viene lastrada por cierto tufo de mojigatería y escasísimo respeto
por la libertad del prójimo, meapilas y sus derivados, terminará, Dios mediante
–sí, ese Dios que parece proporcionar <i>todavía</i> hipócritamente votos a la
derecha y a los del Moco Verde–; terminará por hacer de la estupidez su bandera
y su santo y seña. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">¿Habré de decir más claramente que
prohibir la prostitución, como tantas otras cosas, atenta contra las libertades
fundamentales de las personas (prohibir, que no regular)?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-34003226731517392352024-03-10T14:20:00.000-07:002024-03-10T14:20:27.369-07:00Reflexiones bajo el fragor de la tormenta<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4LLFWdXLH2Ojy2CzJEqtI4jmnHqP1yQerfdI14_8qXy4UGGNhehqYsO-zFb9eaacVGCDt-D_vKkq3KDOBcBu3TD0kFz5W6wtV0h3_6u90nmv5sVpemeKa8vbGgPT_WqoZsXuhYduN0n6_EwfLYpfV9-eGWGq7lQ41vrf04T7JZ-CZPzKUgABVWtEne6BV/s1024/photo_2019-08-06_21-25-04.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4LLFWdXLH2Ojy2CzJEqtI4jmnHqP1yQerfdI14_8qXy4UGGNhehqYsO-zFb9eaacVGCDt-D_vKkq3KDOBcBu3TD0kFz5W6wtV0h3_6u90nmv5sVpemeKa8vbGgPT_WqoZsXuhYduN0n6_EwfLYpfV9-eGWGq7lQ41vrf04T7JZ-CZPzKUgABVWtEne6BV/w640-h360/photo_2019-08-06_21-25-04.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Marmolada</td></tr></tbody></table><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">El Chorrillo, 10 de marzo de
2024<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Una noche del mes de agosto
bajo la pared sur de <st1:personname productid="la Marmolada." w:st="on">la
Marmolada.</st1:personname> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Las tormentas bajo el techo
de mi tienda los veranos de caminar por los Alpes son siempre un leitmotiv que
aflora en mis recuerdos con mucha fuerza. En aquella ocasión bajo <st1:personname productid="La Marmolada" w:st="on">la Marmolada</st1:personname>, un capricho
que tuve porque quería verme otra vez bajo esa enorme pared que había escalado
cincuenta años atrás, la tormenta, siempre imponente, se había prolongado
durante un par de horas para dejar al filo de la noche una pequeña tregua. Aproveché
para terminar de ver la película que había dejado a medias la noche anterior.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Apenas transcurrida media
hora el fragor de los truenos volvía a tomar fuerza, era el momento en que la
película que estoy terminando de ver, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hijos
y amantes</i>, empieza a llegar a su final. Tengo el volumen al máximo y a
veces me cuesta escuchar lo que dicen los personajes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Una idea al final del film
que hace coherente el comportamiento del protagonista a lo largo del relato.
Son palabras de Paul Morel, una respuesta al padre, que tras la muerte de la
madre le aconseja que busque a un mujer con la que pueda ser feliz. La
respuesta de él: “Maldita felicidad. Que la vida sea plena, eso es lo que he
deseado siempre”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">La idea que me perseguía
cuando oí pronunciar a Paul estas últimas palabras es que aspirar a la
felicidad como objetivo de la vida siempre me pareció una idea errónea. Tuve
una amiga con la que discutí mucho sobre esto porque ella, de igual modo que no
quería oír pronunciar la palabra “muerte”, hablaba con excesiva frecuencia de
que ella lo que quería en la vida por encima de todo era ser feliz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Tendría que ser capaz de dar
razón de esta idea. Es tarde y la lluvia cae intensa sobre mi tienda, un
momento propicio quizás para intentarlo, pero mis ojos están tan cansados de
mirar la pantalla del teléfono en la oscuridad que soy incapaz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Recuerdo algunas situaciones
expuestas por las que he pasado días atrás, circunstancias que han necesitado de
esfuerzo algo extraordinario, esa sintonía con la lluvia o las tormentas,
quizás la espléndida soledad de algún instante en los bosques llenos de niebla
o agua, y en ellos, en los que yo tampoco buscaba la felicidad, sí que encontré
eso que buscaba Paul, que la vida había sido plena. Cuando alguien aspira sin
más a ser feliz en abstracto, sin más, pareciera que ese alguien que desea
ardientemente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la felicidad, tuviera en
mente como objetivo último el hecho de estar allí, en la cumbre, cuando lo que
da sentido a la pasión de escalarla no es estar allí arriba sino el camino que
te lleva a ella. Desear que la vida sea plena significa algo muy distinto a
aspirar a la felicidad. La plenitud deriva de situaciones anímicas y
espirituales,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de confrontaciones con la
realidad en las que el individuo ha puesto a prueba sus mejores capacidades, se
ha superado, ha conseguido con su esfuerzo y tesón un estado de superación, de
penetración extraordinaria de la realidad que hace posible que de su organismo,
de su alma broten instantes de íntimo placer y felicidad. Nada que ver esto con
la aspiración así, a palo seco, de ser feliz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Convertir la vida en un acto
de plenitud en lugar de aspirar a una fofa felicidad convierte a Paul en un
personaje interesante y atractivo del que cabe esperar una fuerza vital fuera
de lo común. Esto es hablar muy en general y cada cual podrá encontrar el
particular camino que acerca a cada individuo a un estado de plenitud, pero ya
que estoy entre montañas y en su ámbito son innumerables las personas que han
encontrado en la escalada su mayor grado de realización, quizás estos ejemplos
sirvan para aclarar la profundidad que encierran algunas aspiraciones humanas,
acaso siendo el individuo ajeno a lo que en el fondo busca con sus escaladas de
grado extremo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Si junto a la afirmación de
Mallory, “escalo montañas porque están ahí”, colocáramos el “que la vida sea
plena es lo que he buscado siempre”, de Paul Morel, me temo que estas dos ideas
dejadas solas a la tarde sin la concurrencia de quienes las han expresado, con
toda seguridad, la primera, escaló montañas porque… etc., terminaría confesando
a la segunda, que la vida sea plena, que estaba equivocada, que en realidad lo
que en las montañas hemos descubierto es que nos proporciona un grado de
plenitud que no encontramos en otras experiencias de la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Presiento que con este tipo
de reflexiones uno se acerca a alguna verdad esencial. Hoy se me aparece con
más claridad que nunca la certeza de esa afirmación de Morel. Faltaría definir
qué sea eso de la plenitud, pero mi ánimo no llega a tanto. Creo que se
entiende sin más explicaciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;">Tras el final de la película
se hizo la calma. Aquel día mi itinerario, que partía de las cercanías del lago
Fedaia, tendría que haber atravesado una horcada al este de la cumbre de <st1:personname productid="La Marmolada" w:st="on">la Marmolada</st1:personname> para desde allí
alcanzar el paso Ombretta, al pie de la pared sur, pero el horno no estaba para
bollos para meterse en terreno bastante complicado y decidí dar la vuelta al
macizo para alcanzar el mismo collado más arriba del refugio Contrin. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hijos y amantes </i>fue un buen colofón para
un día de lluvia y tormenta vespertina. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt;"><span style="font-family: Georgia; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-family: Georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSDMDOzZfeKVbn9B3iCeZy-OomG-mTopjEFBgVYeVZtyj6LNIl4qcbBXmV52oQBLWq1DKSSVOEEdi9kp4tYtLRAaX_x7oHikfZZjihxB6OYT3fesMskTy0I9keYq98pqz_3WVrZA13Ezxbj06622v5WHZXJBui9Bci670FlAku_wLO42vbHlcAwQ4ZCrJ4/s428/photo_2019-08-08_20-07-30.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="428" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSDMDOzZfeKVbn9B3iCeZy-OomG-mTopjEFBgVYeVZtyj6LNIl4qcbBXmV52oQBLWq1DKSSVOEEdi9kp4tYtLRAaX_x7oHikfZZjihxB6OYT3fesMskTy0I9keYq98pqz_3WVrZA13Ezxbj06622v5WHZXJBui9Bci670FlAku_wLO42vbHlcAwQ4ZCrJ4/w640-h358/photo_2019-08-08_20-07-30.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pared sur de la Marmolada</td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-65766028289441517132024-03-07T15:59:00.000-08:002024-03-07T16:39:40.726-08:00Otro feminismo, otra fuerza, otro mirar más hondo<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfdlBQ7Jajko43m6GkbszmEGLJoUe83Fekx7Mm2D6qOpd8LF6OUGvCH6SGseSh7z4OYIgJlidCb3RBKEYuuHyI6epMCH-bT4m9g6D0bE4kdAudEPEgYi3X9QxYXH6gg3_LZua8pKFfZM_9iK5zYOhKcsKiEr5ujDHhqunTZDefzBSjvE8kduk5U1LZABWg/s3334/Camino%20de%20Santiago%20Portugu%C3%A9s%2070%20grafitti%202018.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1876" data-original-width="3334" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfdlBQ7Jajko43m6GkbszmEGLJoUe83Fekx7Mm2D6qOpd8LF6OUGvCH6SGseSh7z4OYIgJlidCb3RBKEYuuHyI6epMCH-bT4m9g6D0bE4kdAudEPEgYi3X9QxYXH6gg3_LZua8pKFfZM_9iK5zYOhKcsKiEr5ujDHhqunTZDefzBSjvE8kduk5U1LZABWg/w640-h360/Camino%20de%20Santiago%20Portugu%C3%A9s%2070%20grafitti%202018.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Terminé uno de mis Caminos de Santiago un 8 de marzo. Tuve el tiempo justo para ducharse y salir pitando hacia la manifestación. Entonces el feminismo estaba bastante menos descarriado que en la actualidad. Era un placer corear aquello de "Libre te quiero" en medio de una multitud deseosa de una sana comunicación entre hombres y mujeres.</td></tr></tbody></table><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 8 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Con las líneas que siguen no pretendo discutir con nadie,
sólo deseo aclararme. Parto del supuesto de que todo el mundo, creo que sin
excepción, adquiere ideas más o menos sólidas sobre asuntos humanos de manera,
más o menos, repito, inconscientemente, ideas sobre el feminismo, sobre la
justicia, sobre la política, sobre los males del mundo; inconsciencia que poco
a poco se va solidificando en nuestra mente hasta formar algo más o menos
sólido, más o menos sólido, repito, con ocasionales adiciones de razonamiento,
lecturas, etcétera. La solidez del razonamiento que pueda haber aportado a este
corpus de creencias en que se han consolidado nuestras ideas, dependen
objetivamente de factores tales como la presión social, “la moda”, la </span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;">justificada</span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;"> </span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">indignación en el caso de las mujeres cuando hablamos de feminismo;
sin embargo, y razono a partir de mi propia experiencia, raramente nos
enfrentamos a asuntos como los expresados más arriba desde la fría
consideración de razonamientos; no que a uno se le pase por la cabeza esto o lo
otro, no, que nos pongamos seriamente a considerar, al margen de lo que
conocemos, de los libros que leemos, de las influencias del medio y del
momento, la veracidad de lo que hasta ese momento hemos sustentado.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Creo que es necesario insistir que no sirve lo mismo una
intuición, un seguir una corriente de pensamiento, una reacción salida de una
injusticia sin más (en el caso que voy a abordar la injusticias que sufren las
mujeres al no ser consideradas en un plano de igualdad con el hombre), para a
partir de ahí sostener una idea sólida. Tengo el pleno convencimiento de que
cuando hablo sobre asuntos de feminismo, un asunto que me aburre un tanto a
estas alturas, pero que necesita todavía en mí al menos, ciertas aclaraciones
para abrirme paso en la oscuridad de sus fundamentos; tengo el convencimiento
de que raramente se llega a hacer una lectura suficientemente tranquila como
para, acaso de puntillas, hacer el esfuerzo de entender. Hay quien a esto lo
llame presunción. Tanto monta. Es lo que pienso, y aún siendo consciente de mi
posible incapacidad para expresarme debidamente. Debo confesar que en general me
importa realmente poco la incidencia que pueda tener esto que escribo; de hecho
estos asuntos apenas suelen interesar a unos pocos, y a muchos menos intentar
comprender mis razonamientos. Lo he dicho más arriba. Me cuesta enormidad
comprender determinados asuntos y una de las herramientas que uso para abrirme
paso, para intentarlo, en ellos, es la escritura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Al grano. En los usos de las tendencias del feminismo actual
(entre ellas estaría mi <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hija, una nuera,
mi propia mujer y algunas amigas) observo un interés excesivo en leer, ponerse
al día sobre esa historia enterrada, acaso por los varones, de mujeres de valor
que han brillado a lo largo de los tiempos en campos como la investigación, la
literatura, la música, los deportes, tantos aspectos de la creación humana. Algo
así como si con esas lecturas quisieran afirmar el valor de las mujeres y la
igualdad con el hombre. Y lo curioso del caso es que con esas lecturas e
información parece que lo que pretenden es empoderar al sexo femenino, un hecho que
según mi entender lo que hace es poner en evidencia una carencia sustancial en
el sexo femenino (siempre en términos generales y considerando los
imponderables) de fuerza suficiente para sobreponerse a las circunstancias
adversas. Punto y aparte para ver si con los ejemplos echo un poco de luz sobre
lo que pretendo decir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Días atrás el amigo Toti, muy lúcido él, no sé si porque
conoce mis aficiones viajeras o si por el asunto del feminismo sobre el que
vengo hablando, me recomendó un libro titulado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Viaje de Egeria</i>. Se trata del relato de viajes más antiguo en
nuestro país del que se tiene noticia, y fue escrito y hecho por una mujer, monja o
“abatisa (echad una ojeada al recorrido y quedaos pasamaos. <a href="https://www.instagram.com/p/C4D5WZnNQCi/">Aquí </a>;
viaje en solitario hecho a pie <u>en el siglo IV<i style="mso-bidi-font-style: normal;">.</i></u> Galicia, Francia, hasta Letonia, Cáucaso, Mesopotamia, Tierra
Santa. ¿Cuántas son las mujeres que pudiendo hacerlo no se atreven a viajar
solas? <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sola en bici. </i>Cristina Spinola
dio recientemente la vuelta al mundo sola en bicicleta. ¿Escribir? Los
discursos de Pericles los escribía su esposa; en literatura clásica tenemos a Safo;
existen montones de grandes escritoras. ¿Alpinismo? Para mi gusto la/el mejor
alpinista de todos los tiempos, sin duda, Silvia Vidal. Con Madame Curie y
montones de otras grandes mujeres se podría hacer una lista interminable. Más,
cada verano que paso en los Alpes, los que habéis leído mis crónicas habréis
observado las tantas y tantas veces que me he cruzado con mujeres de todas las
edades que atraviesan los Alpes de parte a parte en solitario. El que quiera
conclusiones que las saque. Sería estúpido a estas alturas venir como San Pablo
o San Agustín o incluso como el tan nombrado Rousseau a santificar la
inferioridad de las mujeres; gilipollas de solemnidad son hoy no sólo los
machopirulos, sino todos aquellos que puedan negar diferencias entre hombres y
mujeres en capacidades que no sean la fuerza bruta y los excesos de
testosterona. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyjWEcW0fDWI3xGupTBmUpAaAEV-kGg-ZIU3aaTJZ4loypjVQMIRTW-FtJYmULCQygSHBQIO_gwfvZnGMJPyOuMMOCTUGOnaDYEDVTIHSWXvsToSqPzTYVlcL7HnzJAhszed3hl9w8DTGnBJHfbicTVQzKTjZnR2Tl95YKCQNCddBGYBZACawkc6prN3oh/s1050/71e9RSPjBWL._SL1050_.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1050" data-original-width="689" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyjWEcW0fDWI3xGupTBmUpAaAEV-kGg-ZIU3aaTJZ4loypjVQMIRTW-FtJYmULCQygSHBQIO_gwfvZnGMJPyOuMMOCTUGOnaDYEDVTIHSWXvsToSqPzTYVlcL7HnzJAhszed3hl9w8DTGnBJHfbicTVQzKTjZnR2Tl95YKCQNCddBGYBZACawkc6prN3oh/w420-h640/71e9RSPjBWL._SL1050_.jpg" width="420" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Egeria, Safo, madame Curie, Cristina Spinola, Silvia Vidal,
las hermanas Brontë, ¿estaban hechas de materia distintas al resto de las
mujeres? ¿Por qué ellas fueron capaces y el resto no? Dificultades… ya… Silvia
Vidal cuando se aproxima a una gran montaña carga con decenas de kilos que
transporta ella sola en varios viajes; marchas de aproximación de medio mes con
escaladas de más de quince días, sola en la pared, sin gps, sin teléfono… ¿hablamos
de dificultades a superar? En resumen, cuando las mujeres quieren empoderarse
citando a insignes mujeres de la historia, lo que hacen es ponerse en
evidencia, siempre en términos generales, no me cansaré de decirlo. Si ese
victimismo que se expone por todos los lados para supuestamente defender al
mundo femenino, se sustituyera, se hubiera sustituido por una voluntad, un
esfuerzo, un enfrentarse a la dificultades como la de Egeria o cualquiera de
tantas deportistas que hoy dan sopas con onda a tantísimos hombres, otro gallo
cantaría. Que no hace falta ser ninguna de estas mujeres es más que obvio.
Ejemplos tan sólo para aclarar esa idea de voluntad y esfuerzo.</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Hace no mucho hablando sobre el esfuerzo en familia, mi yerno,
ante la circunstancia de que yo defendiera, siempre lo defiendo, la pedagogía
del esfuerzo, vino a decirme que eso también lo defendían los de VOX. Las ideas
no son patrimonio de nadie, y si cito esta anécdota es para dejar claro que hay
valores que son indeclinables, los defiendan quien lo defienda, y defender la
necesidad del esfuerzo y la voluntad en la vida como irrenunciables, se sea
hombre o mujer, me parece de vital importancia. Querer empoderar a la mujer
sobre la base de su vulnerabilidad, de su victimismo en vez de ser consciente
de que su fortaleza, su vigor y su valor como persona, residen en ellas mismas
y no en hacerse valer a través de titulares de periódicos exorbitantes por
haber recibido un beso no consentido. Más claro no se puede ser. Y por cierto,
hablo de la mujer porque viene al caso, pero no se trata de la mujer solamente, este
razonamiento serviría para todo el mundo. Superar las dificultades enriquece a
niños, mujeres u hombres, les dota de una personalidad más fuerte, menos
blandita (ese adjetivo que tanto disgusta…). Acabo de regresar del monte. Ayer
después de mucho tiempo volví a encontrarme con amigos de la montaña. A la
primera persona que vi fue a X, una mujer de mi edad, a la que después de
hablar con ella un rato no reconocía en absoluto; no me refiero al rostro, no
la reconocía, era otra, había cambiado al punto de que me preguntaba si sería
la misma X que yo conocía de antes. No deseo hacer el retrato previo de ella.
Esta mujer había pasado los meses anteriores por enfermedades que le habían
dejado al borde de la muerte, semanas, meses de hospitales, de sufrimiento, de
luchar por su propia supervivencia. Tras aquello era otra, durante la comida la
miraba y me admiraba de lo que puede hacernos crecer pasar por determinadas
circunstancias. Existen muchos ejemplos, tengo una cuñada que pasó por un
cáncer también dramático; ahora es otra persona, fuerte, segura de sí misma, decidida. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Casi estoy dispuesto a seguir el hilo de mis argumentos con otros aspectos
del feminismo, pero me temo que ya voy demasiado largo y en los tiempos que
corren entre que se lee demasiado deprisa y pocos se detienen suficientemente
en los argumentos, creo que mejor terminar. A mí estas líneas ya me han servido
para afianzar a golpe de palabras, como si fuera un clavo sobre un tablón, un
asunto que me rondaba por la cabeza no del todo asentado. Consciente soy de que
llamar al pan, pan, y al vino, vino, no es del gusto general, pero ahí queda la
idea: mi rotundo rechazo al victimismo y sí dejarse de monsergas y ponerse a
trabajar. Que te cansas subiendo una montaña, entrena; que te da miedo viajar
sola porque eres mujer, recuerda a Egeria y eso…; y no porque se sea mujer,
simplemente porque somos humanos, tenemos debilidades, carencias, etcétera, y
todo esto no se cura de otro modo que poniéndose uno las pilas; anciano, niño,
mujer, lo que sea… qué leche. Que la sociedad… bueno, sí, para eso estamos, para
luchar por una justicia a nivel de sexo, a nivel humano, a nivel profesional,
en defensa de Palestina, para eso vamos a manifestarnos. Hoy me es imposible
asistir a ninguna manifestación, aunque ya lo hice en otros ochos de marzo,
pero iría, aunque con muchas reticencias porque estoy convencido de que una
parte del feminismo en nuestro país está totalmente equivocada en sus
planteamientos.</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Apuro me da que este modo de exponer unas ideas, con las que,
insisto, pretendo aclararme yo mismo, pueda interpretarse como de alguien que
domina cierto tema; nada más erróneo. Simple juntar palabras e intentar pinchar
la aceituna sin que ésta salga disparada. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 18.6667px;">En un folio y medio no caben muchas puntualizaciones. La </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;">danza es toda la vida, dice la protagonista de la película de esta noche, <i>Mamacruz</i>, una buena película para ver en un 8 de marzo. Muy recomendable. Ese tipo de asuntos que ayudarían a corregir levemente el ángulo de tiro a muchas feministas. La danza es toda la vida y existen demasiado empeño por reducir ésta a un asuntos de código civil, a pésimas películas de buenos y malos.</span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;">Y bueno, que me cansé, demasiada tela para un folio y medio. Buenas noches.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfVauTYb4ODV2l4LJ1-RluEeAlsxs6fpISjiJ8H6_2HQK677dVkyEZ-RuRpiEdvz666maTgYqQVkiXynMfQAn8nHgyqqD3cPSd5zJblJMGiAccA2AliClVqbULDP_kX_U74lP2tXS5DsBQxYydebtjLym_8SLWfcDeli00Rb-ihFEaogBpX4KgPCb592GV/s1280/maxresdefault.jpg" style="font-size: 18.6667px; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfVauTYb4ODV2l4LJ1-RluEeAlsxs6fpISjiJ8H6_2HQK677dVkyEZ-RuRpiEdvz666maTgYqQVkiXynMfQAn8nHgyqqD3cPSd5zJblJMGiAccA2AliClVqbULDP_kX_U74lP2tXS5DsBQxYydebtjLym_8SLWfcDeli00Rb-ihFEaogBpX4KgPCb592GV/w640-h360/maxresdefault.jpg" width="640" /></a></span></p><p><br /></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-46345202509975309622024-03-04T13:11:00.000-08:002024-03-04T13:17:14.154-08:00Gredos hace 48 años<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1vO-oPtIUSMK2rpj-5G_B2a8tc6Zn826yzp4_jpBWQHFCyeiSinpQfa31qZirGKvMbOC545dyK-z_saI4t0vBAKakH6m-ApAg1zSIK0LVU_BIDVoTryjpommoxWUy8eCF3loTLTKrlWWGPMXOOcRaJVgcJ_tSY9uWTu2i0qxR0bjaau_knV0551HC7Kd/s1024/Gredos%20la%20galana%20Paco.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="530" data-original-width="1024" height="332" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1vO-oPtIUSMK2rpj-5G_B2a8tc6Zn826yzp4_jpBWQHFCyeiSinpQfa31qZirGKvMbOC545dyK-z_saI4t0vBAKakH6m-ApAg1zSIK0LVU_BIDVoTryjpommoxWUy8eCF3loTLTKrlWWGPMXOOcRaJVgcJ_tSY9uWTu2i0qxR0bjaau_knV0551HC7Kd/w640-h332/Gredos%20la%20galana%20Paco.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El
Chorrillo, 4 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Ayer me
llegó el texto de un amigo donde relata una de esas viejas historias de Gredos que
vivimos en los primeros años de nuestra pasión por las montañas. Tiempos
aquellos que alquilando un 600 en donde viajábamos cinco con cinco voluminosos
macutos, recurriendo al autocar de Goyo o a algún amigo que por entonces podía
permitirse comprarse un coche, esperábamos con cierta ansiedad la llegada del
fin de semana para dar salida a esa pasión que habíamos descubierto en el
comienzo de nuestra temprana juventud. Hoy, mirar aquellos años tras medio
siglo de latente conexión con montes y bosques, sigue siendo un placer; y en el
caso del texto de Paco, que es el autor, es contemplar con una sonrisa en los labios un daguerrotipo al otro lado del tiempo.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Le pregunté
a Paco si me permitía incluir su texto en mi blog y como dijo que sí, pues aquí
está. Seguro que los que pertenecéis a esa generación que descubrió el monte
por primera </span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;">vez</span><span style="font-family: Arial; font-size: 18.6667px;"> </span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">en los años sesenta lo apreciaréis.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Cosas que pasaron hace 48 años.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Rugía el viento lanzando celliscas
de nieve con una furia como si la ventisca<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>odiase al mundo de los vivos; habíamos salido de Madrid<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hacia Gredos con la intención de hacer una
travesía con nieve. Eran tiempos pasados cuando salías un fin de semana sin
ninguna información meteorológica, porque no la había, y el tiempo solo podía
ser bueno, regular o malo, la verdad es que a nosotros nos daba igual con tal
de salir a la montaña, si hacia bueno escalábamos, si hacia regular dependía de
las ganas, y si hacia malo jugábamos al mus en cualquier bar del pueblo donde
parábamos siempre, tomándonos las cosas con buen humor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Como decía nos pillo la ventisca
subiendo el Puerto del Pico, en ese tiempo era la antigua carretera, revirada,
estrecha y casi tan empinada como <st1:personname productid="la Calzada Romana" w:st="on">la Calzada Romana</st1:personname> que sigue el mismo trazado. Cuando
tomamos la curva donde la carretera cambia de ladera, la nieve ya cubría toda
la calzada y no se veía nada, nuestro coche un 2CV empezaba a relinchar y a
querer volverse a la cuadra, entre que íbamos cuatro y con toda la impedimenta
pensábamos que nos quedábamos tirados en medio de la subida, así que alguien
comento que debíamos darnos la vuelta e irnos a los Galayos, por lo menos en
Guisando no habría nieve y podríamos echar un mus en casa Macario. Su oferta no
tuvo muy buena acogida y el cabezón que conducía, dijo,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">¡Por mis cojones que subimos este
jodío puerto!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">No hubo más que hablar, y contando
con los cojones del conductor logramos coronar; todo el que haya pasado por
aquí sabe que después de coronar el puerto es una bajada suave hasta el cruce
de la venta Rasquilla, así que los 2CV se pusieron a galopar entre las ráfagas
de viento y nieve flotando por una carretera incógnita, la ventisca arreciaba y
ya eran las 7 de la tarde, en invierno noche cerrada; el sujeto que antes había
hecho una propuesta sensata volvió a pronunciarse:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">¡Oye, macho, pregúntale a tus
cojones si podemos parar a comer algo y esperar a ver si escampa!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El conductor lo pensó, y después de
mirarse en la entrepierna dijo: vale tío pero esta noche mis cojones y yo
dormimos en el refugio del Alpino.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El primer sitio que se nos puso a
mano fue la venta San Miguel, pero estaba cerrada a cal y canto, un poco más
adelante la venta Rasca estaba abierta, iluminada con una luz macilenta de una
bombilla de 25W. Amarramos el 2CV a la anilla donde se sujetan los caballos
para que no se lo llevase la ventisca, y entramos en la venta, ahí mejoro la
cosa la bombilla era de 40W, la chimenea estaba encendida y nos arrimamos a
ella, salió del fondo una mujeruca seca como un sarmiento, le preguntamos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Queríamos cenar algo ¿Qué tiene usted?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">De todo, contesto ella.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Pues tráiganos de todo, dijimos
nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">La mujer se metió por una puerta
hacia la cocina, oímos cacharrear y al rato sin decir nada apareció con una
fuente de huevos fritos y otra de patatas fritas, una hogaza de pan de a kilo y
una jarra de vino. Si decir nada nos sentamos en la mesa y nos comimos los
huevos y las patatas, cuando se acabo apareció la señora con otra fuente de
huevos y patatas, y otra jarra de vino, igualmente dimos cuenta de ello y la
señora volvió a aparecer con otra fuente de lo mismo, que igualmente
desapareció con rapidez. Aquello pudo ser una competición de haber quien
aguantaba más, pero estaba claro que la mujer iba a ser la ganadora, a si que
le preguntamos si tenía algo de postre, sin decir nada nos trajo una fuente
descomunal de flan de huevo, que naturalmente desapareció engullida en poco
tiempo, sin darnos respiro la mujer apareció con una botella de orujo del
barranco* y nos la dejo en la mesa. Cuando acabamos con la botella pagamos y
nos fuimos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Agradecimos la ventisca que nos daba
en la cara y se llevaba el vapor del orujo, y con los cojones del compañero,
esa noche no se sabe muy bien como, con los 2CV llegamos a la plataforma y por
el camino viejo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al refugio del Club
Alpino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: .5in; margin-right: 0in; margin-top: 0in; margin: 0in 0in 10pt 0.5in; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">*Orujo del Barranco de las Cinco Villa. Lo hace un
paisano de Villarejo del Valle con la uva autóctona, garnacha, cortando las
cabezas y las colas, muy recomendable tomarlo siempre cuando la temperatura
exterior es de mínimo -10º</span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 10pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-25840481842153782232024-03-03T12:48:00.000-08:002024-03-03T14:18:22.876-08:00De la devoción por lo femenino<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0"><tbody><tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqmt0FSvjWuZdTIsqkQqOxwG8byhRfpQ6oHSUuhq2O-PAT3tbO_TIq_jNGlRW5g66SnXtbzL4lyKfgeOsYcFVXY3uEbRFElbfTEKqhBwldkLEF0w3NZS0lwPRWEnLi4eZAonJAQh3zvGmJ6oTmBxcy2rXR6jjYszOKl_QSZRXE_axu6tlEIB6xxgk7Kpyu/s2490/Fuerteventura%20058%20bbb,,.jpg"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqmt0FSvjWuZdTIsqkQqOxwG8byhRfpQ6oHSUuhq2O-PAT3tbO_TIq_jNGlRW5g66SnXtbzL4lyKfgeOsYcFVXY3uEbRFElbfTEKqhBwldkLEF0w3NZS0lwPRWEnLi4eZAonJAQh3zvGmJ6oTmBxcy2rXR6jjYszOKl_QSZRXE_axu6tlEIB6xxgk7Kpyu/w640-h360/Fuerteventura%20058%20bbb,,.jpg" width="640"></a></td></tr><tr><td>Dunas, el yin y el yang</td></tr></tbody></table><br><p><span>El
Chorrillo, 3 de marzo de 2024</span></p><p>
</p><p><span>Tengo un
pequeño litigio con alguno de mis hijos relacionado con lo que aparece en la
pantalla de mi teléfono. No hace mucho estábamos todos reunidos charlando cuando
de pronto entró un mensaje en mi móvil, lo que hizo que la pantalla se
encendiese. ¿De quien es este móvil, dijo alguno mirando con un ojo a la
pantalla y con el otro a la concurrencia como buscando al culpable de alguna
falta imperdonable. ¿Qué había sobre la pantalla?, se preguntará alguno
sorprendido por la mirada escrutadora de uno de mis hijos. Muy simple, el bello
cuerpo desnudo de una fémina. ¡Machista! ¡Machista!... que si no los conociera
desde el mismo momento de su nacimiento, de ellos diría que pobres, eso que
digo tantas veces, de que confunden el culo con las témporas. Vamos, que a
estas alturas con hijos mayores de cuarenta años su padre les tenga que
explicar cómo si estuviéramos en un parvulario que el ser más bonito que creo
Dios Padre sobre el planeta Tierra bien merece tenerse a la vista… Qué cosas.
Hombre, podría poner en la pantalla <i>Las Meninas </i>o <i>, </i><span>o un lienzo de Van Gogh o Rembrandt que
tanto me gustan</span>, podría, pero no me da la gana. Por mucho que Leonardo,
Velázquez, Van Gogh o Rembrandt produjeran cuadros hermosos, ni de coña podrán
nunca compararse a un bonito cuerpo de mujer. Y si es así, ¿entonces qué? ¿O es
que voy a tener que pedir permiso a la tal Irene Montero? </span></p>
<p><span>Es un tema que ya me surgió un verano mientras
caminaba por las montañas. Entonces tenía también en la pantalla del teléfono </span><span>un desnudo femenino que me resistía
a sustituir porque desde que lo encontré por ahí me había prendado de él. Era
un retrato algo enigmático al que miraba inútilmente intentando descifrar su misterio,
acaso ese fragmento de misterio que muchos guardan en lo más profundo de sí.
Era cierto que <span> </span>tropezar en mis largas
caminatas solitarias con un bonito cuerpo desnudo, a lo primero que me invitaba
sin más era a guardarlo en la faldriquera para echar mano de él en el primer
momento de soledad que la añoranza femenina me pusiera por delante. Se trataba
de una mujer que caminaba de frente en un plano que recordaba a aquellos que
aparecían en las películas del oeste en que la pantalla era ocupada por entero
por el espacio que media entre la cartuchera del revolver y la cabeza del
protagonista. La posición de sus manos emulaba a Gary Cooper en <i>Solo ante el peligro</i>, pero ella no miraba
al frente pronta a disparar sobre nadie, miraba a unos metros por delante de sí
como concentrada en un pensamiento que la obsesionaba. El retrato estaba
ligeramente desenfocado. Sus pechos y su pubis evocaban un mundo más real que
el que nos ocupa la mayor parte del día, ese mundo en que la ternura, el amor,
lo deseos profundos dan cuenta de nuestro yo más íntimo y verdadero. Ese mundo
en que la vida deja a un lado la prosa, los intereses económicos o sociales
para concentrarse en la esencia del propio ser, su exultante necesidad de amor,
belleza, ternura.</span></p>
<p><span>Mi amor al Dios de mi infancia y mi adolescencia se ha sustituido
largamente por el amor a las mujeres y la veneración de sus cuerpos, de ahí que
sea en ellas, ellos y su misterio, que mi ánimo recale cuando la necesidad de
oración llama a mis puertas. Niño, al fin el vagabundo, pero niño grande necesitado
tanto de un pubis como de la caricia de una amante.</span></p>
<p><span>Tuve una amante de la que estuve muy colado hace años, pero que sin
embargo creo que nunca llegó a entenderme cuando yo le hablaba de esa sensación
oceánica, de infinito, que me producía en ocasiones pensar en mujeres. A veces
me pregunto si no tendrá mucho de exageración esa exaltación de la mujer que hago
en ocasiones. Me digo si en general no habrá en la literatura demasiado de
literatura. Tener algo mucho de literatura implica acaso idealizar, exagerar, o
mejor, reducir ideas simples a un estadio de sobreestimación que sólo estaría
al alcance del artista en algún proceso de inspiración.</span></p>
<p><span>En un relato que leí por entonces, <i>Kein
y Wagner</i>, de Hermann Hesse, incluido en su obra <i>La ruta interior, </i>el protagonista muere en medio del paroxismo del
conocimiento de sí y de la realidad que en todos los años de su vida había
logrado alcanzar. La muerte aparece como revelación, conclusión de un
conocimiento superior, un estado de realización que cualquiera diría suponía el
objetivo de su vida. En la película que vi no hace mucho, <i>El artista y la modelo</i>, de Fernando Trueba, el protagonista culmina
al fin la realización de una obra entrevista como objetivo fundamental de su
existencia, la escultura de un desnudo femenino donde se concentra su ideal de
belleza. En su estudio no hay más que obras de desnudos femeninos, que es hacia
donde se ha dirigido su trabajo de escultor desde siempre. Es un hombre mayor
para quien el final de la vida está a la vuelta de la esquina y se desespera en
la búsqueda de esa idea con la que ha de columbrar su vida como artista. Tiene
miedo de morir antes de haberlo conseguido. Su obra queda terminada al fin, la
modelo se marcha y él queda solo frente a la pura belleza marmórea de un desnudo
deslumbrantemente bello. Se sienta enfrente de la escultura, la contempla
largamente. En su regazo yace una escopeta de caza. Aparece un plano de las
ramas de unos árboles llenas de pájaros y se oye un disparo. Las aves salen
volando. Unas secuencias antes el artista ha dicho a la modelo que si los
artistas necesitan una modelo es para consultar con la naturaleza y, añade, “cuando
uno empieza comprender las cosas, es hora de marcharse”. ¿Comprendió la belleza
esencial, se marchó? Por cierto en un momento de intimidad entre el artista y la modelo, aquel le suelta esta lindeza: la primera prueba de la existencia de Dios, está en el hecho de que creara a las mujeres. </span></p>
<p><span>En ambos casos, tanto en el relato de Hesse como en la película de
Trueba, lo que se percibe es la búsqueda de valores absolutos que parecen
superar en el alma del individuo el valor de sus propias vidas, la belleza, la
posibilidad de comprender la vida y de realizarse a través de una obra, en el
relato de Hesse, y el alcanzar esa idea para la que se ha vivido siempre, en el
film de Trueba, superan la humanidad primaria para elevarse a la altura de
aspiraciones que, vistas desde nuestra vida pedestre ordinaria ¿parecen ser, y
vuelvo a la pregunta del principio, hacer literatura de la literatura?</span></p>
<p><span>El tan pedestre ánimo con el que nos acercamos en ocasiones a la
realidad hace que sea posible equivocarse de cabo a rabo. Ni blanco, ni negro
ni todo lo contrario. ¿Quién es el guapo capaz de desentrañar una realidad,
digamos profunda en cuanto escapa a la comprensión, y empezar a poner
calificativos sea a un desnudo que aparece en la pantalla de un teléfono, sea <i> </i>en verso?</span></p>
<p><span>Son margaritas estas cosas, o al menos eso creo. Espero que se me
entienda.</span></p><br><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-61932254405320558812024-03-02T14:19:00.000-08:002024-03-02T15:38:08.075-08:00Yo, viejo<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJhvIIUI99l5bnWeY-wJearxRRupWZ2MG5gHqlIZzfU4ghcRKkrg4X9wdw5mawZbR6Ebweh0gpRlzI-gek9lmAfd3K6OpBa5_FgShA98UJo0qcVzFZ7Qf0WQNRHHztkmAkIBml5YdOZo7fVi8z7Flq6Pg2MyM3nO4serhUv6BoNL90ALP00GD_2CWcst4u/s1054/Juanjo%20Vinches.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="592" data-original-width="1054" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJhvIIUI99l5bnWeY-wJearxRRupWZ2MG5gHqlIZzfU4ghcRKkrg4X9wdw5mawZbR6Ebweh0gpRlzI-gek9lmAfd3K6OpBa5_FgShA98UJo0qcVzFZ7Qf0WQNRHHztkmAkIBml5YdOZo7fVi8z7Flq6Pg2MyM3nO4serhUv6BoNL90ALP00GD_2CWcst4u/w640-h360/Juanjo%20Vinches.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen original de José Manuel Vinches. En la foto Juanjo San Sebastián y Jose.</td></tr></tbody></table><br /><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: right; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 9pt; line-height: 13.8px; mso-ansi-language: #000A;"><br />“La vida es un éxtasis” (Emerson)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 2 de marzo de 2024</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">Estaba contemplando un inesperado atardecer en el epílogo de un día raro, frío, ventoso, que había cubierto la parcela de una alfombra de granizo, cuando sonó el ring de un guasap que entraba. Un amigo a muchos kilómetros de aquí me mandaba una entrevista a Anna Freixas a raíz de su último libro, <i>Yo, vieja. </i>Lo leí tras tomar algunas fotografías de este atardecer que cerraba un día más, un escenario de tinieblas en medio del cual el sol abría una rendija de fuego para decir adiós a la jornada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">El título de la entrevista, <i>la pobreza de la vejez se fragua en la juventud, </i>me hacía suponer un contenido algo diferente al que propone Freixas, que acaso carga demasiado el acento en el aspecto económico, pero no obstante, sí, la afirmación de que en la juventud se fragua una gran parte de lo que seremos de mayores era una proposición que invitaba a hacer algún tipo de reflexión. A mí siempre me pareció que hagamos lo que hagamos a lo largo de la vida siempre en ello hay cierto carácter de inversión. Invertimos para el futuro con nuestro modo de hacer, con nuestros proyectos y, cómo no, con los sueños que se nos cruzan en el camino y que llevamos a efecto. Habría que invertir los términos de ese titular y decir que la riqueza de la vejez se fragua a lo largo de toda la vida. Habla Freixas del enorme potencial que las personas mayores han acumulado, la experiencia, el conocimiento de la realidad, todo lo que dan los muchos años de vida. Y obviamente a mayor inversión en tantos aspectos, mayor liquidez cuando nos hacemos mayores. Quien ha vivido mucho, y no meramente ha existido, tiene más posibilidades de vivir una edad madura satisfecha de sí.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">Recuerdo haber empleado este término, invertir, con uno de mis hijos cuando asumiendo un estilo de vida difícil en medio del monte, una choza que construir, unas pocas cabras, el frío del invierno y las largas noches junto a la estufa de leña, yo admiraba aquella su disposición. Se lo dije una noche que bajaba yo del pico de <st1:personname productid="la Miel" w:st="on">la Miel</st1:personname> y pasé a charlar con él junto al crepitar de las jaras que ardían en la estufa. Seguro que cuando seas muy mayor y te sientes a recordar frente al crepúsculo estos años tuyos, seguro que recordarás este tiempo como un periodo de gracia y fortuna. Me parecía una excelente inversión de futuro. La gente invierte para el futuro echando moneda a moneda en su hucha del banco. Mario invertía para el futuro de un modo muy diferente, invertía en su interior inventándose una vida simple en el bosque y bajo las estrellas. Algo parecido podríamos decir de aquellos que invierten para su alma, para sus sueños o para mantener el cuerpo y la mente en óptimas condiciones.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">No es difícil que <st1:personname productid="la Parca" w:st="on">la Parca</st1:personname>, la que corta el hilo de la vida con sus tijeras, se interponga en ese horizonte de los años de la madurez, o que la salud, esos males mayores, te den una patada en el culo y te dejen en la cuneta, pero salvando ese tipo de dificultades, ¿quién podría negar que la vejez puede ser uno de los mejores periodos de la vida? No, claro, nadie da duros a peseta; todo lo contrario, que la salud mental y física se gana a pulso es un argumento que sirve tanto para la edad madura como para los años de la infancia y la adolescencia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">Obviamente escribo para mí, para intentar comprender; abro los ojos, miro a mi alrededor y claro, la diferencia entre el tipo de vida que lleva A, B o C es tan grande… Invertimos durante toda la vida, pero ¿qué sucederá si llegados a cierta edad no levantamos el culo del sofá, nos damos desproporcionadamente a los placeres de la mesa o sucumbimos a los embates de la pereza? Días atrás, que contaba yo mi experiencia, la primera, de mi paso por el rocódromo, un amigo comentaba así mi relato: “Nunca es tarde. En el roco se ejercitan todos los grupos musculares y se estira bien la columna vertebral. Se engrasan las articulaciones. Una coreografía de movimientos muy saludables especialmente para mayores”. Se le olvidó incluir en su coreografía los estímulos mentales, ese nunca es tarde que alivia con cierta gracia el peso de los años.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">Pensar a lo largo de la vida que estás trabajando también por tu bienestar futuro, la calidad de vida de los años de la jubilación, me parece, a la vista de esa idea de Freixas, una excelente disposición. He comentado más de una vez una brillante idea que recogí en un libro de Juanjo San Sebastián. Escribía él que estaba agradecido a quien fue porque ello le ayudó a ser quien es. Lo escribí varias veces, y no será la última, porque es una verdad que cada vez se suena más a revelación. Eso de mirar atrás y decirte a ti mismo “gracias, amigo por este regalo de vida que me has venido haciendo”, suena además como un homenaje a la propia vida. Suena a mirar atrás y sentir un gozo profundo por lo que uno fue. La última vez que contacté con Juanjo hace un par de semanas, pasaba unos días escalando con José Manuel en las montañas de Alicante. Con sus dedos amputados tras la tragedia de Atxo y su caída de cientos de metros en las laderas del K2, Juanjo le sigue manteniendo un pulso a la vida que se cimenta sobre el pasado, lo que fue; sigue haciendo del presente una fiesta no muy diferente a lo que fue ella en el pasado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;">Ejemplos haylos a montones. Ya lo decía Emerson, <i>la vida es un éxtasis.<o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; margin-bottom: 12pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 18.4px; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; line-height: 21.4667px; mso-ansi-language: #000A;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14pt;"> </span></p><div><span style="font-size: 14pt;"><br /></span></div>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-89243057653010846462024-02-28T15:00:00.000-08:002024-02-28T17:16:30.779-08:00En el rocódromo. A la vejez viruelas. <p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0"><tbody><tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbWBzQR7XYiE5x5iU5qGHJ8CQXuFUIq1E3L8k-fi2G4kv5Tc-Q1LnkAhMvz4djjr58UuiP4Az5hvZPA0hDE7UXE1M-omnnwW8oCGzjrW6zEhyphenhyphenmFMV8kmgDtBGiqdcINzhIIy23ntKqKdBXw7ZJppN_Kf3h99urigC2oximK0tzQMXl0zC7l47fOGaFzB-2/s1920/eeeee.jpg"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbWBzQR7XYiE5x5iU5qGHJ8CQXuFUIq1E3L8k-fi2G4kv5Tc-Q1LnkAhMvz4djjr58UuiP4Az5hvZPA0hDE7UXE1M-omnnwW8oCGzjrW6zEhyphenhyphenmFMV8kmgDtBGiqdcINzhIIy23ntKqKdBXw7ZJppN_Kf3h99urigC2oximK0tzQMXl0zC7l47fOGaFzB-2/w640-h360/eeeee.jpg" width="640"></a></td></tr><tr><td><span><span>Mi nieta Ainara indicándole el camino al abuelo</span></span></td></tr></tbody></table><br><p><span>El Chorrillo, 28 de febrero de 2024</span></p><p>
</p><p><span>Quién me iba a decir a mí… llevo años
en que un amigo u otro me ha invitado a escalar en alguna ocasión, incluso
David de Esteban quiso convencerme hace tiempo para abrir una vía con él en el
Pequeño Galayos. Loco de remate, pensé mientras me lo estaba proponiendo por
teléfono. Otro día fue Laure en y Toti y José Manuel en Panticosa. No podían
comprender que yo ya estaba al otro lado de esa línea divisoria que separa a
los ancianos<span> </span>de la vida activa de las
paredes y la escalada. Y date que llega un día en que iba a acompañar a pie de vía a un grupo
de peñalaros y cuando llegamos allí que Toti y Jose se empeñan en que les
acompañe pared arriba y Toti saca de la faldriquera unos pies de gato
tropecientos números más pequeños que mi talla. Y los pies de gato entran como si
los empujara con un martillo pilón en mis pies (¡pobrecito ellos!) y después me
alarga un arnés y yo me siento como aquellas damas de postín a las que vestían
de arriba abajo. Esto sirve para esto, lo otro para más allá… y no pises la
cuerda, leñe, que yo como novia dispuesta a la ceremonia de la boda, no me
entero de donde pongo mis pies. Y es que cómo iba a echarme atrás si allí mismo
atándose la cuerda estaban Pepita y Antonio Riaño, dos octogenarios que me
sacaban más de un quinquenio por delante. Pues bueno, parriba. Y la cosa
funciona. Jose tira de primero de cuerda y Toti hace de niñera conmigo, me
cuida, me asegura, cuidado aquí, atención allá. Total, que en no mucho tiempo
me veo en la cima de aquel pedrusco, el Cancho de los Muertos, acompañado por
toda la pandilla de los peñalaros. Es un día de primavera, despejado, aquello
es para mí el miradero por el que me asomo a los veinte años. Humor, buena compañía, un largo rapel y ya estamos otra vez a nivel de tierra. </span></p><p></p><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitRHwwFpN3o80EiNg-TOEFQOZwaK1sjkATZ639Rwk9Lr8rSktevddXari6VtKFaksQRMjaP2rIXuzYF8ix5jNIAWumenQC17pQy6_IswYy3U1vZzQouFeVjSV6FIl4QEblBDlRzyvwj2x3vDfNNA6HwBEMPoZrzd4u3ngpTGHgZUD2ktt8PsQ-b02HPjB6/s3684/Cancho%20de%20los%20Muertos%20Pedriza%20amigos_14.jpg"><img border="0" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitRHwwFpN3o80EiNg-TOEFQOZwaK1sjkATZ639Rwk9Lr8rSktevddXari6VtKFaksQRMjaP2rIXuzYF8ix5jNIAWumenQC17pQy6_IswYy3U1vZzQouFeVjSV6FIl4QEblBDlRzyvwj2x3vDfNNA6HwBEMPoZrzd4u3ngpTGHgZUD2ktt8PsQ-b02HPjB6/w640-h414/Cancho%20de%20los%20Muertos%20Pedriza%20amigos_14.jpg" width="640"></a></div><br><div><span>Primera escalada después de medio
siglo. Y no, no se me ocurrió pensar “una y no más Santo Tomás”. El asunto quedó
ahí en la recámara. Y es que uno no puede relacionarse con amigos del monte sin
que de continuo se te pongan los dientes largos. O no puede obviar que eso de
que se acabó ya esto o lo otro, puede llegar a ser muy muy relativo.</span></div><p></p>
<p><span>Una pausa para meternos en el cine, <i>Los
que se quedan, </i>un cuento de navidad adaptado a los tiempos que corren. Así
que pido un bocadillo de jamón y un tonel de coca cola y nos metemos en el
cine, Méndez Álvaro. Hacía años que no iba a una sala de cine, así que la
primera impresión es la de cuando era niño y el cine era la fiesta en la que
invertía mi paga semanal, cinco pesetas. Junto a nosotros un hombre reía a
carcajadas cada dos por tres. A Victoria le molestaba, a mí me hacía sonreír.
Me gustaba ver como alguien era feliz viendo este cuento navideño. A mi me
gustaba, Victoria ponía pegas a la salida, la música sobraba, que el guion era
previsible... Yo sin embargo, en mi condición de niño que se ha colado en la
fiesta del cine comía saboreando a poquitos mi bocadillo de jamón y daba
grandes tragos a mi cocacola mientras miraba complacido al profesor de Historia
Antigua que trataba a sus brutos y emperigolados alumnos con la sabrosa y
condescendiente ironía que merecían unos adolescentes hijos de papás y mamás
con muchos pudientes pero… En ocasiones me alegro de ser un analfabeto en
cuestiones fílmicas y ello contando con que en una ocasión escribí un libro
enterito de críticas sobre cine. Me gusta ver y hablar de cine sin tener ni
idea de todos esos conocimientos que llevan consigo esos conspicuos analistas
metidos a críticos. No leo críticas, pero eso sí, cuando una película me atrapa
me meto en ella hasta el fondo, nado en su magma, me sonrío, se me humedece los
ojos o se me pone cara de bobo cuando una secuencia es capaz de trasladarme a
la emoción del espacio del film. En resumidas, que salí contento. Nos fuimos al
Cercanías y nada más subir al tren en Méndez Álvaro me acordé, por lo que me
dolían los músculos de las piernas, de que esta tarde había estrenado
rocódromo.</span></p><p><span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjoT5EelnuGSRasjnUV4pzmKnPII3b-IQtva7piDoptdx58XsTB06bdxKg6MvmQZr_sQtcjhvzRXyZxgscmvfjMfm4cuPQXgnOzXlgSIJJINfoANJgSyYMF3YXwhfUh7mOLhvB0nX4hA_zxE9BTzPQMiMu0SjC6LBA139zDT39tgAIHjB-3XiwRhCrAuIhP" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjoT5EelnuGSRasjnUV4pzmKnPII3b-IQtva7piDoptdx58XsTB06bdxKg6MvmQZr_sQtcjhvzRXyZxgscmvfjMfm4cuPQXgnOzXlgSIJJINfoANJgSyYMF3YXwhfUh7mOLhvB0nX4hA_zxE9BTzPQMiMu0SjC6LBA139zDT39tgAIHjB-3XiwRhCrAuIhP" width="400">
</a>
</div><br></span></p>
<p><span>Sigo con lo del rocódromo y los
responsables de que esta mañana me haya comprado unos pies de gato y haya rescatado
un ligero arnés que me compré este verano para atravesar las Dolomitas.
Responsable es Pedro Nicolás al que oyendo hablar sobre su experiencia en el
Spuknit de Las Rozas, donde se había ido de farra cierta mañana con Carlos,
Mar, Sonsoles, Pedro Mateo y Sito, terminé por decirle que sí, que ya me estaba
sucediendo como cuando de niño pasaba por Sol a la altura de y el olor
de los pasteles hacían fermentar mis jugos gástricos. Y como llovía sobre
mojado y había echado el ojo a ese minirrocódromo que Carlos se había montado
en la fachada de su casa, pues que se me fueron encendiendo esas <span> </span>luces que durante tantos años habían estado
apagadas por pitos, por flautas, por una condromalacia aguda en las dos
piernas, por esa intemerata de cosas que se van metiendo, con razón o sin ella,
en la cabeza y te acobardan para hacer lo que quisieras. Hasta ahora yo todas
esas actividades que aspiraba a realizar, escalar, volar en parapente,
atravesar los mares en solitario a lo Julio Villar, etcétera, hasta ahora, yo
las había relegado a la siguiente o posterior reencarnación, pero considerando
que a lo mejor eso de las reencarnaciones puede ser un cuento tan chino como el
de las religiones, mejor probar si se puede hacer algo de ello en lo que queda
de vida que dejarlo a la quimera de las reencarnaciones, que lo mismo no me
reencarnaba en sapiens sino en una mosca o una luciérnaga. </span></p>
<p><span>Responsables últimos de lo que
hacemos en la vida somos nosotros, pero más claro que todas las cosas es que
existen otras muchas cosas y personas que la determinan. Una simple
conversación, por ejemplo, con un amigo que te pone la miel en los labios de
volver a los diecisiete; algunos libros; el contacto con personas apasionadas
por esto o por lo otro. O por ejemplo hoy, el entusiasmo de la dependienta de
Decatlhón, apasionada también ella de la escalada, que nos atendió esta mañana
cuando fui a comprar unos pies de gato. Y bueno, tampoco es poca cosa a este
efecto ver casi a diario en las redes cómo los locos de atar de la montaña nos
contagian con su entusiasmo esa curiosa fiebre de las alturas. </span></p>
<p><span>Por último, la experiencia de <span> </span>mi primer día de rocódromo. Magnífica, un
perfecto ejercicio de aproximación que ya me orienta en varios sentidos; uno en
que es necesario coger masa muscular no solamente en las piernas, también sobre
todo en los brazos y en las manos. Así que al loro, nuevas rutinas que
incorporar a la vida diaria que atienda a esa musculatura de chichinabo de mis
brazos. Y sobre todo algo que me atemorizaba un poco, el vacío, vamos que me
daba cosa eso de dejarse caer desde quince o veinte metros dejando todo a esa
cuerdecita que te sostiene desde lo alto. Falta de hábito. <span> </span>Hablaba esta tarde con José Manuel
comentándole este mi primer día y va el tío y me dice que ya se han dado casos
en que esa cuerda ha fallado y el rocodromista ha volado hasta el mismísimo
suelo. Me asustó y di un respingo tal de que se me cayera el teléfono de la
mano. No, hombre, no, es una broma, añadió… </span></p>
<p><span>Un rocódromo es un rocódromo, pero
sí se desprendía en ese trajinar hoy de presa en presa o cogiendo altura
asegurado por una cuerda, sí se desprendía cierto perfume venido de medio siglo
más atrás. </span></p>
<p><span>En esta ocasión soy el abuelo
emulando a su nieta. En la imagen de cabecera mi nieta Ainara indicándome el
camino a seguir.</span><span></span></p><br><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-81808801670173193632024-02-27T15:15:00.000-08:002024-02-28T15:50:12.498-08:00Sobre cierta clase de estupidez<p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0"><tbody><tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1CQ6rRApjCFfyVx_riGKOnMee183CJxb9SOasB97dcWR8S-DYjCgcjPolMmVa711sD3A1760qDe8-pSyUkx7Rypc3meWst3l2z1CYzMXsnyPzBSS9Cv429hloLMIMTJXK2_T4if-9vKiO9ihAqCuZeUdxm7BJ7Ez5cY2DPilLb-95UcMFG9mleWgwfIGS/s1151/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1CQ6rRApjCFfyVx_riGKOnMee183CJxb9SOasB97dcWR8S-DYjCgcjPolMmVa711sD3A1760qDe8-pSyUkx7Rypc3meWst3l2z1CYzMXsnyPzBSS9Cv429hloLMIMTJXK2_T4if-9vKiO9ihAqCuZeUdxm7BJ7Ez5cY2DPilLb-95UcMFG9mleWgwfIGS/w640-h360/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" width="640" /></span></a></td></tr><tr><td style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;">Extracción de la piedra de la locura (El Bosco)</span></td></tr></tbody></table><p><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></p><p></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">El Chorrillo, 28 de febrero de 2024</span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: large;">No hace mucho leí un largo ensayo sobre el comportamiento
humano en donde se daban razones de la conducta de los votantes en las
elecciones políticas. Un sesudo estudio con trabajos de exploración a lo largo y
ancho del mundo. Hoy, que cayó en mis manos <a href="https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80563/la-estupidez-tiene-premio/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t2;mm=mobile-medium">un artículo</a> que hablaba sobre la
estupidez humana, pensando en aquel trabajo me
sonrío porque en todas aquellas páginas, unas cuatrocientas o quinientas, en
ningún momento se apuntaba que una de las razones principales de la orientación
del voto, especialmente en las clases menos favorecidas, es la estupidez de los
propios votantes. Ya un compañero me alertó en alguna ocasión por el hecho de
que pareciera que en ocasiones “me paso”, decía, poniendo apelativos aquí y
allá sobre una parte de ciudadanos que votan a la derecha o extrema derecha. Matizando las generalizaciones, que nunca
son buenas, suelo responder a estos comentarios con el radicalismo propio de
quien está seguro de que el mundo va como va porque los responsables en primer
término son los votantes dados a votar no a quien vela por sus intereses sino a
aquellos que les comieron el tarro. Si vivimos en democracia y con ella la
riqueza del planeta está en unas pocas manos y existe una injusta distribución de
los beneficios que se generan en él, la obviedad es clara. La democracia con ser el gobierno del pueblo y para el pueblo, no deja de ser una enunciación
totalmente idiota a la hora de la verdad. Es sencillo, si esa democracia,
compuesta por una enorme mayoría que vota, pero que no lo hace para que haya
una justa distribución sino en términos reales para beneficiar a la minoría que
parte el bacalao aquí y en la mayoría de los países, eso no significa otra cosa
que la estupidez de muchos votantes es la reina y señora de la democracia. Si
somos tantos que con nuestro voto podemos revertir una injusta presión fiscal
que debe grabar a los que más tienen infinitamente más que a los que tienen
menos recursos, y no lo hacemos… pues usted dirá. </span></p>
<p><span style="font-family: arial; font-size: large;">El procedimiento de sedación a que es sometida la sociedad para
que llegue a un notable grado de estupidez sería inocuo, obviamente, si ejerciéramos
con cierta frecuencia eso que llamamos sentido crítico… Hay notables ejemplos
de idiocia en el abanico de los comportamientos generales, así que voy a tomar
a voleo alguno de ellos. Por ejemplo el autor del artículo citado, Paco Tomás, se
plantea el tremendo desamparo que le provoca que haya tantas personas
interesadas en la docuserie de la familia de María Pombo. Tantas personas -más
de tres millones- siguiéndola en su cuenta de Instagram. Si fuese un partido
político, afirma el articulista, esos serían más de 31 escaños en Madrid. Nos
encontramos en una sociedad en que la estupidez y la banalidad ocupan un
primerísimo plano y la razón no parece que sea otra que la rentabilidad. Si los
actores de esta serie cobran, parece, diez millones de dólares por temporada, ¿quiénes
son los responsables de la rentabilidad de las plataformas que las emiten? Las
personas que lo ven, obviamente. </span></p>
<p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Y si giramos la cabeza hacia la bancada de los políticos y
pensamos en la corrupción, en cómo los corruptos argumentan y llaman corruptos
a sus opositores y viceversa, en cómo éstos ocupan los titulares con manejos
dignos de infantes y razonamientos que no se traga un niño de teta, si nos
meten una monarquía por la puerta de atrás, o nos entretienen con cuentos en
donde el Rey mangante, cazaelefantes de profesión, aparece como salvapatrias,
está claro que son ellos los primeros en considerarnos estúpidos. Abunda el
autor en ejemplos paralelos, la televisión, sin más, que vive una sobredosis de
programas que rinden homenaje a la imbecilidad convirtiendo en agraciados con
la fama a personas sin más talento que su incultura y su necedad. Una última
observación en el plano político: “La estupidez, como argumento ideológico, afirma el autor, ha
sido necesaria para que un partido como Vox llegara al Parlamento”. Qué cabe
esperar de un país donde unos pocos flautistas son capaces de llevarse tras de
sí a tantos ciudadanos de a pie. Sólo acostumbrándonos a lo vacuo, afirma el
autor, podremos llegar a votar a un candidato falto de contenido.</span></p>
<p><span style="font-family: arial; font-size: large;">Esta irrupción hoy de la estupidez en mi blog se la debo a
un amigo que me envió el artículo de más arriba. A vuelta de mensaje le
contestaba que precisamente tenía sobre mi mesa de trabajo un libro que compré
en la última feria, una historia de la estupidez humana. Me lo encontré sin más
ojeando aquí y allá en las casetas de la feria. Me pareció un hallazgo
entonces, un intrigante asunto para un mundo que pudiendo optar por la
inteligencia y el buen hacer, elige el camino la estupidez. </span></p>
<p><span style="font-family: arial; font-size: large;"></span></p>
<p><span style="font-family: arial; font-size: large;"></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-40381890761171355142024-02-27T04:14:00.000-08:002024-02-27T04:14:41.261-08:00Gaza<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdbzhd4oKA1_fxqbYQsGrPSSj-QtxbJkaa_GDj7ybS4Bgqm8eZVTWhJoTT-xT8h5sfleCpdqvk9YVp_q4IEU45mGvol-1WK6di3Ngg955aO78_9p2LEDsWdCQgMXNPtBXkJqzmLRmaH-yPFMyOAMTp0S_fLsxLZ9zIZN7H_3ZffG5bMw66miBZBQOBOydX/s565/ssssdd.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="318" data-original-width="565" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdbzhd4oKA1_fxqbYQsGrPSSj-QtxbJkaa_GDj7ybS4Bgqm8eZVTWhJoTT-xT8h5sfleCpdqvk9YVp_q4IEU45mGvol-1WK6di3Ngg955aO78_9p2LEDsWdCQgMXNPtBXkJqzmLRmaH-yPFMyOAMTp0S_fLsxLZ9zIZN7H_3ZffG5bMw66miBZBQOBOydX/w640-h360/ssssdd.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 27 de febrero de 2024</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Produce dolor leer a Antonio
Gamoneda; entre versos y versos oscuros, por las rendijas del tiempo van
apareciendo imágenes a través de las cuales regatos de palpitante angustia
llegan al lector como la punta afilada de un cuchillo. Estampas, recuerdos
precisos de <st1:personname productid="la España" w:st="on">la España</st1:personname>
de la guerra que quedaron agarradas a la carne viva de la memoria. Versos que
cuesta trabajo atravesar pero que brotan de la tierra a borbotones a través de
los veneros de la infancia y que drenan sobre el alma del lector al punto de
tener que dejar el libro a un lado para reconsiderar el dolor de los que
sufrieron aquellos años de guerra. No hay como los versos oscuros para
apalancar la dormida conciencia de tanto sufrimiento, esos por los que se va
colando en el alma el horror de tantos niños que con los ojos absortos, no
comprendiendo todavía nada de lo que sucede a su alrededor, esos niños de Gaza
que fueron también los niños de nuestra guerra civil, contemplan atónitos como
asesinan al padre, cómo el fuego destruye su hogar. “Siento la curiosidad de
los perros y la piedad de las mujeres: es el paisaje de la infancia, el dolor
incorporado a mi espíritu en los accesos de la edad”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Una guerra más la de ahora. Las
familias gimiendo de dolor, la muerte, el horror,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>niños moribundos o muertos en brazos de las
madres. Y la cruel pasividad de los responsables de eso que llamamos <st1:personname productid="la Unión Europea" w:st="on">la Unión Europea</st1:personname>, las
altas instituciones mundiales, su vergonzoso apoyo a los criminales. El Mal
observado por medio mundo que contempla el Dolor como si se tratara de una
secuencia de ciencia ficción. Será galgo o será podenco. Y mientras tanto día a
día las cifras van creciendo, cinco mil, diez mil, veinte mil, treinta mil
asesinatos, y entre ellos la mayoría niños y mujeres. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Malditos aquellos que son la causa
de Dolor; ahora y siempre. Malditos intereses inconfesables que nutren la
insaciable voracidad del Mal. Miserables de este mundo que se nutren con la
sangre y la muerte, con el dolor de sus semejantes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El Mal y la miseria, arrinconados en
el alma del hombre, fermentan al calor de los conflictos y mientras en unos se
hace indignación y dolor, en otros se hace sadismo, dureza demoníaca con la que
destruir a los indeseables del momento. Al principio de los años cuarenta del
pasado siglo eran los judíos el desecho humano, hoy parte de esos judíos emulan
a sus asesinos de entonces. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Ya no leo las noticias que llegan a
los periódicos sobre Palestina. No hay más espacio para el dolor y la maldita
connivencia de los grandes señores de este mundo contemplando a su vez el Dolor
ajeno de brazos cruzados, restringiendo la ayuda humanitaria, enviando armas al
asesino. Este mundo que tantos quieren convertir en charco de sangre, que se
lava las manos, que viste, calza y come contemplando la guerra como un
espectáculo de televisión… Sí, mierda para este mundo que ni siquiera se lleva
su mala conciencia a la cama porque carece de ella. Que sólo tiene conciencia para
aumentar el PIB y los beneficios de unos pocos. Mierda de mundo en donde la
hipocresía y las pasiones más bajas y la codicia mandan. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Dejo estas líneas. Vuelvo a los
versos de Gamoneda, al dolor de aquella otra guerra nuestra. Siempre un paisaje
desolador donde unos pocos, siempre unos pocos, pasan como Atila por el mundo
arrasando lo que pillan por delante. Fuera el viento hace gemir a los troncos
de los árboles con un sordo rumor de madera quebrada. Salgo un momento fuera.
La luna sobre el cenit ha empezado a menguar. Qué poca esperanza de que la
cordura y la justicia puedan hacerse un hueco en la mentalidad general del
mundo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Por cierto, un aviso para
navegantes, aquellos que todavía ven a los israelitas como unos pacíficos
defensores de no sé qué, que se entretengan un rato en ver el documental <i><a href="https://youtu.be/1OV8gY69GV8?si=zV6eH_-zPFb8Y6R7">Nochey niebla</a>, </i>de Alan Resnais. Quizás les sirva de antídoto para comprender en
qué para una naturaleza humana desposeída de esa piedad mínima que todo hombre
y mujer necesita para vivir entre sus semejantes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-31490522010390328742024-02-26T09:42:00.000-08:002024-02-26T09:42:43.019-08:00El Universo, la muerte… un intercambio de correspondencia<br /><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin8vmb2BoC-sPTE0Nz9SycXU-hvuHoQ87QTy2ZhOlWqjZfgequCt0qnDA9tZoznv0ajwlb5mnMghIJawrg5uIgQYkyGMJIeiX1lymdoBDDV0shzg6pm08rdmNb3jzZMXYkQFdsEYYJ3KfXxG9P6pARy7_PIc5ZGptgBJg8C2Ku3R6AXVJZWqMEe34trwJe/s768/wew.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="768" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin8vmb2BoC-sPTE0Nz9SycXU-hvuHoQ87QTy2ZhOlWqjZfgequCt0qnDA9tZoznv0ajwlb5mnMghIJawrg5uIgQYkyGMJIeiX1lymdoBDDV0shzg6pm08rdmNb3jzZMXYkQFdsEYYJ3KfXxG9P6pARy7_PIc5ZGptgBJg8C2Ku3R6AXVJZWqMEe34trwJe/w640-h360/wew.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ese ínfimo punto blanco es el planeta Tierra visto desde el Voyager I camino de Saturno.<br />La imagen ha sido la fotografía que ha capturado este mundo a la distancia más lejana hasta la fecha.</td></tr></tbody></table><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 12.95pt; margin: 0in 0in 8pt 141.6pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 9pt; mso-ansi-language: #000A;"><br /><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 12.95pt; margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 141.6pt; margin-right: 0in; margin-top: 0in; margin: 0in 0in 8pt 141.6pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 9pt; mso-ansi-language: #000A;">“Puesto
ya un pie en el estribo, con las ansias de la muerte, gran señor, ésta te
escribo. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan”. (Miguel
de Cervantes)</span><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"></p><p></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 26 de febrero de 2024</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">Esta mañana nada más encender el PC,
me encuentro con un email del amigo Paco que venía precedido por la cita de
Cervantes de más arriba. Empecé a contestarle y ya en ello, pensé que el asunto
era lo suficientemente interesante como para subirlo a mi blog. Con su permiso
incluyo a continuación las líneas de Paco y las mías.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Hola, Alberto,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">La cita de Cervantes viene a cuento
sobre tus palabras, “todos los días pienso en la muerte”, que incluías en uno
de tus últimos posts.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">¿Cuánto tiempo vive una hormiga? ¿Cuánto
tiempo vive una mosca? En cualquiera de los casos, la hormiga entre 1 y 3 años
(las reinas hasta 28 y 30 años), y las moscas 28 días. Me pregunto si las dos
serán conscientes que en ese plazo de tiempo tienen que desarrollar toda una
vida, nacer, desarrollarse, aparearse, tener descendencia y morir. Y en los
intermedios, aprender, socializar, trabajar, trasmitir su experiencia a sus
sucesores para que acumulen conocimiento y puedan evolucionar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">No hay mucha diferencia con
nosotros, los seres humanos, salvo que no se hacen la pregunta sobre quién soy
o por qué estoy aquí; no son obviamente conscientes de su existencia. Una mosca
vuela alrededor mío y se posa en mi oreja, ¿sabe la mosca qué soy? Una hormiga
corretea con una miga de pan hacia el nido; yo estoy mirándola desde mi
estatura: ¿sabe la hormiga qué es esa montaña que en un simple movimiento la podrá
aplastar?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">La vida de una mosca es un simple
parpadeo de mi existencia, la de la hormiga dos parpadeos. En ese espacio de
tiempo en que yo cierro y abro los ojos una o dos veces, la mosca y la hormiga
han desarrollado su vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">¿Cuánto tiempo vive el Universo
conocido? ¿Cuánto tiempo vive una estrella?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Si para nosotros la vida de una
mosca es un parpadeo, para el Universo la duración de mi vida es la cienmilmillonésima
parte de un parpadeo y la cincuenta milmillonésima parte del parpadeo de una
estrella.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Nos creemos importantes porque en el
transcurso de nuestra vida, 80/90 años, nacemos, nos desarrollamos, nos
apareamos, tenemos descendencia y morimos. Y en los intermedios, aprendemos,
socializamos, trabajamos y trasmitimos nuestra experiencia para que nuestros
sucesores puedan evolucionar. Igual que una mosca o una hormiga. Y además
seguimos preguntándonos ¿Quién soy, por qué estoy aquí? ¿Soy consciente de mi
existencia?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">¿Es el Universo consciente de su
existencia? Si así fuera, ¿cuál seria su actitud con respecto a mi existencia?
¿Sabría el universo que en la cienmilmillonésima de un “parpadeo” suyo, yo he
vivido toda una vida, he visto mares y montañas, hombres y mujeres, animales y
plantas, he padecido frío con las nieves, me he empapado con la lluvia, he
tenido la radiación del sol en la cara y he imaginado mundos distintos al mío?
¿Sería el Universo conocedor de todo esto, tendría la actitud que yo tengo con
la vida efímera de la mosca o la hormiga?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Veo esta fotografía de más abajo tomada
desde la sonda Voyager I cuando estaba en las cercanías de Saturno. Carl Sagan
pidió a <st1:personname productid="la NASA" w:st="on">la NASA</st1:personname>
que girase la antena en dirección a la tierra y tomase una fotografía. Éste es
el resultado: un pequeño punto azul en la inmensidad de nuestro sistema solar.
Ya no te digo en el Universo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Pienso, en ese pequeño punto estamos
nosotros con nuestras pequeñas vidas, nuestros dioses, nuestra ignorancia,
nuestra cerrazón en creernos trascendentes. ¿Somos algo más que nada en un
parpadeo en el tiempo del universo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Como podrás apreciar, muchos
interrogantes y muy pocas respuestas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Mi contestación:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Querido Paco,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">No es una línea diferente en cuya
dirección yo tantas veces pienso. A veces sospecho que el mundo va como va
porque no somos capaces de asumir profundamente en nuestro interior ese panorama
que describes. Se mira a otra parte, no nos damos por enterados y así van las
cosas, así nos vamos entreteniendo regando con nuestras vidas fuera del tiesto.
Creo que cualquier persona con un mínimo de interés por tomarse la vida en serio
se tiene que ver interrogado constantemente por este tipo de cuestiones. Caro
Baroja, lo comenté en alguna ocasión, escribía que cuando la gente se hace
mayor necesita emplear mucho de su tiempo en pensar en la muerte. No, por
cierto, como un maleficio, simplemente porque la muerte tiene una enorme
capacidad para ayudarnos a entender un poco la realidad de lo que es nuestra
vida; y por deducción, si uno no es un estúpido, que de estúpidos está el mundo
lleno, nos ayudaría a vivir dentro de una lógica acorde con nuestra condición,
tan similar en tantos sentidos a esa que describes de las moscas o las
hormigas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">No te puedes imaginar cuántas veces
pienso yo en estas cosas cuando cada mañana dedico cinco a diez minutos a leer
las portadas de la prensa, cuando hablo de feminismo u otros asuntos que,
seguro estoy, algunos malinterpretan, porque hablando desde una visión desde la
que apuntas tú en tus líneas, no me dejo comer el tarro por la proximidad e
inmediatez de acontecimientos corrientes. Tengo la sensación de que mis
impresiones siempre, casi siempre están bañadas por la presencia en segundo
plano de esta visión de la vida que describes. Poner en el contexto del
universo, del tiempo, de nuestra pequeñez, la realidad de las portadas de los
periódicos, tánta cosa sin chicha ni limoná, pero también tántas terribles realidades
ayudan a no perder el norte (“El hombre, esa chispa entre dos abismos”.
Théodore Monod, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Peregrino del desierto</i>.
Por cierto, Paco, no dejes de leer ese libro si no lo conoces. Se puede leer en
media hora, pero conviene hacerlo en una semana). Cita Monod a San Mateo:
“Amasad tesoros en el cielo, donde las polillas y el orín no devoran, donde los
ladrones no agujerean los muros para robar”. Si sustituimos “el cielo” por ese
“ser interior” que tanto prodiga Joseph Conrad en sus novelas y nos alejamos un
tanto de las aspiraciones corrientes que mueven el corazón de tantos hombres,
probablemente tendremos mayores garantías para cuando llegue el último momento,
poder mirar atrás con honda satisfacción. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Ayer, cuando yo proponía en un post titulado
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Encogerse de hombros</i>, sentar a cierto
responsable de <st1:personname productid="la NASA" w:st="on">la NASA</st1:personname>
en <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname>
mirando hacia <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>
y dejarlo allí en cuarentena, algo parecido a lo que pretendía Carl Sagan con
esa fotografía en donde nuestro planeta aparece como una mota de polvo, no era
otra cosa que intentar poner en el contexto del Universo y del Tiempo tantas
aspiraciones humanas que más parecen alimentadas como si fuéramos a existir por
toda la eternidad en un mundo que sólo es lo que tenemos delante de las
narices. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Respecto a la cita de Cervantes, lo
pongo en duda en aquello de que las esperanzas menguan. En duda solamente. En
ocasiones tengo la impresión, siempre que las esperanzas estén en cierto
acuerdo con la situación de quien las alberga, de que el horizonte está mucho
más allá de lo que pensamos. Que sólo hay que atenerse a las condiciones
necesarias para alcanzar lo que quieras proponerte. Tengo dos ejemplos a mano,
tú mismo, metido a universitario a tan provecta edad (no sé por qué me hizo
tanta gracia ese adjetivo siempre) y, por supuesto, Carlos. Un tema adicional
que a mí también me tiene atrapado. Creo que es muy sano pensar en la muerte y en
nuestra pequeñez; a mí me produce cierta tranquilidad. Pero junto a ella
también aprecio mucho las posibilidades que se me pueden ir abriendo; no por
nuevas sino por renacidas. La esperanza, por ejemplo, de que mis rodillas,
sometidas ahora a un riguroso entrenamiento diario, puedan alargar ese periodo
de vida útil que veo en nuestro amigo Carlos. En ti, pues bueno, la
posibilidad, probablemente hace años no vista, de crear y poner en piedra,
pintura o acero una idea, eso que llamamos arte y que cada vez es más difícil
definir. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Bueno, ya eché mi mañana con estas
líneas, tenía que desembarazar hoy a un olmo de la madreselva que lo ahoga y le
quita la luz, pero otro día será. Hablando de lo que venimos hablando ese árbol
y la madreselva pueden ser una metáfora de la vida. Vivimos rodeados,
amordazados, por una realidad que se enrosca alrededor de nosotros y nos impide
ver la luz, la otra realidad. Mañana, cuando me suba al olmo para
desembarazarle de la amenaza de la madreselva, seguro que me lo agradecerá.
Esta primavera, en vez de languidecer sus ramas en la sombra ya podrán bañarse
y tomar todo el sol que quieran. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Quizás no te importe que estos
razonamientos, los tuyos y los míos, pasen a formar parte de mi diario de
jubilado. Tan interesante me parece el tema. Si es sí, me lo dices, espero
respuesta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;">Que tengas un bonito día.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 8pt; mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.95pt; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-8457475191553819182024-02-25T09:16:00.000-08:002024-02-25T09:16:05.142-08:00 “Afeminados por una larga paz…”<p> </p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKqOuH-uP7xTwll-ee2rgmkYhr49BS3oRuW7yA7_PR4qZG3xoq-gsXSAWMjQiOhyphenhyphenXy2NJkDL72osUBArS0yARBsq8o3wqyfCkk5r3yaPjlbs0muXqjeUsincp_eeL7P9FlhDG7Ydc4U3UWKR0mjmatHMgMeIHrUR_CRQVI4Q3bNwAI4J7n0a5DlqHCg5pZ/s600/dd.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="600" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKqOuH-uP7xTwll-ee2rgmkYhr49BS3oRuW7yA7_PR4qZG3xoq-gsXSAWMjQiOhyphenhyphenXy2NJkDL72osUBArS0yARBsq8o3wqyfCkk5r3yaPjlbs0muXqjeUsincp_eeL7P9FlhDG7Ydc4U3UWKR0mjmatHMgMeIHrUR_CRQVI4Q3bNwAI4J7n0a5DlqHCg5pZ/w640-h382/dd.jpg" width="640" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 1.5in; margin-right: 0in; margin-top: 0in; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 9.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">“Necesario fue, también, que Ciro hallara a los persas
descontentos de la dominación de los medos, y a éstos, débiles y afeminados,
por una larga paz”. (<i>El Príncipe, </i>Maquiavelo) <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El Chorrillo, 25 de febrero de 2024<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Una idea perturbadora esa de que una
larga paz debilite a un pueblo y lo haga frágil frente a la adversidad. Dejo a
un lado el concepto afeminado, que es el que usa Maquiavelo en su obra, porque
dado los tiempos que corren mejor tener en cuenta aquella aventura de don
Quijote con el rebaño de ovejas o la de los molinos de viento; sí, que
cualquier cosa puede servir a algunas personas para armar la de Dios. Al caso. Maquiavelo
en su obra muestra a su protector, Lorenzo de Médicis, dos condiciones a tener
en cuenta para retener o conquistar otros estados; en primer lugar que los
habitantes de ese país estén descontentos de sus gobernantes, y en segundo término
que estos mismos habitantes se encuentren “débiles y afeminados por una larga
paz”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">La idea es perturbadora no porque la
paz sea en sí mala, sino porque en largos periodos de relajación, los pueblos y
las personas pueden debilitar su capacidad de respuesta ante los problemas y
las dificultades propias de la existencia. Cuando en mi familia nos juntamos
tres generaciones y comprobamos los distintos usos y costumbres de cada una de
ellas, la distancia que había entre mi generación en que los niños
solucionábamos nuestros propios problemas con otros niños, fabricábamos
nuestros arcos, nuestras chapas, nuestros juguetes, o hacíamos una vida en la
calle que nos enseñaba tanto; y ésta la comparamos con la infancia de los niños
actuales, tutelados, llevados de la mano, los papás y las mamás a las puertas
del colegio para recogerlos, solos en la calle nada de nada, lo que resulta es
una distancia abismal entre el niño de entonces, autónomo, algo asalvajado y
con una gran dosis de autonomía propia, y el de ahora, tan desvalido, tan nada
autónomo, tan bajo la tutela de papá o mamá. No más un ejemplo, porque si
hablamos de adultos, mejor decir de tantos adultos, las cosas no son muy
diferentes, no hay más que asomarse al Twitter, al TikTok ese de las narices, a
las redes en general para ver cómo una buena parte de la última generación gasta
su tiempo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Las citas que incluyo más adelante
las he utilizado más de una vez. Vuelvo a hacerlo porque muestran una paradoja algo
dolorosa que atañe a la actitud que tenemos ante la vida. La vida muelle
amuerma; la vida activa, la resolución de dificultades, el esfuerzo físico o
mental revitaliza, robustece la voluntad. La primera cita se encuentra en <i>La
forja de un rebelde, </i>de Arturo Barea; el contexto son los años jóvenes de
Barea durante nuestra Guerra Civil. Dice así: “La guerra ha arrancado a España
de su parálisis, ha sacado a la gente de sus casas donde se estaban
convirtiendo en momias...” ”Seremos los más fuertes, mucho más fuertes que
nunca, porque se nos habrá despertado la voluntad”. La posibilidad de que los
pueblos eviten convertirse en momias corre, según Barea, peligrosamente de la
mano de hechos llamados a exterminar a una parte importante de la población; el
dolor, la muerte, los sufrimientos indecibles como estimuladores de nuestras
capacidades, la guerra convertida en incentivo para resucitar la voluntad; el instinto
de vida, adormecido tiempo atrás, propulsado, exacerbado ante la cercanía del
instinto de muerte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">La vida es más patente e intensa en
aquellos que se exponen al riesgo de perderla. Esa era la filosofía de los
escaladores de montañas, los exploradores, los pioneros de toda condición. Es
más que probable que los conquistadores y exploradores de todos los tiempos necesitaran
la huera disculpa del oro, el poder o la gloria, para dar satisfacción a otras
necesidades más profundas que ellos mismos acaso eran incapaces de concretar.
Cuando no sabemos nombrar la propia efervescencia interior es fácil que ésta
tome el aspecto de sentimientos comunes y vulgares que parecen bogar por
encontrar su puesto en el prestigio social, pero que sin embargo esconden un insaciable
deseo de búsqueda de uno mismo a través de la confrontación con los peligros y
las aventuras que la conquista ponía ante ellos. La guerra había puesto de
nuevo a la población frente a las pasiones elementales, frente a la necesidad,
el individuo había tenido que emplear para vivir esa parte adormecida de su
inteligencia y de su creatividad que vivía arropada por el espíritu gregario
que la vida social va suministrando poco a poco en reducidas dosis a modo de
veneno de efecto retardado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Por su parte Ernst Jünger expresa
algo parecido en <i>Tormentas de acero, </i>en donde aborda la idea de que la
guerra y los desafíos extremos pueden forjar el carácter de las personas.
Jünger sugiere que la guerra, a pesar de sus horrores, puede tener un efecto
transformador en aquellos que la experimentan, fortaleciendo su espíritu y su
sentido de identidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Estas ideas de Barea y Jünger suenan
en la misma longitud de onda que en el texto de Maquiavelo. La afirmación de éste
sobre cómo una larga paz puede dejar a los pueblos débiles y afeminados,
refleja su visión sobre los efectos de la paz prolongada en la sociedad y en el
Estado. Maquiavelo creía que la guerra y la adversidad fortalecían a las
naciones al fomentar la disciplina, la virtud cívica y la determinación. En contraste,
una paz prolongada podría llevar a la complacencia, la decadencia moral y la
pérdida de vigor en la población. Evidentemente son perspectivas que pueden ser
discutibles; es obvio que existen múltiples factores que influyen en el
desarrollo y la fortaleza de una sociedad, pero reflejan muy especialmente la
importancia de los desafíos y la adversidad en la formación de ciudadanos fuertes
y resilientes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Más que pensar en el mundo distópico
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">1984 </i>de Orwell, lo que cabe imaginar
es un mundo abandonado a la suerte del mercado, la codicia, el consumo, la
comodidad, el individualismo, los asuntos sin chicha ni limoná… esas lindezas. Como
en toda consideración las generalizaciones sobrarían; pero creo que se entiende;
siempre habrá de todo en el rebaño del Señor… ¡A Dios gracias!<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-20027270152379541532024-02-23T16:28:00.001-08:002024-02-24T09:52:18.218-08:00Encogerse de hombros<!--StartFragment-->
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGoMA0sKgLYIMc1F3D9PvUUH9HSPjRw_DdOylnVd-CCIP-SOBCq9InMBx6NjPmu1dWUWTXsYt1VH3s-UGHEzrUDYvMSCCYCaNJXpAC6lUHRhiygk92TfPopJruyEPKLLm22aMMvJyfvx9ToDdLPOMSJPu3oscI188TvZH8C2I1YNHkYq16vmvLbogbsc0Y/s980/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="552" data-original-width="980" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGoMA0sKgLYIMc1F3D9PvUUH9HSPjRw_DdOylnVd-CCIP-SOBCq9InMBx6NjPmu1dWUWTXsYt1VH3s-UGHEzrUDYvMSCCYCaNJXpAC6lUHRhiygk92TfPopJruyEPKLLm22aMMvJyfvx9ToDdLPOMSJPu3oscI188TvZH8C2I1YNHkYq16vmvLbogbsc0Y/w640-h360/Sin%20t%C3%ADtulo-1.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">El Chorrillo, 24 de febrero de 2024 <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">En ocasiones pasa el tiempo por uno con la lentitud y la lucidez
propia de quien estando de vuelta de todo, perdida la esperanza de que se haga justicia
y los idiotas de este mundo, grandes magnates, gobernantes ciegos, sienten cabeza,
no le queda otra cosa que encogerse de hombros y seguir viviendo la certeza de que
la estupidez se ha apoderado de una gran parte del mundo. Ayer había empezado a
escribir una diatriba contra esa señora llamada Ayuso que tanto tiempo hace debería
estar en la cárcel acusada de haber dejado a más de siete mil ancianos morir a su
suerte, a su dolor, pero diez minutos más tarde había mandado el texto a la papelera.
Son mayoría, irremediablemente mayoría, ellos, el facherío y sus aledaños. Son mayoría
los que defienden el genocidio sobre los palestinos, siempre son mayoría los cretinos.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">No es un estado de ánimo con el que se pueda comenzar
el día muy contento. Antes existía la gente bien y el populacho; hoy, como vivimos
en democracia sigue existiendo la gente bien, los que cortan el bacalao y “los otros”.
Los otros, los que apuestan por organizar un mundo un poco más justo y los que prefieren
estar al sol que más calienta, sólo cuentan para depositar un voto en las urnas cada cuatro años. Basta mirar el mundo hoy, qué países defienden las
matanzas de Israel, quiénes avalan las muertes de ancianos en Madrid, quiénes engrosan
beneficios astronómicos, quiénes desean amordazar a la prensa, quiénes desean extraditar
a Julian Assange. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Encogerse de hombros, meter la cabeza dentro del cascarón
y esperar pacíficamente a que el planeta reviente. En la perspectiva de lo poco
que nos dura la vida no sería una mala opción. Total, con la poca cosa que somos...
Leo estos días <i>Cartas a su hijo, </i>de<i> </i>Lord Chesterfield, una interesante
correspondencia de principios del siglo pasado en la que el lord aconseja a su
hijo sobre la vida y el modo en que se ha de comportar en sociedad, y que cuando
se refiere a las clases inferiores, actrices, bailarinas y demás usa el término
de “escoria humana”, un calificativo sin tapujos que hoy no usarían contra los palestinos
los que apoyan las matanzas pero que corroboran de hecho con su actitud. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">La idea de que estamos en gran parte gobernados por
gente enferma, que la economía mundial está dominada por gente enferma, de que locos
de atar gobiernan de un modo u otro el mundo es tan evidente… Basta con subirse
a la cumbre de una montaña y mirar el jaleo que se produce en el llano a sus pies.
Basta cerrar los ojos, pensar que nos moriremos en un par de días, basta contemplar
a continuación las pasiones, los millones que acumulan unos pocos, sus aspiraciones
materiales… Pero no, malditos ciegos que no quieren ver la evidencia, que viven
consumidos por las ganancias, por estar encima de los otros, por tener más que el vecino,
por aprovecharse de cualquier circunstancia a mano, por… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">El provecho como motor del comportamiento. Pobres. Ayer
una empresa privada norteamericana logró poner un dispositivo sobre la superficie
de la Luna. Un gran logro técnico. Uno de los responsables decía esta mañana en
el periódico que esperaban sacar buen provecho de este alunizaje. Probablemente si
este individuo hubiera estado dentro de ese dispositivo y contemplase con sosiego
desde la Luna el planeta Tierra con el sosiego que podría contemplarlo el Principito,
otro gallo cantaría. Una patada en el culo, colocarle allá sobre la cima de un volcán
en posición de loto y hacerle meditar una temporada sobre la esencia y la condición
del hombre. A lo mejor ello le hacia pensar de otro modo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Si además de eso se quedara allí mucho tiempo y pudiera
escuchar música, leer poesía y mirarse largamente el ombligo… Ya me le imagino tragando
saliva extasiado mientras le llega hasta la Luna algún fragmento de la mejor opera
a través del Spotify que les sirven los de la NASA desde la Tierra. Vida tranquila y tiempo para pensar... <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span></o:p></p>
<!--EndFragment-->Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-72407051261535403272024-02-23T13:40:00.000-08:002024-02-23T13:42:16.991-08:00Caminando por los Alpes Austriacos<p><span style="font-size: large;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9c2WBQb9Ua-CfaM0AVPcAnyjU-3tT841XQODEDrA6qsmOdbOv-uuC3DzzptWu5GyemnFdXW1cFakVDG0gTcCau-BlaxXyX4l0pYy-YUNe5w8LVNrda6B5jYMfDRcjbCkCSi1rGnXXEJHJgiTRoPNX0gNKYVuzd2KXbspkSWAo_FnJ08oIiBUmBqcBbbsc/s640/Sin%20t%C3%ADtulo-2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="640" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9c2WBQb9Ua-CfaM0AVPcAnyjU-3tT841XQODEDrA6qsmOdbOv-uuC3DzzptWu5GyemnFdXW1cFakVDG0gTcCau-BlaxXyX4l0pYy-YUNe5w8LVNrda6B5jYMfDRcjbCkCSi1rGnXXEJHJgiTRoPNX0gNKYVuzd2KXbspkSWAo_FnJ08oIiBUmBqcBbbsc/w640-h360/Sin%20t%C3%ADtulo-2.jpg" width="640" /></span></a></div><span style="font-size: large;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia;">Llevo una
semana caminando por los Alpes Austriacos ;-) intentando recuperar de aquí y
allá retazos de vivencias que cada noche despiertan a mi conciencia como un
regalo. En esta ocasión atravieso el macizo de Tote Garbige Mountains, un grupo
de altas montañas al noreste de Austria. Termino mi jornada en el refugio Pühringer.
Recuerdo que allí quise ser carpintero y pasar la soledad del invierno
haciendo trabajos de carpintería. Fue un verano hermoso, había partido en Italia a dos
jornadas del Triglav en los Alpes Julianos y pretendía pasar un par de
meses merodeando por los Alpes. El relato de hoy corresponde a una de aquellas
jornadas.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia;"><br /></span></p></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Refugio Pühringer, 11 de julio de 2019.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Me han destinado un rincón bajo la claraboya de la buhardilla. Hace algo de frío pero </span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> </span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">envuelto en tres mantas </span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">estoy a gusto después de la siesta. Podría estar en el salón común disfrutando acaso de la charla de Alberto y Alfred, pero mi propensión a la soledad me tiene aquí sujeto al mundo de mis propias sensaciones, acaso a la espera de que venga un enanito a susurrarme en el oído unos cuantos párrafos con que llenar el espacio tras la siesta. Cuando me desperté lo primero con lo que tropezaron mis ojos fue con un folio que alguien había clavado en el reverso del tejado sobre la madera machihembrada de la buhardilla: </span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>Ein Märchen?</i> </span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Eché mano al traductor:</span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> </span><i style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Un cuento de hadas?</i><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">, decía el título, y el texto continuaba con el clásico</span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> </span><i style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Erase una vez</i><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">, con que los niños de todo el mundo se han dormido alguna vez de chicos. Esos cuentos que no importaban cuantas veces hubiesen sido repetidos pero que llegada la hora del sueño los niños reclamábamos una y otra vez hasta el infinito.</span></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Desde el confort de mi buhardilla me imagino en un rincón de este refugio en invierno junto a la chimenea del salón. Soy carpintero y, dada mi afición a la soledad, he sido contratado por mi hada madrina para renovar este refugio cubriendo todas sus paredes de madera, a lo largo de la estación de las nieves. He terminado mi jornada de trabajo, la estancia huele fuertemente a esa madera con la que he estado trabajando desde la hora del alba y ahora fuera nieva con la suavidad de un dios que acariciara el rostro blanco de las montañas. Y mientras las llamas del hogar pintan arabescos color fuego que se parecen a los caracteres árabes que alguna vez fotografié de lo muros de una mezquita, pienso en ese regalo con que los dioses nos echan al mundo siendo como somos y no de otra manera. Y las llamas, que escuchan atentamente mis pensamientos, guiñan los ojos sonrientes ante esa pregunta tan ingenua mía.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-size: large;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj64nmXtEmYclnc-DB7QXtR97LuhyphenhyphenTLvx27jj9RT1RY4CT5z_zXdmSszvxhlLFWJq7ZxsiC7vJhe74FSeAXONZBOSIpUVzLjNlhI1ZzFSefAdtDlaEHL5bIyMPXnku1DRJu0mrEI2u-fOLa2CXvvuF-ZTy6VD1s54KMeGgoPdde2imem4ttJJE3pMY1CHDP/s640/Sin%20t%C3%ADtulo-4.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="360" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj64nmXtEmYclnc-DB7QXtR97LuhyphenhyphenTLvx27jj9RT1RY4CT5z_zXdmSszvxhlLFWJq7ZxsiC7vJhe74FSeAXONZBOSIpUVzLjNlhI1ZzFSefAdtDlaEHL5bIyMPXnku1DRJu0mrEI2u-fOLa2CXvvuF-ZTy6VD1s54KMeGgoPdde2imem4ttJJE3pMY1CHDP/w360-h640/Sin%20t%C3%ADtulo-4.jpg" width="360" /></span></a></div><span style="font-size: large;"><br /></span><div style="text-align: left;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pienso en el mundo de los otros humanos donde existen los coches o las televisiones y todas esas cosas y en lo que hará la gente allá abajo, el mundo de la no-nieve, de la no-soledad, donde otros dioses tan diferentes a lo míos se refugian en las iglesias o en los hipermercados. Sólo un lapsus, la realidad es que el único mundo que existe es éste, hecho del profundo olor de la madera, del blanco de las montañas o de los abetos cargados de nieve. Si hubiera nacido aquí y no hubiera visitado ese otro planeta de ahí abajo mis pensamientos estarían hechos de las formas de las nubes y las serradas siluetas de estas montañas.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Las llamas languidecen, salgo fuera, sigue nevando, quito a paladas la nieve que obstruye el acceso a la leñera, tomo una brazada de troncos y vuelvo al salón. El fuego crepita al contacto con la leña mojada. Pero mis pensamientos necesitan mucha más leña que la de las nubes y las serradas siluetas de las montañas. Sí, es cierto. Esas infinitas posibilidades que tiene el hombre delante de sí durante toda la vida… no deberían quedar en germen, atrapadas en esta bella burbuja de invierno de carpintero.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgdMhuHkQQRPkDw9BJ-ULe4JNSNF0T_0ab_JSRLY2ULk2-UOzzWEfdV6hu2dqh-5QiTKSuhxyoYaq2Ut8zkTka1FIiWzgzrvuQ_QN_2ihoNd0JW1v7zpjpiqRtitfzbEFLo2jM-azyIN98/s1600/photo_2019-07-13_16-26-57.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgdMhuHkQQRPkDw9BJ-ULe4JNSNF0T_0ab_JSRLY2ULk2-UOzzWEfdV6hu2dqh-5QiTKSuhxyoYaq2Ut8zkTka1FIiWzgzrvuQ_QN_2ihoNd0JW1v7zpjpiqRtitfzbEFLo2jM-azyIN98/s640/photo_2019-07-13_16-26-57.jpg" width="640" /></span></a></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Y el refugio se ha llenado de voces que suben como una corriente de aire por el hueco de la escalera. Y pienso en los talentos del Evangelio, o mejor, simplemente en esas variopintas e infinitas posibilidades que tenemos por delante desde el momento de nuestro nacimiento. Sin duda una de las mejores cosas de que disponemos los humanos, un montón de senderos por donde nos iremos abriendo camino desde niños como un explorador para el que todo es posible y los proyectos infinitos.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Mi mundo de hoy fue una de esas posibilidades por la que opté antes de salir de casa. El sol de esta mañana, venido directamente del horizonte lejano al collado donde había colocado mi tienda, se había posado sobre su tela y había empezado a espantar el frío helador de la mañana. Pero fue un falso aviso, apenas había terminado con el muesli cuando todo el cielo empezó a emborronarse como si un enorme tintero hubiera caído sobre la página de la mañana.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigHuJpgvrJsfVzcVPGyn9nJRMLFqQgu1soPU6d0naaiLhfAEx-41rdqAJ1LlwKIfcBr7cwmciucdPE32TqfjOVGWUK_Kb6Da0C1vcKC78_BnYweyECwvmczM7XmGNXk7Cn4SbLeOvbHznU/s1600/photo_2019-07-13_16-26-45.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigHuJpgvrJsfVzcVPGyn9nJRMLFqQgu1soPU6d0naaiLhfAEx-41rdqAJ1LlwKIfcBr7cwmciucdPE32TqfjOVGWUK_Kb6Da0C1vcKC78_BnYweyECwvmczM7XmGNXk7Cn4SbLeOvbHznU/s640/photo_2019-07-13_16-26-45.jpg" width="640" /></span></a></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Un paisaje desolado de cumbres calcáreas y neveros se abría hacia poniente. En realidad estaba todavía muy lejos del verdadero collado. Grandes neveros cubrían el acceso a él. La sensación de soledad era plena, sólo la señal del gps sobre la pantalla del teléfono podía guiarme en aquel laberinto de piedra y nieve. En pequeñas islas de roca volvía a recuperar las señales rojiblancas. Los últimos cientos de metros del collado estaban defendidos por grandes neveros que no me gustaban. Opté por dar un gran rodeo por la derecha para evitarlos.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Desde el collado la desolación se acentúa todavía más, un largo descenso, una larga travesía por la nieve y de nuevo la ruta llevaba al segundo collado. Descendiendo este último descubrí un pequeño grupo que se acercaba. Eran cuatro chicas que parecieron alegrarse de encontrar a alguien que había dejado sus huellas sobre la nieve. Querían información sobre el estado de la nieve y las señales. Eran muy jóvenes. Se despidieron expresando su agradecimiento por la información que les di.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJX9QT-Zq5t1-DKb3IaHUAqtQENOL0ML071iuNyXgxqmdFsiKDckSiDiIhEglby_03kfQp8sEB862SkY-xFCcVEz-yo8Xkh20b6HLRfbJf14tDpB3fffbJUymkrzUu1TNFYVrXrVRtOrkL/s1600/photo_2019-07-13_16-27-11.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="725" data-original-width="1024" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJX9QT-Zq5t1-DKb3IaHUAqtQENOL0ML071iuNyXgxqmdFsiKDckSiDiIhEglby_03kfQp8sEB862SkY-xFCcVEz-yo8Xkh20b6HLRfbJf14tDpB3fffbJUymkrzUu1TNFYVrXrVRtOrkL/s640/photo_2019-07-13_16-27-11.jpg" width="640" /></span></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Eran montañas que llamaban mi atención por su aspecto poco corriente y solitario. Las laderas seguían cubiertas por neveros y ahora habían hecho su aparición grandes agrupaciones de verde oscuro, una especie de pino raquítico que se apiñaba formando pequeñas islas en las formaciones calcáreas. Cuando la pendiente se hizo respetable volví a encontrarme con un sapiens, esta vez un joven que agradeció las huellas que seguramente le había dejado.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>A la una y media divisé al fin el refugio. Tardé un rato en poner mi equipo en orden, bolas de papel en mis botas empapadas, ropa tendida, cambio de ropa… Ya estaba en disposición de degustar alguno de los placeres que la civilización depara a veces al caminante, una cerveza, una sopa, unos espaguetis, la tarta, el café y el regalo de un chupito que Alberto me ofreció. Alberto, un tocayo de Sevilla que lleva ocho años trabajando en Viena y en este refugio, con quien por primera vez pude tener una pequeña tertulia en castellano después de tres semanas de bregar por los montes en medio de lenguas foráneas.</span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEABBZSNb2fIUnJ7wCu-9hQCnSU2Rlip1xykXdIopW8hv4ffkUNnFsdOzbnXwMOPx2K3G395BRtRRnE-nVwKqCEI66ftWPSFWDZrSNxFBK70ragbhaJ9iqSZXIFCYOkWze-VQafsfKJSaF/s1600/photo_2019-07-13_16-26-49.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="576" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEABBZSNb2fIUnJ7wCu-9hQCnSU2Rlip1xykXdIopW8hv4ffkUNnFsdOzbnXwMOPx2K3G395BRtRRnE-nVwKqCEI66ftWPSFWDZrSNxFBK70ragbhaJ9iqSZXIFCYOkWze-VQafsfKJSaF/s640/photo_2019-07-13_16-26-49.jpg" width="360" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe_ADrM8YrJjLBxWk0FXc6K-ubOHnbUDFvdmeVFWpdbPAiQep-tWMGVUKuR55lp72oKPe0hxk5HnyR0C-LM6dR3vWv8xOko83ZbDcb7RvbT9GP8L2WnvelxBB29NFqmFXYvZu5uAMsOoT8/s1600/photo_2019-07-13_16-26-53.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="576" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe_ADrM8YrJjLBxWk0FXc6K-ubOHnbUDFvdmeVFWpdbPAiQep-tWMGVUKuR55lp72oKPe0hxk5HnyR0C-LM6dR3vWv8xOko83ZbDcb7RvbT9GP8L2WnvelxBB29NFqmFXYvZu5uAMsOoT8/s640/photo_2019-07-13_16-26-53.jpg" width="360" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDW6IIX7EWj6lD99hyphenhyphenyMmDx6q9V_Ra9B3_UXbEiQv50XQn1IRgoFrFHuezbSYFcA3OoO_TnIuPX5XjPy_xTPTsYcETL9aCC4EdJkC1h1gVM-IXZrjUHPw-klKHxuewjFHInwU8RS_AiIYQ/s1600/photo_2019-07-13_16-27-04.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDW6IIX7EWj6lD99hyphenhyphenyMmDx6q9V_Ra9B3_UXbEiQv50XQn1IRgoFrFHuezbSYFcA3OoO_TnIuPX5XjPy_xTPTsYcETL9aCC4EdJkC1h1gVM-IXZrjUHPw-klKHxuewjFHInwU8RS_AiIYQ/s640/photo_2019-07-13_16-27-04.jpg" width="640" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2fjUIPqAi98a8w2aVQ2uR02DgFy3kTtUsZ51sbd4z06fSkqmH121WKSNll81vgvY9Jzntg1H1JHuswrx-Lwri8Wn3KR084TxJ-s1Gd1eZrppIZk13FAQHV3_2ENvYKXVJUmjmicr9XLie/s1600/photo_2019-07-13_16-27-07.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2fjUIPqAi98a8w2aVQ2uR02DgFy3kTtUsZ51sbd4z06fSkqmH121WKSNll81vgvY9Jzntg1H1JHuswrx-Lwri8Wn3KR084TxJ-s1Gd1eZrppIZk13FAQHV3_2ENvYKXVJUmjmicr9XLie/s640/photo_2019-07-13_16-27-07.jpg" width="640" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsDZUq9I3n_kk6v0dVv-MDvGvoU3iUe9C2AYkn81V1Cf6l5OddoNfKTPjvQjohwDRJLRkt-o3QrpchM9Tim2kG601biZbMcEFJgKp-L9B4ddR665QfaVdm7vBVcTzdOFclvgb1f6PkpLHq/s1600/photo_2019-07-13_16-27-15.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsDZUq9I3n_kk6v0dVv-MDvGvoU3iUe9C2AYkn81V1Cf6l5OddoNfKTPjvQjohwDRJLRkt-o3QrpchM9Tim2kG601biZbMcEFJgKp-L9B4ddR665QfaVdm7vBVcTzdOFclvgb1f6PkpLHq/s640/photo_2019-07-13_16-27-15.jpg" width="640" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPrkJ6AepX_2wTXjCH018vhDYSGOgf12_SpSXmGvJOQPvTwraxeb2dck1DcOMcYvx-ntW9lA0ovJmthPDt_4IMu8mNJhcpiE5anQP15-G-F_NDLdZCozgJwZqOSIGW-vlHEX_Ir75Ium-D/s1600/photo_2019-07-13_16-27-19.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="576" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPrkJ6AepX_2wTXjCH018vhDYSGOgf12_SpSXmGvJOQPvTwraxeb2dck1DcOMcYvx-ntW9lA0ovJmthPDt_4IMu8mNJhcpiE5anQP15-G-F_NDLdZCozgJwZqOSIGW-vlHEX_Ir75Ium-D/s640/photo_2019-07-13_16-27-19.jpg" width="360" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOVu20cEtsj-VIV3jXVtq8xClnFaqpJrxVYLak2ypXkjren2aV1EthjtcIL8ux2OpLpVke5UGgUmdY4QFihrgB2h9ApnX-GEvXGTvPS8sVivKvxGHhVjZjRjdBMLIZQTQGAZO9RSRDxyEv/s1600/photo_2019-07-13_16-27-37.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOVu20cEtsj-VIV3jXVtq8xClnFaqpJrxVYLak2ypXkjren2aV1EthjtcIL8ux2OpLpVke5UGgUmdY4QFihrgB2h9ApnX-GEvXGTvPS8sVivKvxGHhVjZjRjdBMLIZQTQGAZO9RSRDxyEv/s640/photo_2019-07-13_16-27-37.jpg" width="640" /></span></a></div><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH0xdQycUHdsjWWc-Y0huUajkVLCbt-LeyaVOdeeOHP8vzoyxQI2fTwHv7tGjkI2fECha0v7ocVNOru2bqQo5i00wj7H2d0BZkg6G0o_WAVBpnKB2ZApAJTQfax5QYyhIQ6RThK0jd73bc/s1600/photo_2019-07-13_16-27-41.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH0xdQycUHdsjWWc-Y0huUajkVLCbt-LeyaVOdeeOHP8vzoyxQI2fTwHv7tGjkI2fECha0v7ocVNOru2bqQo5i00wj7H2d0BZkg6G0o_WAVBpnKB2ZApAJTQfax5QYyhIQ6RThK0jd73bc/s640/photo_2019-07-13_16-27-41.jpg" width="640" /></span></a></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="margin-bottom: 0cm;"><br /></div>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-10695350833567945172024-02-22T12:35:00.000-08:002024-02-22T12:35:00.738-08:00Entre el sueño y la vigilia <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8LizHv5-cTtLuYM0Xuj8hj-g2CT1iIFGuow8rDhaYACS0prj6ENx51-pkSuipfb17tLR3G7-gVwwmNC-oSNEwN5MDHhjgi8dPaleCBsV-HvkusCfKTCDCmhLkCPJ4hb1D2XispgodnFIMaU2bqHqwMfn5MJh2JH0WsvOAWPNZBQrKxKHjIR_c784JGApc/s2207/flor%20almendro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1242" data-original-width="2207" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8LizHv5-cTtLuYM0Xuj8hj-g2CT1iIFGuow8rDhaYACS0prj6ENx51-pkSuipfb17tLR3G7-gVwwmNC-oSNEwN5MDHhjgi8dPaleCBsV-HvkusCfKTCDCmhLkCPJ4hb1D2XispgodnFIMaU2bqHqwMfn5MJh2JH0WsvOAWPNZBQrKxKHjIR_c784JGApc/w640-h360/flor%20almendro.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">El Chorrillo, 22 de febrero de 2024 <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Quedé transpuesto tras la comida. Me
despierto muy levemente y trato de retener un estado de conciencia que se
columpia entre la somnolencia y la lucidez, pero me puede la primera. Así un
largo rato. Mientras tanto veo moverse como en un segundo plano las ramas en
flor del ciruelo de enfrente. Sus ramas se mezclan con las del ciprés, se
balancean con cierta violencia. Por la jamba izquierda de una de las ventanas
asoma una vara de flores blancas de otro ciruelo. Detrás el tronco deslavazado
del álamo blanco, rígido, estira sus ramas desnudas sobre la grisalla del
cielo. Día de viento. Me adormilo de nuevo, pero no tanto como para desaparecer
en el sueño, entorno todavía los ojos y ahora miro a través de la ventana del
sur. Los olmos y las acacias en su pura desnudez mecen sus ramas altas. El
sueño y la vigilia mantienen el pulso durante largo rato. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Leí en una ocasión en un libro de
tantrismo cómo algunos adeptos forzaban un estado de supraconciencia reteniendo
la respiración hasta limites insospechados. Llegados a ese punto parece que el
organismo tiene un comportamiento <i>in extremis</i> en el cual es posible
tener percepciones ultrasensoriales y sensaciones paranormales. En esto pensaba
cuando trataba de resistir caer en el sueño, un trabajo que, desde la voluntad
anulada por el sueño, me resultaba enorme. Quizás esta situación se prolongó
por media, una hora. Pero en cualquier caso en el trasfondo de ese pulso sí es
cierto que subyacía la expectativa, acaso, de alumbrar a través de la fina
sensibilidad que estaba presente en mis sentidos, “algo”. No sé, algo
relacionado con la manera de percibir la realidad, algo relacionado con el modo
de ver la muerte, un tema muy presente últimamente en mi conciencia, con la
esperanza de comprender la realidad que somos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Hace muchos años el hábito del yoga,
todas las mañanas frente al sol naciente allí donde me encontrara, de viaje, en
casa, en la montaña, producía en mí algo de ese efecto difícil de atrapar con el
pensamiento, y más difícil todavía de expresar con palabras, algún tipo de
verdad. Intentando desalojar a la mente de contenidos mientras el primer sol de
la mañana se elevaba sobre el horizonte, con las piernas cruzadas en posición
de loto, los brazos estirados, las manos abiertas hacia arriba sobre las
rodillas, con frecuencia al calor y la luminosidad del sol sobre mis párpados,
llegaba también una paz interior en la que no estaba ausente una extraordinaria
conciencia del ser y del Todo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Cuando uno desciende a un estado
así, o se debate, como esta tarde, dentro de la ambigüedad de un estado de
conciencia en el umbral del sueño, parece que pudieran suceder cosas
extraordinarias. Entramos en un reino en el que no somos apenas otra cosa que
espectadores. No suelo recordar los sueños, sin embargo sí retuve los destellos
de uno que tuve días atrás. Desde la ventana de mi cabaña puede verse en
dirección suroeste un declive de lomas. En el sueño de repente se pone en
funcionamiento la visión que el sueño proyecta en mi conciencia; sobre el campo
vacío, a lo lejos, veo inesperadamente aparecer un tanque enorme que,
atravesando los campos de cultivo, se dirige directamente a toda marcha a mi
casa. Salgo de la cabaña para cerciorarme y, horror, no tengo escape. No me
dará tiempo para subir a la furgoneta y huir. Quizás pase inadvertido, puedo
esconderme, pero en ese caso si vienen a por mí me encontrarán igualmente. Pero
no, no hay escapatoria, estoy solo y vienen a por mí. El tanque no parece tener
otro objetivo que mi casa. En ese momento tengo en la conciencia el recuerdo de
la ratonera que fue Sarajevo, cualquier ciudad del mundo asediada por el terror
de la guerra. No tener salida, la irracionalidad se ha apoderado del mundo y ha
llegado el momento de la angustia extrema. En la duda de huir o esconderme el
sueño se desvanece. O no lo recuerdo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Sé que el sueño es producto de mis
lecturas de hace semanas sobre el conflicto de Bosnia y Kosovo. Eso también
puede estar en el trasfondo de la conciencia. Como puede estarlo para Julian
Assange la pena de muerte que podría esperarle en EEUU. La conciencia no se
rige por el hilo conductor de la razón, flashea por los rincones de nuestro ser
dictándonos advertencias, verdades sobre la existencia, poniéndonos en comunicación
con la desnuda realidad de lo que somos y es el mundo, sugiriéndonos unos
versos, una música inefable; pero llega en estado críptico, poco o nada
accesible a los canales usuales que utiliza la razón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Qué pobre es la prosa para expresar
intuiciones, estados de ánimo, las imprecisas sensaciones que atraviesan
fugazmente la conciencia. Y sin embargo ¿no es en esa ambigüedad donde se
manifiestan acaso las vivencias más íntimas del yo? Se muere Julio Armesto, un
familiar, visionas en tu conciencia la posible suerte de Julian Assange, los
horrores de la franja de Gaza, y más allá de nombrar el horror y la injusticia,
lo que sientes ¿cómo nombrarlo, cómo ordenarlo en la lógica de los
pensamientos?, lo que no tiene forma precisa pero que percibes, entrevés que es
parte de tu sustancia interna, que te llega de la realidad externa con una
sugeridora fuerza de autenticidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Al fin hice un esfuerzo suficiente y
me incorporé. No podía aguantar más esa lucha entre la somnolencia y el estado
de vigilia. Salí fuera a mojarme la cara en la fuente cercana. Victoria venía
en ese momento de la otra parte de la casa con la bandeja de la merienda. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5436308407854095117.post-63586714954906505812024-02-20T16:04:00.000-08:002024-02-20T16:04:39.361-08:00El erotismo de la expectativa <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfDXWECuBuRxVhaf3_dR39Cjvsq8Y2h2Huj5XI6Zmlgzr8lalLX0ihLGXeOPpYJB4mBIC7y78tZ6PgDtq30e-flYeZT0XlbsGadkt14NiD2NT296G1AM8gIKhAZS-dL-XS0WOVEJF3Jy_-kX4g0jRWbDwGP4kN41BxvHKe9cN-KrHnylgGHNDwZERxK8rQ/s1280/1540563019948.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfDXWECuBuRxVhaf3_dR39Cjvsq8Y2h2Huj5XI6Zmlgzr8lalLX0ihLGXeOPpYJB4mBIC7y78tZ6PgDtq30e-flYeZT0XlbsGadkt14NiD2NT296G1AM8gIKhAZS-dL-XS0WOVEJF3Jy_-kX4g0jRWbDwGP4kN41BxvHKe9cN-KrHnylgGHNDwZERxK8rQ/w640-h426/1540563019948.jpeg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14pt;">El Chorrillo, 21 de febrero de 2024</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Esta tarde un amigo me ofrece unos
pies de gato que tiene de más. Aunque vive lejos se ha olido por donde andan
mis pensamientos después de oírme merodear por aquí y por allá en torno a la fruta
prohibida del Paraíso. Fruta prohibida por la edad, por el enmohecimiento de
los hábitos, por la rigidez de los músculos y los huesos que los años nos van
regalando. <i>Volver a los diecisiete después de vivir un siglo… </i>¿Será una
locura querer volver a los diecisiete? Escucho a Violeta Parra, miro el fuego
de la chimenea, recuerdo a unos pocos amigos días atrás que parecían vivir en
los diecisiete mientras yo los oía desde los largos setenta. El más joven de
los diecisiete tenía ochenta y cinco, así que por ahí ando yo pensándomelo, con
ganas de volver también a los diecisiete porque las cosas <i>se van enredando
enredando, como en el muro en la yedra y va brotando y brotando… </i>Los pies
de gato en cuestión eran tres números más grandes que mi talla, así que descartado,
tanto o más como los que me prestó Toti en una ocasión que eran tres números
menos y me dejaron las uñas turulatas después de tres o cuatro largos. El caso
es que tener tan cerca a estos amigos del lío, de las piedras, de los
rocódromos, incluso de las lejanas montañas del Nepal, tiene la culpa de que a
mí se me solivianten las neuronas y empiece a oír cantos de sirena por todas
partes. Le decía a Jose que lo que me sucede tiene cierto sabor a erotismo
imposible. Y sigue cantando Violeta Parra… <i>De par en par la ventana se abrió
como por encanto. </i>Y yo miro a través de la ventana y pienso que nunca hasta
hace unos días se me hubiera ocurrido<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>pensar volver a escalar o ir a un rocódromo, ni que ello pudiera tener
algo que ver con el erotismo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Leo por ahí que el erotismo se
caracteriza por explorar y expresar la pasión, el deseo y la atracción física
entre personas de manera sugerente, sensual y a menudo romántica. El erotismo
busca estimular los sentidos y la imaginación. La montaña, escalar piedras,
abrir las piernas y contemplar el vacío allá abajo mientras las chovas
revolotean en las alturas, o si se quiere el sucedáneo de trepar en un
rocódromo, para mí que tiene mucho que ver con el erotismo. Más en mi caso
cuando entreveo, imagino, qué habrá más allá del dobladillo de la falda que
sería aparecer un día por un rocódromo, o acaso atender a la invitación de
algún amigo que me invita a calzarme esos dichosos pies de gato a pie de alguna vía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Esta gentecilla con motón de tacos a
la espalda que no para y que sueña incluso con algún ochomil me trae frito, de
verdad. No es que quiera hacer lo que hacen ellos exactamente, o acaso algo,
sí, es que el perfume, como aquel que pueda desprenderse de un atractivo
escote, de <i>volver a los diecisiete, </i>sólo un poco, a las andadas, es
enormemente atractivo, te lo hace enormemente atractivo cuando te codeas con
ciertos amigos que siguen poniéndose el mundo por montera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: #000A;">Al asunto. El erotismo en un sentido
algo más amplio del usual constituye una de las manifestaciones del ser humano
más dignas de ser apreciadas; entrever, imaginar, llamar a las puertas de la
fantasía, son siempre la promesa de la felicidad. Pedro Mateo el otro día en
una de sus entradas decía hiperbólicamente, gracias, Pedro, por el piropo, que
atravesar la puerta de El Chorrillo, te hace inmortal, y lo que me digo yo,
cuando doy cuerda a mi fantasía y pienso en ir al rocódromo y acaso hacer
alguna pequeña escalada, en que seguro que de inmortal nada, pero sí probablemente
un poco más dichoso. No en vano lleva uno en el alma el estigma del tiempo
pegado en el trasero, si bien los ochenta y cinco de Carlos sean siempre un
antídoto contra ese tiempo. Así que pese a todo casi me atrevo a soñar, y
sueño, sí, como en el mejor de mis sueños eróticos, con atravesar las puertas
de la fantasía y, como adolescente ensoñando con una compañera del instituto,
me dejo llevar, me dejo llevar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Alberto de la Madridhttp://www.blogger.com/profile/14504356566901550907noreply@blogger.com0